20. Te Confieso Que...

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Me senté en la mesa, donde la comida ya estaba servida en cada uno de los platos. Delante mío se encontraban Adele y su hermana, cuyo nombre aún no sabía y pretendía averiguar. En ambas puntas se encontraban sus padres: Natalie, en la punta a mi lado, y Jeremy en la otra. El asiento vacío a mi lado era el de Noha, sin embargo él había subido las escaleras desapareciendo tras una puerta que parecía bastante maciza, probablemente destruyendo todo lo que se encontraba a su alrededor, como siempre.
Seguro que estaba enfadado conmigo, estoy cien por ciento segura por ellos, pero yo lo estaba aún más con él, aunque no era sólo enfado, también desilusión y tristeza. Siempre ocurría lo mismo: él simulaba que todo estaba bien, pasábamos un buen rato, y al finalizar el día volvía a ser el mismo de siempre y me decía cosas horribles arrancando de mí la esperanza que siempre crecía más y más, a pesar de todo lo que me hacía.
Empezamos a comer en un silencio incómodo, y el hecho de que Noha aún no esté aquí, sentado a mi lado, ocupando el asiento vacío y comiendo, me ponía intranquila. Quería saber qué ocurría con todo, por qué Noha estaba enfadado con su hermana, qué significaba eso de que ella se había llevado dos vidas y la razón por la que trata mejor a Adele que a su otra sobrina. Quería saber qué pasaba por su cabeza, si realmente me odiaba cómo parecía, si me tenía algo de aprecio o si quería que me alejara de él y no tener que volver a verlo. Qué le gusta hacer, qué es lo que estudia, cuándo es su cumpleaños, cuál fue su primer tatuaje, por qué se lo hizo... Quería saber todo de él, pero él no quería. Su único objetivo era evitar cualquier duda que yo tenga, despejar mi cabeza nunca estuvo en sus planes , al contrario siempre quiso confundirme. Cuando discutimos, nunca pide disculpas, sólo me besa o me trata bien. Sé que a veces soy una tonta por creer que me besa porque me ama, pero eso no ocurriría si no me confundiera tanto. Aunque yo también tengo la culpa, él me advirtió que no me enamorara de él muchas veces y yo siempre lo ignoré. De hecho, desde el inicio me lo dijo, de alguna u otra forma. Pero de todos modos preferí seguir mis sentimientos a sus consejos, los cuales me los decía por mi bien, me lo dijo de una forma cruel pero por mi bien. Él no quiere lastimar a las personas, no realmente, o al menos eso espero. Si realmente me quisiera lastimar no me hubiese advertido de lo peligroso que él es. Pero, a la vez, si no me quisiera lastimar no estaría en la misma casa que yo. 
Me sobresalté cuando la silla que estaba a mi lado se movió hacia atrás de forma ruidosa sacándome de mis pensamientos rápidamente.
Lo que nunca esperé, Noha se sentó a mi lado y empezó a comer en silencio, mientras todos lo observaban, yo incluida.
Noté una cicatriz cerca de su oreja, me pregunto de qué será. Puede que no se acuerde. Yo tengo una en la espalda alta, no recuerdo cómo me la hice y mamá tampoco me quiso decir, pero ella nunca me revela nada de mi pasado. Es como si pretendiera olvidar todo lo que me ocurrió, y fingir que toda la vida fue perfecta, aunque ahora no lo es del todo. Finjo que no sé que ella se acuesta con su jefe para obtener un poco de dinero porque su orgulloso es demasiado como para aceptar la ayuda de mi padre real.
Noha me miró, desafiante.
-Deja de mirarme- dijo, provocando que me sonroje y voltee la cabeza a mi comida rápidamente. Bien, tal vez sigue un poco molesto conmigo por cómo lo traté. Tal vez sea mejor dejar pasar el hecho de que yo fui la que provocó su enojo. Podría ser conformista y aceptar sólo sus saludos, porque a partir de hoy no voy a volver a acercarme a él, siquiera intentar ser su amiga.
-Mónica, ¿qué te ocurrió en el ojo?- preguntó Jeremy, refiriéndose a la mayor de las niñas. Ahora sabía su nombre. Miré su ojo, que estaba hinchado. Tendría que ponerse algo como hielo para que no le hinche más, si es que puede llegar a hincharse aún más. También debería desinfectarlo.
-No es nada- respondió con los dientes apretados-, una discusión por...- Se detuvo pensativa observando su plato-, por nada.
Fruncí el ceño, eso no parecía nada. Tenía el ojo hinchado, y tal vez tenga su cuerpo con algún moratón a causa de aquella discusión.
-Tu ojo no dice que fue nada- dijo Adele, moviendo una papa de un lado a otro. Su cabello estaba alborotado, y su sonrisa pícara demostraba que ella sabía qué había ocurrido. No quería entrometerme, pero quería hacer algo por Mónica. No habíamos sido presentadas correctamente, no habíamos sido presentadas para nada.
-Cállate- le reprendió la hermana, y no de forma amable. Adele puso los ojos en blanco, de forma burlona. Empezaba a caerme bien. A pesar de que no le agrade su padre y lo trate mal, parece una chica divertida.
-Yo hago lo que quiero- respondió con una sonrisa que decía que sabía que aquello haría enojar a Mónica, y luego se puso la papa con la que jugaba en la boca, bastante satisfecha. Esa acción hizo que sonría.
-Niñas- les advirtió Natalie, y ambas pusieron los ojos en blanco.
Me daba cierta curiosidad saber por qué fue la discusión, contra quién y cómo había acabado la otra persona. Se notaba que Mónica no era una niña tranquila, pero que probablemente no forma parte de los revoltosos. Seguro que es una loba solitaria, como su tío. Bueno, él no es tan solitario si por cada día tiene una chica con la que pasar un rato.
Miré a Noha, quien también me estaba mirando. Sin embargo, apenas mis ojos se encontraron con los suyos él volvió a su plato y yo al mío. ¿Por qué me miraba?
-Cuéntanos un poco de ti, Juliet- dijo, Natalie, haciendo que voltee la cabeza hacia ella.
¿Contarle sobre mi? ¿Qué podría contarle sobre mi vida? ¿No tendría que preguntarle a Noha para recobrar el vínculo?
-¿Estudias?- preguntó al ver que no respondía. Me moví nerviosa en mi asiento, enredando mis pies y poniéndolos debajo de mi asiento. La impresión siempre es lo más importante, tener una buena impresión te da cierto nivel académico provocando más probabilidades de crecer en tu vida, o al menos es lo que escuché.
-Sí- respondí-, voy a Berklee- Natalie sonrió, ampliamente. Espero que no pregunte si allí es donde conocí a Noha, porque la verdad es que no tengo ni idea acerca de qué estudia él. Nos conocimos hace meses, pero no recuerdo siquiera su color favorito. Apuesto que es el negro.
-¿Bailas?- preguntó Mónica. ¿Se refería a si estudio danza o si bailo por diversión?
-Estudio piano, pero hice clases de baile cuando aún iba al instituto- respondí, recordando mi carga horaria completa. Danza, danza contemporánea, moderna, jazz, latina, hip hop, española...
-Eso es genial! Bailarás conmigo luego, ¿cierto? En el Just Dance- dijo ella, sacándome una sonrisa.
-Claro- dije, pinchando una papa con el tenedor.
El teléfono de Noha sonó, y yo voltee para verlo.
Observé en la pantalla el nombre de "Red", y algo en mi se despertaron. Eran celos. No debía de estar celosa, no por ella, pero lo cierto es que lo estaba. Ella estaba con Noha todo lo que quería, y yo no... Pero él no es más que alguien que juega con mis sentimientos.
Tomé un sorbo del agua que me había servido anteriormente para disminuir mi nerviosismo. ¿Qué hará? ¿Va a atenderle? Espero que no. Si le atiende sé que no voy a poder mirar a Red a la cara porque todo es más importante para él que pasar tiempo conmigo y su familia...
Y como temía, Noha se levantó alejándose unos pasos, pero lo justo como para que pueda oír la conversación:
-¿Qué quieres?... Eres un asco... ¿Qué?- dijo histéricamente-. No vuelvas a mencionarlo... No, estoy con Cindy...- ¿Cindy? Él no está con Cindy, está conmigo y su familia. Fruncí el ceño-. No es de tu incumbencia...- voltee la cabeza para ver dónde se encontraba, y cuando lo visualicé en el umbral de la cocina noté que me miraba con el ceño fruncido y enfadado, volví a voltear la cabeza. ¿Había hecho algo malo?- Iré a la próxima. Adiós- luego de unos segundos sus pasos se dirigieron a su silla y se sentó a mi lado.
No sabía qué pensar de Noha, estaba comiendo tranquilamente cuando le había mentido a Red sobre las personas con las que estaba. No sé quién es Cindy, mi mente la asocia con una de sus amigas, o algo así, pero yo no soy Cindy, Natalie tampoco lo es, ni sus hijas o su marido. Mentir está mal, aunque sea a una persona como Red, sin embargo a Noha no parece importarle eso. Si hay algo que caracteriza a Noha es que es... insensible e imposible. Como si el mundo le diera igual, como si no hubiera nadie más importante para él que él. ¿Por qué debería de importarle alguien como yo? Alguien que apenas sabe su nombre. ¿Acaso sabe cuándo es mi cumpleaños? Por supuesto que no. 
-¿No comes?- preguntó Noha sin voltear la cabeza hacia mi. Negué con la cabeza. No tenía hambre. Primero la discusión, luego la llamada de Red... ¿Cómo podría tener hambre? Además, ¿por qué Red lo había llamado? ¿Qué necesitaba de él?
-¿Y qué planeas para tu futuro?- preguntó, Natalie. Creo que era la única a la que realmente le interesaba integrarme a la familia, a pesar de no ser nada. Siquiera una amiga de su hermano-, ya sabes, casarte, tener hijos, todas esas cosas.
Negué con la cabeza.
-No planeo casarme- respondí orgullosa de mi opinión personal-. Creo que no es necesario un papel para estar con alguien, por lo que no quiero casarme. Por otro lado, tal vez quiera tener un hijo, o dos. Supongo que sería interesante...- tomé un sorbo de agua, y Mónica me miró de forma incrédula. Había utilizado las palabras equivocadas de nuevo, siempre me ocurre cuando estoy nerviosa y los penetrantes ojos de Noha sobre mi hicieron que deje el vaso de agua con la mano temblando. Genial, había empezado a temblar.
-¿Dices que los hijos son experimentos? ¿Acaso tu cabeza de rubia hueca te hace pensar tremenda estupidez?
-Mónica- la reprendió su madre. Yo negué con la cabeza.
-No, no me refiero a eso. Digo que me gustaría tener a alguien que me acompañe en mi vida, para criarlo y cuidarlo- ella mira su plato y mueve de un lado a otro una papa. ¿Por qué siempre mueven las papas y no las comen? Está bien, yo tampoco estoy comiendo ahora, pero por un par de papas no está vacío.
-Pero planeas tener pareja- agregó Jeremy, el novio de Natalie. Asentí.
-Alguien como Noha- habló Adele.
Abrí los ojos como platos, a la vez que Noha empezaba a toser y dejaba el vaso de gaseosa en la mesa.
En cuanto se recuperó dijo:
-¿Qué dices?- Yo me removí incómoda en mi asiento.
-Está bien, fue sólo un argumento que es válido. Y, sobre eso, no- dije lo más determinante que pude-. No creo que una relación entre personas distintas sea sana, no quiero decir que tu tío esté enfermo o loco, sólo quiero decir que...
-Te gusta, ¿cierto?- preguntó, Mónica con una sonrisa burlona. Adele rió.
-Es obvio que le gusta, Moka- dijo, y volvió a reír.
-No, no, no. Me están mal interpretando. Noha es sólo un amigo, pero no me gusta. Siquiera es un amigo. Sólo nos caemos bien.
-Tus ojos no dicen los mismo- dijo Adele y rió como si hubiera dicho la cosa más graciosa del mundo.
Mi rostro estaba más rojo que un tomate, y si supiera donde está el baño, iría a esconderme allí.
-No, en serio- dije, y todo el calor del mundo se vino a mi cuando Natalie y Jeremy se unieron a las risas. A pesar de que hayan intentado no reírse, no pudieron.Realmente no comprendía cómo unas niñas tan pequeñas como ellas podían hacer que me sienta tan incómoda con unas simples palabras como esas.
Miré a Noha, el cual miraba al frente enfadado. ¿Qué sucedía? ¿De qué me había perdido?
-¿Te quedarás a dormir?- preguntó Jeremy, para desviar la conversación a algo más cómodo. Claro, luego de haberse carcajeado su vida. Las niñas seguían riéndose, lo cual me ponía aún más nerviosa-. Ya son las doce, y...
-Mañana tiene clase, por lo que no se quedará- interrumpe Noha-. Se viene conmigo a mi habitación para darle unos libros- suelta mi mano, y se levanta-. Digo, para eso viniste en realidad, sólo que nos tomó más tiempo. Ya sabes, ya que no somos amigos.
Miré a Noha, dudosa. ¿Qué ocurría? ¿Por qué de pronto estaba tan frío conmigo? ¿Yo qué le había hecho? Él no tenía derecho a estar enfadado conmigo, sólo yo tenía ese derecho. Por ahora.
-Sí, claro- me limité a levantarme y un pequeño rubor se extendió por mis mejillas cuando crucé miradas con Noha. Él apartó inmediatamente sus ojos de los míos. Intenté pensar en algo que había hecho mal, pero no recordaba qué. Si Noha fuera mujer, sería la gemela de Red. Definitivamente. 
Seguí a Noha quien me guiaba por las escalaras que daban al segundo piso de forma rápida, intentando huir de mi. Le agarré del brazo cuando mis pies resbalaron por el borde del escalón y él apartó su brazo de un tirón. Estaba enfadado, pero ¿por qué?
-¿Qué te sucede?- le pregunté una vez estuvimos arriba, para que su familia no nos pueda escuchar. Él levantó sus cejas fingiendo estar desconcertado
-¿A mi? No, a mi no me sucede nada. Deberías preguntarte que mierda te sucede a tí- fruncí el ceño.
-Pues a mi tampoco me sucede nada. Yo estaba hablando con tu familia y, de pronto, tú- lo señalé con el dedo-, te enojas por nada. 
-¿Por nada?- preguntó escéptico-. Bien, para ti siempre me enojo por nada, ¿no?- él puso una llave dentro de la cerradura desbloqueandola y abrió la puerta negra-. Aguarda aquí unos minutos y luego vete- dijo.
Prendió la luz a través del interruptor que se encontraba a un lado del marco de la puerta, dejándome ver una habitación completamente negra. La cama estaba desecha, en el suelo se encontraban millones de papeles, envolturas de hamburguesas de Mc'Donald's, latas de distintos refrescos y, como no, ropa. Lo extraño de esta ropa es que no era de su talla, tal vez un poco más pequeña. ¿Será su dormitorio de cuando era pequeño?
De todas formas, ¿irme? Yo no me voy a ir. Él me va a decir qué le sucede, o... Bueno, no puedo hacer nada en su contra, pero algo se me ocurrirá.
-No, no me vengas con eso de que creo que te enojas por nada- dije, y me mordí el labio, inconscientemente-¿Por qué te enojaste?- le pregunté, mientras él miraba a la ventana. ¿Por qué está enojado? Intenté repasar la conversación en mi mente, intentando recordar qué había dicho de malo y que no recordara, pero este silencio me hacía sentir presionada como si algo estuviera por estallar, como si alguien estuviera por hacerlo.
-Quédate a dormir hoy, si quieres- dijo con una repentina calma, fingiendo que no se había enfadado recién-. Yo vuelvo en media hora y luego te llevo a tu residencia.
-¿Qué?- pregunté, mirándolo mientras se marchaba-, pero tú...- él cerró la puerta. Grité, frustrada y le di una patada al suelo.
Era injusto que él siempre consiga todo lo que quiera, era injusto que me deje aquí en su habitación ordenándome que no me mueva para que pueda ir a mi residencia. ¿Por qué lo hacía? Digo, si tanto lo aburro y molesto, ¿por qué no me deja en la residencia directamente? ¿Qué tanto me quiere hacer sufrir?
"Tal vez me diga qué sucede, si le acomodo su habitación...", pensé, pero en el fondo sabía que era una táctica de mi cerebro para distraerme y, también, porque esta era su habitación. Por lo tanto, si era su habitación, se podría decir que hay cosas de su pasado que él no quiere compartir conmigo que puedo llegar a descubrir sin necesidad de hablar con el. Claro, podría ir abajo y hablar con Natalie y preguntarle qué ocurrió con él, cómo era y todo eso. Pero, no se me ocurrió hasta dentro de unos minutos, y para ese entonces ya estaba ordenando.
Me puse a acomodar su habitación. Revisé sus cajones para darme cuenta dónde iba cada cosa hasta que quedó reluciente. Me sorprendió no encontrar ninguna revista Playboy, o algo similar. Tan sólo había ropa, bolsas de comida y comidas y colillas de cigarros y de puros. Lo único que conseguí de interesante, fue una foto de él de pequeño. Tendría aproximadamente unos 15 años, vestía un traje y le rodeaba con el brazo la cintura a una chica de su misma edad. Tenía un solo piercing en su ceja. La chica estaba realmente feliz, riendo. Su cabello era negro y ondulado, largo. Tenía la cabeza para atrás y un vestido crema realmente hermoso. Él tenía el mismo corte de cabello que tiene ahora, una sonrisa en su precioso rostro, pero sus ojos no. Sus ojos estaban caídos, tristes. Ahora no están así, están normales, a menos que lo ponga triste algo. Me pregunto quién es esta chica, y porqué está abrazada a él, porqué él conserva esta foto con ella y porqué él está sonriendo.
Me daba rabia que tenga unos repentinos celos por una chica que siquiera conozco, pero la verdad es que quería una foto con él y que la conserve. Quería que él tenga una foto conmigo.
-¿Qué miras?- preguntó Noha. Su voz me sobresaltó, había pasado más de dos horas y media sola en su habitación y pensé que no iba a volver.
Voltee la cabeza hacia él. Yo estaba sentada en el suelo, por lo que me levanté ocultando la fotografía detrás de mi espalda. Poco a poco la fui metiendo adentro de mi camisa enganchando la punta con la parte de atrás del sostén. Pretendía conservarla.
No me había percatado que tenía un cigarro en su boca y que examinaba su habitación con calma. Demasiada calma, tal vez. No dijo nada acerca de que toqué sus cosas, sólo la miraba como si pretendiera memorizar cada detalle del nuevo orden.
Volvió su vista hacia mi, y repitió:
-¿Qué mirabas?- puse mis manos a mis costados, y dije:
-Nada-. Pero soné demasiado obvia, ya que él sonrió a un costado y negó con la cabeza.
-Vamos, muñeca, no me hagas rogar. Sé que estás acostumbrada al orden- dijo, mirando a su alrededor-. Era muy probable que acomodarías para husmear en mi pasado, por lo que no me digas que nada porque sé perfectamente que algo sostenías en tus manos- fruncí el ceño, desconcertada. No creí que me conociera tan bien. Aún así decidí avanzar con mi mentira.
-No, estaba viendo mis manos- él comenzó a avanzar hacia mi, con una ceja levantada como diciendo "No te creo nada", y para distraerlo pregunté-. ¿Dónde estuviste? Dijiste media hora y ya son las tres de la mañana.
Pero ya era tarde, él rodeó mi cintura para atraerme más a él y luego empezó a subir su mano por mi espalda, debajo de mi camisa. Un escalofrío recorrió mi cuerpo cada vez que su mano subía, hasta que por fin consiguió su maldita foto.
Sé tiró a su cama de un salto y vio la foto con ojos nostálgicos.
Algo había cambiado en él. Podía notar que había reemplazado por un par de segundos su mirada dura, por una llena de humanidad. ¿Quién hubiera pensado que el mismo Noha que hace unos minutos estaba en el patio gritándome ahora miraba esa fotografía de esa forma? ¿Acaso era algo así como si novia? ¿Que ocurrió con ella? Me gustaría quedarme y saber todo acerca de su historia. Tal vez no ahora, si no está listo, pero que él haya visto esa imagen con tanta dulzura, hace que reflexione sobre cómo es realmente. 

Volviendo el tiempo atrás {EDITANDO} #WATTYS2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora