Vergüenza. #4

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La vergüenza: una emoción oculta.

 Contar a una persona de confianza una determinada experiencia y decirle que has sentido vergüenza es un buen modo de hacer que ese sentimiento disminuya. Pero lo cierto es que no suele hacerse muy a menudo.

Por lo general, la gente tiende a hablar de sus emociones. Cuando cuentan a otros una vivencia o experiencia suelen decirle que se sintieron enfadados, tristes, felices, etc. Pero esto no siempre sucede con la vergüenza, pues se trata de una emoción que la gente prefiere guardarse para sí misma.

La vergüenza juega un papel importante en la regulación de otras emociones como ira, miedo, culpa o amor. Si nos avergonzamos de sentir determinadas emociones, la probabilidad de expresarlas será más baja.

Por ejemplo, si te avergüenza sentir ira, no expresarás esa emoción o negarás su existencia. Así, cuando una persona se avergüenza de sus emociones, tiende a suprimirlas, de manera que puede llegar a estar totalmente bloqueada, sin apenas atreverse a sentir y mucho menos a expresar lo que siente. Si hace esto durante mucho tiempo, puede llegar un momento en que ni siquiera sepa lo que siente.

La vergüenza lleva a las personas a ejercer un autocontrol intenso y gran autocastigo u odio hacia uno mismo cuando ese autocontrol fracasa.

Un estudio mostró que las emociones que las personas prefieren no expresar y guardarse para sí mismas son los celos, el odio, la envidia y la vergüenza. El 54% de las mujeres y el 53% de los hombres se guardarían la vergüenza para sí mismos.

Por: Maria Muñoz.

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