17. Una Estúpida Elección

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Noha

Odiaba cómo estaba vestida, parecía una puta chica correcta y yo odiaba a esa clase de chicas. ¿Acaso se creen mejores que mi? Pues no. No lo son. Odiaba a esa clase de personas porque me hacían sentir como si fuera un estúpido imbécil inferior a ellos. De hecho, odiaba a toda la raza humana, incluyéndome a mi.
-¿Dónde vas así vestida?- quise saber, y Camille me miró con su cara "amenazante", la cual no era para nada amenazante. ¿Acaso pretendía que yo me eche atrás? Mi objetivo con Juliet, desde el primer momento en que la vi, fue, es y siempre va a ser arruinar su puta vida hasta que se sienta tan miserable que no quiera ni existir. No soporto estar cerca de ella y que mis fosas nasales se inunden con su puta fragancia a almendras, pero tampoco quiero estar tan lejos como para que ella olvide quién es el que manda en este juego. Me pregunto si ella sabe que estoy jugando con ella o no.
-No sé, tal vez al parque- dijo, y se levantó acabando de atarse sus putos zapatos de chica correcta. Doble nudo, como no-. ¿Por qué? ¿Quieres venir?- preguntó, como si yo quisiera ir tras ella. Como si no prefiriera la compañía de los dos enamorados a la de ella.
Además, ¿qué le hacía creer que quiero pasar tiempo con ella? Ella sabe muy bien que odio su compañía, no entiendo porqué sigue insistiendo en nuestra amistad. Era obvio que no iba a funcionar. Prefiero que me corten los putos brazos a estar frente a ella.
Bueno, tengo que darle un poco de mérito. Besa bien, y cuando usa la ropa de Camille no le queda tan mal como a su amiga, pero aún así. No la soporto ver con algo así. Quisiera desgarrar esa puta ropa, quemarla, y gritarle que se ponga la ropa de Camille.
-No, obviamente que no. Antes muerto- ella frunció el ceño dolida. ¿Cómo es que le afecta tanto lo que digo? Debería darle igual y vivir la vida más despreocupada. Algo así como "A la mierda las leyes, hoy robo un banco".
-Bien- respondió, seca y yo seguí escribiendo en mi celular.
No se que mierda le abré dicho anoche, pero no recuerdo nada más desde el desafío de tomarme quince copas de vino en menos de dos minutos por la tarde. Creo que fuimos a un bar a festejar algo, pero todo mi mente es como una puta laguna. De todas formas, no hay nada que no haya hecho ya. Tanto de forma sexual como no.
Se levantó de la cama tomando un estúpido abrigo de un color horrible con una cartera al igual de horrible que el resto de su ropa.
Suspiró, y me miró debatiendose entre si decirme algo o no, luego negó con la cabeza y miró a Camille.
-Volveré tarde- Camille frunció el ceño. La estúpida estaba tan contenta que tenía un hermano que está atormentando al pobre de Ashton. No sé para que mierda se molestan a que yo venga aquí, ya saben que no me agradará esa chica nunca. Bueno, está vez yo vine sin que me invite Ashton, pero sólo lo hice porque no soportaba a los estúpidos chicos de la fraternidad. Además, aprovechaba la situación para molestarla un poco.
-Mi tarde- respondió con una sonrisa tonta, y Camille sonrió.
-Bien, diviértete y cuídate mucho- Juliet asintió y se fue. A la última persona que miró fue a mi, y eso de ser la persona cuyo corazón tiene entre las manos me hace sentir superior y me enorgullece poder hacer con él lo que yo quiera. Podría decirle "Te quiero" o "Te amo" y ella haría lo que yo quisiera. Es un gran poder, y me agrada.
Sí hay algo que nunca comprendí es porqué a las chicas buenas les gustan los chicos malos, ¿tan poca emoción tienen en sus vidas que tienen que buscarse a un hombre que les enseñe a divertirse realmente? Ellas fueron hechas para aprobar los exámenes, no son lo suficientemente fuertes como para salir con alguien que las maltrate.
Me levanté, y abrí el cajón de la nueva mesa de noche de Juliet donde escondía su cuaderno de frases. ¿Por qué había una nueva? ¿Dónde estaba el odioso espejo de cuerpo entero? Y la lámpara que hay encima de la mesa no es la misma que antes. ¿Por qué habrá hecho estos cambios? Esa mujer cada día está más loca.
Pasé mis dedos sobre la tapa negra con escrito "No tocar. Propiedad de Juliet". Todos sus cuadernos dicen lo mismo. Carece de originalidad.
A pesar de lo mucho que me desagrade esa chica, debo admitir que era una gran escritora y tenía mucho potencial. No me sorprendería que dentro de unos años pase por alguna librería y vea un libro de su autoría. De hecho, no entiendo qué hace estudiando música en una universidad con poco registro en Estados Unidos.
Me detuve en la última hoja que escribió y me senté en la cama, empezando a leer.
"Todas la sosas que dijiste nunca fueron ciertas" 03:32 a.m. 24/04
Bueno, últimamente se refieren a un corazón hecho añicos, y creo que soy yo el que la hace sentir eso. Anda saber qué mierda dije ayer para que le afectara tanto. De hecho, no me sorprendería que haya reemplazado todas sus cosas porque yo se las haya roto.
Proseguí:
"Me quedé esperando tu regreso" 03:33 a.m. 24/04
¿Lo ven? Sus estúpidas frases son muy dramáticas. Menuda mierda.
"Me confunde tanto tu forma de ser conmigo. Me hablas, me ignoras, me dices algo con cariño y enseguida me hablas como si me odiaras. Te desespero, me dejas de hablar por un día completo, y al día siguiente me hablas como si nada. Al final no sé quién está más confundido si tú o yo.". 06.29 p.m. 25/04
Yo no estoy confundido, en todo caso ella no sabe lo que quiere, pero yo sí sé cuál es mi objetivo.
"Ella era una chica lista, pero se enamoró como una idiota" 25/04.
No tiene hora, sólo la fecha. Con que es una chica lista tiene razón, revisé sus apuntes y, para ser de primer año, tiene la suficiente información como para aprobar. Y siempre está estudiando. Acabará en una puta orquesta. Ella se irá al cielo, y yo me iré al puto infierno donde el Diablo me está esperando con un abrazo y un pase VIP y una grata invitación para tomar el té a la inglesa junto a Hitler. Realmente no me sorprendería compartir mesa con Adolf, arruiné tantas vidas de chicas y chicos inocentes durante mi adolescencia que la culpa ahora me pesa. Yo fui la razón por la que Daisy Rámons se suicidara aquel día. Bueno, también es culpa suya puesto que le dije que no iba a conseguir nada conmigo, sólo problemas. Me ayudó bastante, llegué a conseguir la mejor droga gracias al dinero de su familia adinerada. La pobre se deprimió tanto que le dije que no quería ser su puto novio, y que me mudaría a Nueva York aquel fin de semana que se tiro de un edificio en construcción. Había mentido sobre lo de Nueva York, ni soporto las ciudades tan grandes, me gustan, pero no para vivir. Al parecer la pequeña Daisy se lo creyó y mi plan de desaparecer un par de días para que deje de estar tan pesada fue arruinado por la noticia de su muerte. Por la calle las conversaciones eran en plan: "¿No lo has oído?"  "Daisy Rámons, sí" "Exacto, la chica con la que estaba jugando Noha. Él fue lo incentivó a la pequeña a suicidarse". Pues no fui sólo yo. Tuvo relaciones sexuales con mi primo y acabó embarazada. Ahora imagínense que son parte de una familia adinerada con gran reputación y muy respetados y que de un día para otro, su hija, la niña que creían que quedaría virgen hasta el matrimonio, con tan sólo 14 años quedó embarazada. Prácticamente no sólo se suicidó ella, sino que también mató a su hijo.
Da igual, tan sólo tenía 13 años, no me interesaba lo que sucedía. Fui forzado a madurar antes de tiempo, por consecuencia nunca tuve un grupo de amigos de confianza y, al ser mis padres unas personas que se mantenían ausentes gran parte de mi infancia, no tenía en quién confiar. La puta de Natalie estaba por ahí puteando como siempre, mientras que yo miraba las sucias paredes de mi habitación mientras arruinaba lo más posible la vida de sus padres.
-Noha, deja el cuaderno de Juliet- me dijo, Camille sacándome de mi viaje al pasado-. Solo ve y dile lo que sientes- solté una fría y falsa carcajada. No sé qué le hace pensar que me gusta la niñata esa, ¿aún no distingue juego de gustar?
-Lo único que siento hacia ella es odio, desprecio y repulsión- volteo la cabeza para ver su expresión, la cual es neutra como si le diera igual lo que acababa de decirme. 
-Ve y pídele disculpas. Te daré veinte dólares si lo haces, ochenta para que pases la tarde con ella y otros veinte si mantienes la boca cerrada sobre el dinero, y noventa si la invitas a cenar- negué con la cabeza, no porque no necesitara el dinero, supongo que me conformaría con el estúpido dinero de la mierda de persona de Natalie intentando devolverme aquel "cariño familiar" con lo que supuestamente necesito y caprichos. Me negué porque ya tenía planes.
-No, tengo mejores cosas que hacer- dije, levantándome de la cama de la chica más odiosa del planeta y guardando su cuaderno de frases nuevo.
Me sorprendió que no me haya dicho nada por sentarme en su cama, pero le dio igual. Creo que ya se está acostumbrando a que yo mando y ella obedece.
Salí de la habitación, y atrapé el piercing de mi labio con los dientes. Por alguna razón estaba nervioso, y la mirada dolida de Juliet no dejaba de atormentarme haciéndome recordar a Daisy.
Juliet era muy parecida a Daisy. Chica inocente, adinerada... Hasta ahí era igual. El aspecto era distinto, pero la forma en que me mira cuando está dolida o triste, me recuerda mucho a la chica que alguna vez se tiró de aquel edifico. No es mi culpa, sino de ella. Si no se pareciera tanto a Daisy no la seguiría jodiendo, aunque siendo honesto, yo siempre la jodo y soy consciente de que me encanta. Joder a las personas es mi hobbie favorito, sobretodo a chicas inocentes. Lo reconozco, está mal, pero es sólo un pequeño juego. Luego se hacen más fuertes gracias a mi. Lo malo de todo esto es que últimamente se me está volviendo un poco difícil joderla a Juliet. No, no me refiero a que ella esté siendo más fuerte. Es la persona más llorona que conocí en mi vida. Me refiero a que, una vez que la jodo, empiezo a sentirme algo culpable por molestarla... A veces. Sólo por eso Camille cree que me gusta. Es una estúpida.
Me pasee de un lado al otro, esperando que el ascensor suba. Vamos,  que no estaba tan lejos... Era el tercer piso, no era tan lejos. Estaba perdiendo mi puto tiempo y no es bueno hacerme esperar, o enojar, o estar cerca mío.
Soy dañino. Todos me hacen ver como el peor chico de todos, un chico malo y toda esa mierda, pero ellos no saben que soy mucho peor. ¿Acaso un chico malo mataría a más de una persona y provocó que una chica se suicide estando embarazada?
Estuve pensando que tendría que ir a beber algo en un bar para hacer desaparecer a Juliet, Daisy y las miles de muertes que provoqué de mi cabeza. Caí en la cuenta que no tenía dinero por culpa de una estupidez.
-Mierda!- volví a maldecir, a causa del dinero. No quería pasar tiempo con la inepta, no quería tener que soportar toda la fachada de la perfección cuando ambos sabemos que ella no es así.
Juliet es una Zorra con todas las letras y la inicial en mayúscula. También es una perra, pero sobretodo una zorra. Resulta que la niña estúpida le gustaba jugar. Le robaba el novio a todas las chicas de forma astuta, y si se metían con ella era muy posible que golpee a alguien.
