Capítulo 33

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Jared

Cojo el coche y conduzco rápidamente hasta su casa. Necesito verla, necesito abrazarle, besarle, decirle que le quiero. No sé por qué, pero tengo esa necesidad. 

Cuando la veo en la entrada de su casa, me acerco a ella y la agarro de la nuca para acercarla a mí y plantarle un beso en los labios. 

Su boca se abre para recibir a mi lengua ansiosa que roza sus labios varias veces, y rápidamente busco la suya, desesperado por estar todavía más cerca de ella. 

-Cuéntamelo todo. -le digo tras separar nuestros labios.- 

Una sonrisa en forma en sus labios y se separa de mis brazos para entrar. 

-Ven, pasa. -me dice.- 

Entro y la sigo, subimos las escaleras y entramos en su habitación. Cierra la puerta detrás de nosotros y entonces me agarra de la nuca para volver a besarme justo como lo habíamos hecho antes. Llevo mis manos a su cintura y la aprieto a mí, para después tumbarla sobre la cama. 

Aparto mis labios de los suyos y la miro. 

-Le dije que solo podíamos ser amigos. -dice entonces.- Que no puedo verle como algo más que eso. 

Me pone demasiado contento escuchar lo que me está contando. 

-¿En serio? -pregunto sin terminar de creérmelo.-

-Sí. -sonríe.-

-¿No más Walter en nuestras vidas? -alzo una ceja.-

-No más Walter. -dice.-

Y me besa, y entonces sí que sí, nos fusionamos en uno, le digo lo mucho que la quiero, y hacemos el amor. 

Me doy cuenta de lo mucho que me gusta, de que es mi perdición. Me doy cuenta cuando solloza mi nombre varias veces, me doy cuenta de que ella es la indicada, de que es la mujer de mi vida. Gracias a Dios que después de todas las estupideces que he hecho sigue a mi lado.

Pienso en la suerte que tengo, en lo afortunado que soy al tenerla a mi lado. Pienso en qué sería de mí ahora si Madison nunca hubiese tenido el accidente, si siguiese con Walter. ¿Hubiese seguido con Alice? 

No puedo evitar sentir pena al pensar en ella. No quería que las cosas saliesen así, pero nunca puedes esperar nada de la vida. 

-¿En qué piensas? -me pregunta mientras traza figuras imaginarias en mi brazo.-

Bajo la mirada para verla. No me había dado cuenta de que he estado absorto en mis pensamientos hasta que me ha hablado. 

Cuando la miro a los ojos recuerdo a Hugo, recuerdo lo feliz y lo infeliz que me hizo. Feliz al saber que lo tendría, pero infeliz cuando supe que lo había perdido.

-¿Te gustaría ser madre? -le pregunto.-

Frunce el ceño y aparta su mano de mi brazo para subirla hasta mi mejilla. Sonríe cuando cruzamos la mirada pero entonces vuelve a fruncir el ceño.

-¿Estaba embarazada? -me pregunta de repente.-

Se me hiela la sangre cuando escucho su pregunta. ¿Recuerda que estaba embarazada? Si recuerda que estaba embarazada probablemente recuerde lo que le hice... O no. 

-¿Qué? 

-No sé exactamente por qué, pero me acaban de venir como imágenes mías, mirándome al espejo y estaba embarazada. -se explica.- No creo que mi cerebro se haya inventado las imágenes. 

Se incorpora para sentarse en la cama en vez de estar tumbada. Miro los tirantes de su sujetador negro mientras pienso qué decir. 

Piensa rápido, joder. 

DROPPED 3 - AGAINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora