DROPPED 3 - AGAIN

Capítulo 18

Jared

Tras haberle pedido mil y una veces perdón a Alice, finalmente accede a acompañarme hoy a lo que demonios sea que vaya a hacer.

Alice sabe quién es Madison, sabe lo que compartí con ella en un pasado, y sabe que va a tener que verla ahora por mi pesado que se le haga.

Aparco el coche en el descampado y salgo de este para apoyarme sobre el capó del mismo.

-¿Alguna vez has sido modelo? -me pregunta.-

-Nunca. -confieso.- Nunca me he interesado en serlo.

-¿Y por qué ahora sí? -alza una ceja.-

-No sé. -me encojo de hombros.-

En verdad, en un principio, acepté el trabajo por Walter, porque me encanta jugar con él. Un día pensé que podría llegar a ser su amigo, pero veo que ambos somos las mismas personas que éramos hace unos años, nos sigue gustando jugar a quitarnos la chica.

Minutos después llega el autobús con el equipo de George Youth.

Empiezan a bajar uno por uno, y sacan del maletero lateral los instrumentos necesarios. Entonces baja Madison, tras George, y no puedo evitar mirarla con una severa línea recta en mis labios.

Ella me corresponde la mirada, y entonces siento que nos conectamos de cualquier manera, que el resto desaparece, pero la línea de mis labios no se va. Tenso la mandíbula cuando recuerdos oscuros aparecen en mi mente.

-Jared, -escucho la voz de George.- me alegra que hayas podido venir.

Entonces vuelvo a la realidad, en el que Alice me ha cojido de la mano y George me mira con una sonrisa en sus labios.

-Ya... -murmuro.- 

Intento no volver a mirarla mucho, porque de vez en cuando mis ojos desvían la mirada para espiarla. 

-Te he traído un atuendo, no es muy diferente del ropa que llevas ahora, pero si está más... limpia. -dice y estira su brazo para entregarme una bolsa de plástico transparente.- Cámbiate.

Sonrío cuando cojo la bolsa al tener tal idea en mi mente. 

Dejo la bolsa en el suelo y llevo mis manos al borde de mi camiseta blanca para quitármela y dejarla en el suelo, al lado de la bolsa. Entonces Madison no tarda en mirarme de arriba abajo, pero se obliga a desviar la mirada cuando ve que la he pillado. 

-¿Qué haces? -dice Alice.- ¿Por qué no te metes en el coche? 

 Está celosa, lo sé, y no me gusta nada. No somos nada como para que lo esté.

-¿A caso crees que se me va a ver menos? -alzo una ceja.-

Hace una mueca y se cruza de brazos. 

Me quito entonces los pantalones de deporte negros y los dejo junto a la camiseta. Abro la bolsa negra y saco una camiseta negra lisa y unos vaqueros tejanos.

Observo como todos están atentos al espectáculo que estoy dando, todos menos ella, que está de espaldas a mí. Tan tozuda como siempre...

Cuando finalmente me visto, me acerco al equipo, quienes ya han instalado todas las cámaras y ordenadores. Ha llegado el momento. 

La veo, cerca del autobús con su teléfono en la mano derecha, mirando la pantalla como si estuviese mirando algo, aunque sé que no hace nada.

Intento apartar algunos recuerdos de mi mente y me acerco a ella, sin pensar bien qué estoy haciendo.