Espera. Debo dejar de pensar en ella y cómo era! Joder! Esa chica me desespera!
El ascensor abrió sus puertas, y yo entré evitando la mirada inquietante de la chica que se encontraba a mi lado. Pelirroja natural, sin dudas. Tenía unas muy buenas curvas, sin embargo, no era mi tipo. Bueno, no tengo tipo, pero no me puedo acostar con alguien a la que le intimida mi presencia. Se la puede notar incómoda y está temblando.
Di un respaldo y tomé mi celular para distraerme del espejo que me rodeaba. ¿Qué mierda de persona querría ver cómo está en un ascensor? ¿Para qué poner un puto espejo que te rodea casi por completo? Es una mierda. Todo es una mierda.
Quince minutos después estaba observando cómo el viento despeinaba el cabello de Juliet la cual estaba sentado sola en un banco, como cuando era pequeña y su padre y su madre se olvidaban que ella estaba en alguna función de teatro, baile o cualquier otra mierda.
Miren. Ni yo sé porqué mierda Esriy aquí y qué estoy haciendo, lo único que sé es que dejé que mis pies me condujeran a un lugar lejos de la residencia pero no tanto. No tenía ni idea de que Juliet estaría aquí.
Caminé hasta ella, y me senté mientras me miraba con curiosidad. Quise quitarle los putos ojos para que deje de mirarme. ¿Por qué siempre me anda mirando? ¿Por qué no se mira un poco ella? Que se vaya a la mierda. No la soporto.
-¿Por qué vienes a este estúpido parque?- pregunté, sin mucho interés. La verdad lo dije porque quería que deje de mirarme. Ya sé que suena como si fuera un imbécil, pero cuando una persona me mira demasiado tiempo siento que me juzga y me apuesto que a ella no le gustaría que la juzgue.
Observé a unos putos niños jugar al estúpido juego de La Mancha. Vamos! Que eso es lo más absurdo que hay.
-Está plagado de unos putos niños- proseguí, y ella soltó una risa cómplice. ¿De qué se reía? Yo lo decía en serio. A un niño le das un dulce y se apaga a ti. Yo no quiero que un puto niño se apague a mi, por eso no voy a tener hijos... Y por eso mi relación con Adele y Mónica prácticamente no existe.
-Putos niños- repitió con el tono más grave que tenía en un intento de imitar mi voz. ¡Por Dios! ¡Nunca podría imitar mi voz! ¡Nadie puede!
Recuerdo que de pequeño me preguntaba lo que debía de sentirse siendo un niño feliz con una familia atenta a mis notas y mis necesidades. Mientras mi madre y mi padre venían a casa una vez cada cinco meses a causa del trabajo que tenían, solía mantenerme sólo en mi habitación a mirar las paredes sucias y desgastadas durante horas. Me preparaba cualquier porquería que fuera mínimamente comestible-ya que la estúpida de Natalie estaba muy ocupada cogiendo, o saliendo a fiestas- y me imaginaba que estaba sentado en una mesa repleta de gente que me quería, que se reían y me preguntaban qué tal me había ido el día. Cuando me metía en una pelea en el colegio, a veces deseaba tener un padre que o bien me felicitara o pateara el culo por meterme el líos.
Las cosas resultaron mucho más fáciles a medida que crecía, excepto por un año. A los 9 años tuve la peor noticia del mundo. Mi madre no estaba conmigo y mi padre prácticamente me abandonó dejándome solo con Natalie. A causa de eso me había vuelto un niño frío, maleducado y, prácticamente, sin nadie en quién confiar. Por lo que cuando ellos me abandonaron en mi adolescencia logré percatarme que podía hacer aún más daño a la gente y las cosas fueron más fáciles. Ya no eran más peleas a puño limpio, ahora también eran insultos y juegos. Tenía un objetivo: hacer qué todos los que me rodeaban se sintieran tan desgraciados como yo lo era y así podría ser por fin encajar en algo. Usaba el sexo y las mentiras para hacerle daño a las chicas convirtiendo todo en un puto juego, pero el punto de todo esto es que, al ver aquellos niños jugando tan felices me daban ganas de, no sé, golpearlos para que no lo sean y se vuelvan tan fríos como yo. Tan fríos como yo me vi obligado en transformarme. Que de vuelvan un peligro para la sociedad. O que sean unos putos marginados al que no le hablaban por miedo a que los golpees.
Juliet se acercó más a mi, apoyando su cabeza en mi pecho como si creyera que la podría proteger de algo, cuando ella se tenía que proteger de mi. Cuando dirigí mi vista hacia el punto donde ella observaba incómoda, noté que una señora con un perro adentro de una bolsa nos miraba como si fuésemos unos bichos raros.
Bueno, un poco lo éramos. Yo con mis tatuajes y mi aire de chico malo, como solía apodarme la niña boba, y Juliet con sus estúpidos mocasines y su pinta de chica buena, pero nosotros no eramos los raros... o al menos no del todo. Lo era ella. Por llevar un puto perro en una bolsa.
Le mostré el dedo medio a la señora, e indignada volteó la cabeza y se fue del parque.
Luego de unos segundos, su cabeza seguía en mi pecho. ¿Por qué buscaba protección en mi? ¿Por qué no veía cómo era en realidad? Soy el caos en persona, y lo sabe. Lastimo a las personas, la lastimo a ella con mis absurdas palabras, pero siempre busca algo en mi que es imposible de encontrar. Lo sé, porque me pasé no sé cuánto tiempo intentando encontrar aquella "luz" de la que hablaba ella en su diario de los 16 años. Debería rendirse. Al fin y al cabo, todos lo hicieron.
Una vez que te conviertes en cáncer para la sociedad, no puedes hacer desaparecer volver el tiempo atrás y arreglar tus errores par convertirte en una buena persona. Ella tampoco pudo convertirse en un ángel. Yo lo noto.
-¿Puedo preguntarte algo?- dijo, interrumpiendo mis pensamientos. Odio que me hable cuando pienso. Creo que necesito una cerveza.
-Ya lo has hecho- puntualicé, y ella puso los ojos en blanco.
-¿En que pensabas?- preguntó, y yo me mantuve en silencio.
"Sí, claro. En serio crees que te lo diría a ti, niña absurda?"
La curiosidad en su mirada hacía que quiera sacarle sus puñeteros ojos para que deje de mirarme, de nuevo.
-Nada que te importe- respondí, de forma seca. No me importaba sonar borde, de hecho nunca me importó. Debe de ser por eso que nunca tuve un amigo realmente.
-¿En nada?- dijo, divertida e irritada a la vez-. Esa es la peor mentira que me has dicho hasta ahora- Sin embargo ambos sabíamos que eso no era cierto. Peor fue cuando le mentí diciéndole que la quería, y lo sabe muy bien por la forma en que ella se encuentra tiesa. ¿En serio fue tan estúpida como para creer mis palabras?
-Eso no es cierto. Recuerdas cuando...- la imagen de ella llorando en mi hombro y cómo se veía tan vulnerable y fácil de herir se me vino en la cabeza. ¿Cuándo lloró en mi hombro? ¡Demonios! Debí de estar realmente borracho, o colocado, y no sé cuál es peor-. Pensaba en que la puta anciana se tendría que haber puesto en sus putos asuntos- sus ojos se agrandarla sorprendida. Me divertía decir tacos frente a ella porque, como estaba acostumbrada a su puto lenguaje de mierda, el mío le sorprendía... Aunque el mío era mejor en todos los sentidos. A todos les agrada una persona que dice malas palabras.
Ella suspiró, y dijo:
-Estaba pensando- "Que raro!" dejó en suspenso la frase y yo le di tiempo para que prosiga. De todas formas, no tenía nada que decir- que podría ir a visitar a mi padre un día de estos. La visita de la madre de Camille me hizo pensar en que no hay que vivir con rencores porque solo convierten tu corazón en algo viejo y feo. Es decir... Sí, cometió muchos errores, pero ¿quién no lo hizo alguna vez? Yo también cometo errores como cuando se me olvida hacer alguna tarea- puse los ojos en blanco. Como no, ella y sus putas tareas. Seguro que eso le pasó tan sólo dos veces en su vida, y me quedo corto-. Pero tienes que aprender a perdonar y no vivir en el pasado, ¿no estás de acuerdo?- me encogí de hombros, enfadado. No pude evitar sentirme identificado con su estúpido discurso de penas, rencores y perdón. Pero ¿cómo mierda quiere que perdone a Natalie por lo que hizo? ¿O a todas las mierdas de personas que fingieron ser mis amigos cuando sólo se aprovechaban de mi, como todos?
-Haz como quieras. Es tu estúpida vida y no quiero participar en ella- su rostro se contrajo en dolor y fastidio, como si le hubiese clavado un puñal.
¿Que acaso no comprendía una mierda? Yo... ¡era eso! ¡Una puta cuchilla y ella la puta herida! ¿Cómo puedes pretender no salir lastimado de mi camino si soy la principal causa de tu sufrimiento? ¿Cómo esperas no sangrar luego de leer y releer el cartel de "ADVERTENCIA: perdona dañina a su lado"? ¿Cómo puedes confiar en alguien como yo?
-Bien- dijo, enfadada y yo puse los ojos en blanco. Como no, ella está enfadada y yo soy el culpable. Es tan típico. Esa es una de las razones por las que nunca podría salir con ella, a pesar de que le haya dado vueltas y vueltas estaba seguro que él me abandonaría en el infierno, mientras se va de rositas al puto paraíso. Que le mande un saludo a Dios mandándolo a la mierda, como bien se lo merece.
-Tampoco quería que formaras parte de ella- murmura y yo vuelvo a poner los ojos en blanco. Insoportable, era insoportable. ¿Cómo puede Camille aguantarla tanto tiempo? No ha pasado ni media que ya me quiero alejar de ella.
-Eso ni tú te lo crees- dije, volviendo a la estúpida conversación, y para darle mi toque especial agregué-, muñeca.
Me gusta decirle así ya que muñeca es casi un sinónimo de juguete. Ella era mi muñeca. Mi juguete favorito. Mi títere y yo su titiritero. La manejaba como yo quería y ella no se quejaba, es más disfrutaba del tiempo conmigo, a pesar de que nos pasábamos más tiempo discutiendo que otra cosa y eso, realmente me sacaba de quicio. Es decir, discutir con ella me sacaba de quicio. No, esperen, ella me enloquecía, y no de la forma de un enamorado, sino de la forma de un asesino.
-No me llames muñeca, no me gusta- dijo en un susurro que casi pasa desapercibido. Eso no es cierto. Le encanta que la llame así, sino ya me lo hubiera dicho antes, la primera vez que se lo dije... Además de que sus mejillas se tornaban levemente carmesí, como si se hubiese puesto un poco de rubor, y me encantaba que yo le haya provocado esa reacción involuntaria.
-Y tú- bramé, furioso-, deja de ser tan inocente.
Me sacaba de mis casillas todo lo que hacía. Su esfuerzo para parecer perfecta delante de su madre era en vano. ¿Por qué nunca se da cuenta de nada? Como, por ejemplo, de que su madre es una arpía que sólo piensa en ella misma. Es una estúpida por creer que su madre es una mujer de bien y no verla como realmente es, como una puta serpiente junto a Adán y Eva. Lamentablemente, ella es Eva.
-¿Por qué te molesta cómo soy?- chilló casi tan alto como mis gritos, pero los míos son más fuertes y causan más efecto a causa de mi voz gruesa que cautiva a más de una mujer. Los niños que antes se encontraban jugando, nos miraron desconcertados.
Sus madres caminaron hasta ellos y los tomaron de la ropa para que se alejen de estos locos. Resulta que a mi no me extraña esa reacción de parte de ellas ya que suelo provocarle eso a las personas. Doy una imagen intimidante, por lo que es fácil tenerme miedo.
Me levanté. No le iba a dar la gran explicación, pero tampoco me iba a quedar callado. Por lo que, para que me deje en paz, ya que la mocosa me estaba hartando, grité:
-Y por qué tú intentas pasar tiempo conmigo?- grité, unas adolescentes que pasaban cerca nuestro nos miraron con curiosidad-¿Y ustedes qué mierda miran?- les grité, y voltearon sus cabezas para seguir caminando adonde sea que vayan esas mierdas.
Voltee y empecé a caminar. Ni siquiera sé porqué vine aquí, sabía que íbamos acabar discutiendo y por lo tanto ella me iba a culpar de todo. De hecho es su culpa. Si ella no se hubiera hecho amiga de Camille, seguro que no habríamos empezado con todo este lío.
Es una estúpida mierda todo. Tendría que irme un tiempo para poder empezar con claridad. No es necesario detenerse a pensar que cuando estoy con Juliet siento como si mi cerebro fuera una laguna y yo me estaría ahogando. Vaya mierda. Ojalá se miera esta estúpida.
-No, esta vez no me dejarás así como así- dijo, y tomó mi brazo antes de que pueda salir del parque.
La miré, y ella se encogió sacando su mano de mi brazo, como si tocarme fuera un delito. Vamos! Ambos sabemos que le encanta cuando la toco, o cuando la beso.
-¿Dejarte así como así?- grité como un perro rabioso-¿Acaso te escuchas? Pareces un puto libro y te olvidas que eso no es real.
-Pues me da igual- dijo con el labio tembloroso-. Solo quiero ser tu amiga.
-¿Amiga?- solté una risa fría-¿Y qué te hace creer que yo quiero ser tu amigo?
-Pues...
-Pero nada, Juliet! Es que tu no entiendes una mierda de amistades. Soy como Heathcliff, ¿no lo entiendes? ¡Somos muy diferentes!- sabía que hablándole en su idioma me entendería. Sin embargo, a mi no me gustan los libros, pero había escuchado hablar de él gracias a Daisy. En este momento, estaba en deuda con ella.
-Sí, pero los opues...- la interrumpí antes que acabe esa odiosa frase que tanto he odiado siempre, y grité:
-¡Esto no es ninguna clase de física o de matemática! ¡No somos unos putos imanes!
-¡Sí, ya lo sé!- dijo-. Ya sé que este no es un libro, ni una película, ni somos unos putos imanes, pero aún así quisiera intentarlo. Quiero saber más de ti. Quiero saber si estás bien, o si estás mal. Tus problemas, tus sueños, tus pasiones...
-Corta el rollo, ¿bien?- dije, antes de que acabe el drama. Pues sí, ella era muy dramática y yo odiaba todo eso-. No quiero volver a oírte hablar del tema.
El rostro familiar d e una niña se apareció entre los árboles a la vez que se caía al suelo ensuciando su puto vestido blanco de comunión. ¡Mierda! ¿Qué hace aquí? ¿Por qué no está en la iglesia?

Hola! AGSIJAKSBAK Sí! Lo sé! Capítulo de la perspectiva de Noha! Tenía muchas ganas de publicarlo ya. De hecho, dudaba si hacerlo de Noha o de algún otro personaje que luego aparecerá en la historia, pero pensé "Ñha! Noha es sexy, así que...".
¿Quién será ese rostro familiar del que hablaba Noha? La verdad que escribir este capítulo me confundió a mi, en serio. Es decir, en mi opinión, y me aparto del lado de escritora del libro, es como que Noha ama pero no ama a Juliet. Es raro, lo sé.
Bueno, me voy a hacer los quehaceres de mi hogar.
Voten y comenten, saben que me encantan sus opiniones sobre las actitudes de los personajes.
Les mando un beso sensualon como yo sé hacerlo, y nos vemos en el próximo capítulo. Jadios!

Volviendo el tiempo atrás {EDITANDO} #WATTYS2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora