XIV

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Me levanté de mi cama y me dirigí hacia Isis.

-Vas a ir ahora mismo , no lo dejarás plantado- le dije mientras le quitaba la almohada.

-Pero y ¿si me quiere matar o violar o secuestrar?-comenzó a dar vueltas de un lado a otro, luego frenó en seco y me miró asustada-...o tal vez ¡me quiere secuestrar violar y matar!- dijo tirándose sobre su cama, quitándome la almohada.

Se cubrió el rostro y bufó.

-Isis, ¿en serio?- la miré con una ceja levantada - tú solo tienes que respirar y calmarte- la ayudé.

- Esta bien- suspira.

-Bien ahora ¡Ve a cambiarte sonsa!- la saqué de la cama y la empujé hacia su armario.

- De acuerdo pero no es necesario que me empujes así ¿no?- se queja.

-Claro que sí, si es que no quieres dejar plantado a un chico lindo es muy necesario- sonrío.

Se escuchó un suspiro de parte de ella mientras se adentra al armario a cambiarse.

Me senté en mi cama, riendo por lo nerviosa que estaba, tomé una hoja y empecé a dibujar. Estaba aburrida y tomando en cuenta que Isis tardaría tres milenios en encontrar algo apropiado para su cita....

Tras unos largos y eternos minutos escucho la puerta de su armario abrirse, levanto la vista de la hoja donde casi terminaba de pintar y veo a Isis salir con una camisa jean sin mangas y una falda roja hasta la mitad del muslo con unos converse blancos.

- Estás bella- dije sonriendo.

Dejé el cuaderno y el lápiz sobre la cama y me levanté caminando directo hacia ella.

-¿Tú crees?-estiró la falda dando un par de vueltas sobre sus pies.

-Estas preciosa, lo digo en serio.-me paré junto a ella en el espejo de cuerpo completo pegado en la pared.

-Gracias, Scar- se sonrojó y se dirigió a su escritorio.

Buscó entre los cajones, donde sacó un peine, volvió al espejo y empezó a cepillarse el pelo.

-¿Cómo te peinarás?-pregunté siguiéndola.

-Una simple cola, no quiero exagerar mucho y no me maquillaré.- respondió seriamente mientras se cepillaba el cabello para luego agarrar la moña y atar una cola de caballo -No quiero parecer un payaso después. -inhaló aire, se paró frente al espejo otra vez y me miró a través de este- Ahora si, ya estoy lista- se dio vuelta hacia mi.

- Estas preciosa ¿si?- le sonreí y le guiñé un ojo.

Luego me dirigí a abrazarla, envolviendo mis brazos a su alrededor.

-No te preocupes, lo harás bien.-sonreí frotando sus hombros.

-Bueno, supongo que ya debería irme- informó nerviosa, caminó hacia la puerta, pero terminé interrumpiéndola.

-¡Espera!-ella se detuvo dándose vuelta, mirándome nerviosamente.

-¿Qué ocurre?-frunció el ceño entrando lentamente hacia la habitación.

Corrí al escritorio, donde rebusqué desesperadamente lo que debía darle. Isis no podía irse sin un buen olor.

-El último toque.-le mostré un perfume con olor a violetas.

Ella sonrió burlonamente, levantó un poco su cabeza, Luego apartó su pelo y yo rocié un poco de perfume en su cuello.

-Ahora sí, estás listísima.-le sonreí.

-Gracias Scarlet.-besó mi mejilla.

- Te espero aquí, ve por él, tigresa- le di una sonrisa pícara para luego soltar una pequeña carcajada.

Se sonrojó luego salió del cuarto y cerró la puerta lentamente, mientras yo me reía de su nerviosismo.

-Ay Dios.-sonreí negando.

Seguí con mi dibujo, estaba quedando bien para ser a lapiz pero era lo único que me tranquilizaba.

De pronto un ruido me hizo sobresaltar, es alguien tocando la puerta, dejé el cuaderno y el lapiz a un lado y abrí la puerta.

-¿Gabriel? ¿Qué haces aqui?- cuestioné nerviosa.

- Quería pasar a ver cómo estabas o si necesitabas algo- dijo esperando una respuesta.

-Estoy bien , pero pasa- me hice a un lado dejándolo entrar en mi cuarto.

Se sentó en la silla giratoria frente a las camas y empezó a girar. Al cerrar la puerta me di vuelta hacia él y le sonreí sentándome en mi cama.

- Perdón por venir a esta hora, no podía librarme de los nuevos reclutas...-hizo un ademán con su mano-con todos los ángeles nuevos que llegan aquí es mucho trabajo.- respondió mientras seguía girando, esbocé una sonrisa por aquel acto.

-¿Cómo es su "deber"? Por así decirlo- dije finalmente haciendo comillas con mis dedos.

- No es como tu crees- contestó apoyando el pie en el piso para dejar de girar y fijar sus hermosos ojos hacia los mios.

Creo que ahora tengo una muy fuerte debilidad....

- ¿Cómo piensas que yo creo que es , según tú?- dije cruzando de brazos.

- Lo de siempre, " llegan los anotan y que ellos solos se vayan a conocer el lugar y listo"; pero no es así es muy complicado más de lo que se escucha- respondió mirando a la ventana entristecido.

-Explícame.

Se levantó ignorando mi pregunta, caminando hacia mi cama, donde estaba el cuaderno con el dibujo que estaba haciendo, él lo sostuvo antes de que pueda detenerlo, observándolo con lujuria.

-¿Tú lo hiciste?-me miró, asentí comenzando a ruborizarme-Es precioso.

-G-gracias.

-Ven, debo mostrarte una cosa antes de seguirte explicando la misión que harás- me guiñó el ojo y me agarró las manos para luego hacerme parar de la cama, sostuvo mi cuaderno y lo dejó en el escritorio.

Alas del CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora