9. Batalla Perdida

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Tocaron la puerta como si quisieran derribarla de un solo golpe, por lo que me quité los auriculares y caminé hasta ella abriéndola y abandonando la dulce melodía de Chopin.
Allí, de pie , con el ceño fruncido y enfadado estaba Noha.
-Hola- dije, algo desconcertada por su aparición, pero a la vez amable. Él tenía la mandíbula tensa, por lo que estaba segura que no era momento de ser amables.
-He llamado a la puerta cuarenta veces, y no abrías- dijo, enfadado, mientras pasaba esquivandome, como si tocarme fuera un delito o como si tuviera Ebola.
Cerré la puerta. Adiós a mi momento de estar sola, hola a las discusiones.
-Estaba escuchando música- respondí, mientras volvía a mi escritorio para seguir con la tarea. Se suponía que no debía darle explicaciones a nadie, ¿por qué se las daba a él?
Noha se se sentó en mi cama, mientras tomaba su celular entre las manos y empezaba a mover sus pulgares ágilmente como siempre. Me pregunto qué hace en él y porqué siempre está con su celular en la mano.
Arrugué la nariz al notar que estaba en MI cama, pero ya me había cansado de repetir siempre le mismo de que se aleje de mis cosas y demás, además ahora quería terminar mi tarea, sino no llegaría ya que es para dentro de una semana y tengo que estudiar para otras materias.
-Deja de mirarme, ¿quieres?- aparté la vista casi inmediatamente y él se acostó arriba de mis cobijas, mientras el rubor de mis mejillas crecía gradualmente.
Me senté en la silla, tomé el lápiz y seguí con la tarea a la vez que la sangre volvía a circular normalmente y mi corazón dejaba de latir tan deprisa.
-¿Qué haces?- preguntó él, sorprendiendome bastante por interesarse en mi. Creí que me ignoraría... Creí que nos ignoraríamos.
-Pues... Tarea- respondí, y empecé a escribir cualquier cosa en el borde de la hoja para parecer ocupada. ¿Por qué evadía la conversación? ¿Por qué de pronto me sentía tan incómoda con él?
-Ah- dijo.
Moví los dedos de forma nerviosa, que Noha esté en la misma habitación qué la mía, sin gritarme, agredirme con su sarcasmo, o algo similar, me hace sentir que en cualquier momento va a explotar... Como la calma antes de la tormenta. De hecho, con él siempre hay, y lluvia, y relámpagos, y huracanes, y un minuto de sol y buen clima.
-¿Qué es esto?- preguntó, mientras oía que tomaba un papel del suelo. Voltee la cabeza y observé lo que tenía. Me levanté rápidamente para agarrarse lo antes de que empiece a leerlo, pero lo sostuvo encima de su cabeza, a sabiendas de que yo no llegaría hasta allí. Era inútil empezar a saltar o intentar agarrarlo, es demasiado alto.
-Noha- empezó con mi humillación-: nombre de origen hebreo- mis mejillas se tornaron de color carmesí.-. Significa descanso, paz, comodidad, o el que es consolado. Es una variante de Noe- me miró con una sonrisa burlona, mientras yo quería esconderme debajo de la cama, o... Desaparecer, o aún mejor! Construir una máquina del tiempo y esconder ese papel para que no lo lea, prosiguió-. Naturaleza diligente, cuidadosa y emotiva. Tiene originalidad, adquiere intelectualidad y recibe autoridad. Ama lo posible y lo imposible. Le gusta sentirse realizado y mejorado- puso los ojos en blanco-. Naturaleza expresiva: Es exigente- frunció el ceño, y de cierta forma quería saber lo que pensaba-. Se expresa en forma original en la intimidad y en la integridad- sonrió, y una carcajada amenazaba en salir de sus labios, pero se contuvo-. Se distingue por su delicadeza- él me fulminó con la mirada-. Ama el buen criterio y el misterio. Busca la aprobación. Eso es tremendamente falso. Talento natural:Es mente de pensamiento previsor... Bla, bla, bla- puso los ojos en blanco, y arrugó el papel haciéndolo bolita y me lo tiró al rostro.
-Oye!- exclamé, tomándolo del suelo y abriéndolo y alisándolo a la vez.
-¿Por qué buscaste mi nombre en tu puto ordenador, y  por qué lo imprimiste?- preguntó con tono molesto. No lo entendía, ¿por qué le molestaba? Diablos! La vida está repleta de porqués.
-Es que... Me parecía un nombre muy dulce y melodioso- me justifiqué, sonando inocente. Noha soltó una carcajada fría.
-¿Melodioso? ¿Mi estúpido nombre te parece melodioso?- preguntó, incrédulo y molesto. Asentí.
Me sentía mal por no preguntarle así tendría una excusa para buscarlo, pero en mi defensa no creía que él lo sepa. Tal vez no sabía su significado y ahora lo sabe.
-¿Realmente crees toda es mierda?- me preguntó de firma exigente, y yo me crucé de brazos.
-No es ninguna mierda, Noha.- defendí mi curiosidad-. Lo único que hice fue buscar tu nombre porque estaba segura que no serías capaz de decirme lo que significaba. Además, se equivocó en la mayoría de las cosas, como por ejemplo que te distinguen por tu "delicadeza"- finalicé haciendo las comillas con la mano en la palabra delicadeza.
Juliet 1-Noha 0
-¿Y por qué no buscas lo que significa el tuyo en lugar de querer meterte en mi vida?- Okey, en eso tiene razón. Estuve mal en no decirle que lo haría pero, ¿qué iba a hacer? ¿Pedirle permiso para que luego se burle? Demonios! ¿Por qué eres tan difícil de comprender, Noha?
-Porque ya me sé mi significado. Y lo único que quiero, Noha, es ser tu amiga, pero tu...
-Yo no tengo amigos, muñeca.- me interrumpió. Arrugué un poco la nariz al escuchar mi apodo, sin embargo algo en mi estómago empezó a florecer-. Solo conocidos, y chicas que se acuestan conmigo- se me pusieron los pelos de punta al oír el tono tan frío con el que lo decía-. Además, no me gustaría ser amigo de una remilgada como tu- no sé qué me ofendía más: el hecho de que me llame muñeca, o que me llame remilgada. ¿Por qué no podíamos estar en paz un segundo? Y Diablos! Como me molesta que me llame muñeca. Seguro que sólo me lo dice a mi porque le encanta verme enfadada.
-Deja de llamarme muñeca- dije, en tono autoritario-. Yo a ti no te llamo muñeco- él empezó a reír, mientras yo me cruzaba de brazos-. Deja de reírte, no es gracioso.
Volví al escritorio y seguí con mi tarea de Análisis musical. No quería volver a hablar con él. Mi orgullo, aquel amigo que me había acompañado todo este tiempo, se había tomado unas vacaciones a Miami o se había escondido en el lugar más oculto de mi cabeza, y no pensaba salir hasta que todo vuelva a la normalidad. Noha volvió a tirarse en mi cama. Esta tarea se me estaba volviendo cada vez más difícil en presencia de Noha, y sobretodo si él está tirado en mi cama, revisando su teléfono, y haciendo ruido al mandar audios por WhatsApp. Bueno, su voz no es ruido, no está tan mal... Pero aún así, tengo que hacer la tarea para aprobar el trimestre y no acabar bajo un puente.
-Puedes dejar de... Mandar audios, por favor- voltee la cabeza e intenté esbozar una sonrisa-. Necesito terminar mi tarea, y es para la próxima semana- él soltó una carcajada, sentándose en la punta de la cama. Mi rostro cambió a uno serio, mientras él me miraba divertido.
-¿Por qué haces la tarea si es para la próxima semana?- me preguntó, y yo me encogí de hombros para quitarle importancia. Como si no me hubiera ofendido.
-No quiero que me quede tarea para último momento, y no llegar a terminar. Además tengo otras materias y tengo varios exámenes- dejé en suspenso la frase, mientras él ponía los ojos en blanco.
-Tú no tienes tarea?- pregunté, para ser justa con él, y levanté mis cejas perfectamente depiladas.
-Eso no es algo que a ti te importe demasiado- yo frunci el ceño.
-¿Por qué no? ¿Qué es lo que estudias?- él bufo-. Vamos! Que tú sabes lo que estudio, ¿por qué yo no puedo saberlo?- él frunció el ceño.
-Yo no sé lo que estudias- dijo, pero algo en su tono de voz me dijo que eso no era del todo cierto. Entrecerré mis ojos, y fruncí el ceño. Déjalo de lado, Juliet. Tampoco es como si hubiera leído tus cuadernos de frases. - -Dime qué estudias o por lo menos la razón del porqué no me lo quieres decir- y como vio que no iba a ceder suspiró y dijo:
-Porque no quiero responderte- desvié mi mirada hacia la mesa de luz, mientras Noha revisaba sus manos.
-Ya veo...- respondí desilusionada. No me iba a dar por vencida, solo quería saber una cosa. Solo una y lo dejaba en paz, así que fingí no escucharlo, y dije:-¿Pero que estudias?-. La curiosidad de saber qué estudiaba le molestaba, pero, por alguna razón solo miró a la ventana, sin molestarse en gritarme como si fuera una niña de 8 años.
Yo suspiré, y elegí hacer una pequeña broma.
-Está bien, hombre reservado. No te pincharé con tu vida, si no quieres compartirla conmigo- y puse los ojos en blanco, fingiendo que no me dolía que no quiera compartir su vida personal conmigo.
Volví la vista a la tarea para acabar de una vez antes de que la alarma de las 2:45 sonara, y me avise que tengo que irme al anfiteatro.
-¿Realmente querías ser mi amiga?- preguntó, extrañado y con tino de disgusto. Yo asentí, tímidamente.
-Si, ¿por qué no?- pregunté, de forma calmada, y lo miré-. Pero como tú dijiste, no serías amiga de una remilgada como yo- él se encoje de hombro como diciendo "¿Qué le voy a hacer? Yo soy así."
-Sí, eso dije, y no retiro mis palabras- puse los ojos en blanco. Típico.
-Bien- dije, y masajee mi sien para poder concentrarme.

Volviendo el tiempo atrás {EDITANDO} #WATTYS2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora