Jared
He perdido las cuentas de las horas de vuelo, probablemente hayan sido más de doce, aunque si por mí fuese diría que he estado un puto día metido en ese avión. Todo para llegar a las tierras españolas.
Estos últimos meses de mi vida ha sido una condenada mierda. No tengo a dónde ir, ni mucho dinero para comer, así que por eso estoy ahora en un taxi llevándome a la dirección de la casa de mis padres -que me proporcionó Jennifer, la amiga de Dimitri.- ,en Sevilla.
Sobre Madison, lo único que sé es que ha aprovechado la mínima oportunidad para lanzarse a los brazos de Walter, la muy perra. Aunque debí de suponermelo, el juego que empecé con Walter nunca terminará.
Lo peor de todo es que en mis lejanos días tenía fe en que Madison nunca estaría con Walter. Qué iluso, ¿no?
En fin, he intentado saber lo menos posible de ella, quiero olvidarla por completo para poder seguir con vida. Y esa es otra de las razones por las que me decanté por salir de Estados Unidos, para olvidarla.
El taxi me deja en la dirección y me encuentro frente a un grande edificio de varias plantas.
Saco mi mochila del maletero y me la cuelgo sobre el hombro. Tomo una bocanada de aire y me acerco a la puerta encontrándome con un portero a la izquierda. Lo miro y busco en mi teléfono que número y letra era. 2°A.
Lo presiono y el corazón prácticamente se me sale del pecho por la boca cuando la puerta se abre. Mis padres esperan mi visita, saben que voy a quedarme con ellos por un tiempo.
Casi han pasado ya cuatro años desde la última vez que vi a mis padres. Cuatro malditos años.
Abro la puerta y subo por las escaleras hasta llegar a la segunda planta. Antes de cruzar la esquina de un pasillo, apoyo mi espalda sobre la pared. Siento un nudo en el estómago que me está poniendo de los nervios.
Intento tranquilizarme y entonces cruzo esa esquina, encontrándome con la puerta de su casa abierta al final del pasillo.
Mi corazón empieza a palpitar más rapido e intento controlarlo. Estoy hecho un manojo de nervios y no sé cómo evitarlo. Mantengo la respiración intento creer que eso me dará más fuerzas, aunque no sea así, y empiezo a atravesar el inmenso pasillo.
Justo cuando estoy a unos pocos metros de llegar a la puerta correspondiente, esta se abre. Tenso la mandíbula cuando mi madre me mira tras el marco de la puerta.
Tiene el pelo teñido de un rubio ceniza que le queda muy favorecido. Sus ojos azules radientes me dejan anonados, sí, los he heredado de ella.
-Jared... -musita.-
Escuchar mi nombre de sus labios se me hace muy familiar. Siento como me empiezan a temblar los labios, y como las lagrimas amenazan salir disparadas.
Hace unos años
Entro por la puerta con las manos en los bolsillos, fuera hace un frío que pela.
Me escondo los cigarrillos en los bolsillos traseros de mis vaqueros y atravieso el salón lo más rápido que puedo para llegar a mi habitación, pero la voz de mi madre me interrumpe.
-Jared... -dice llegando a la cocina.-
Tenso la mandíbula y me paro para girarme y mirarla. Me doy cuenta entonces de las maletas que hay en el sofá y frunzo el ceño.
-¿Vamos a viajar? -Pregunto.- Porque no pienso irme de aquí.
Ni quiero, ni puedo. Ahora pertenezco a las calles de Heaven, aunque mis padres no lo sepan todavía.
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DROPPED 3 - AGAIN
Teen FictionUna vez más, todo ha vuelto a ser destruido, los cimientos están esparcidos nuevamente por el suelo. Ya no hay rastro de lo que en un pasado fue una gran construcción. Con el alma desolada, Madison intenta continuar con su vida, y Jared continú...