"Yo tenía un perro negro llamado Depresión"
La depresión y la ansiedad no son sinónimos de debilidad. Tampoco son consecuencia de una elección personal, no podemos decidir si queremos o no queremos que nos acompañen.
No obstante antes de ver el vídeo hay que destacar que la metáfora de usar la imagen del perro negro como la depresión se remonta a la expresión que Winston Churchill utilizó para describir su melancolía. Este poderoso político británico que combatió al nazismo con fiereza manifestó que con frecuencia se veía atrapado en la depresión, una bestia que lo acompañó siempre y que lo poseyó durante los últimos años de su vida.
Un perro cuyos lúgubres aullidos atormentan la mente de quien los escucha, sometiendo su vida a la angustia, la pesadez y la apatía.
(La letra por si no se ve el video ⬇⬇⬇)
Yo tenia un perro negro. Su nombre era depresión.
Cada vez que el perro negro aparecía, me sentía vacío y la vida parecía detenerse.
Sin ninguna razón y en cualquier momento, podía sorprenderme con su visita.
El perro negro me hacía parecer y sentir mas viejo de lo que era.
Cuando el resto del mundo parecía estar disfrutando de la vida, yo sólo podía verla a través del perro negro.
De repente, las actividades que normalmente me provocaba placer ya no me interesaban.
Le gustaba arruinarme el apetito.
Masticaba mi memoria y mi habilidad para concentrarme.
Si quería hacer algo o ir a algún lado con el perro negro, necesitaba una fuerza sobrehumana.
En situaciones sociales el podía olfatear y darse cuenta de mi confianza y ahuyentarla.
Mi mayor temor era que me descubrieran.
Me preocupaba que la gente me juzgara.
Debido a la vergüenza y al estigma del perro negro yo estaba constantemente preocupado que me descubrieran.
Por lo que invertía gran cantidad de energía en ocultarlo.
Mentir para ocultar tus emociones es agotador.
El perro negro podía hacerme pensar y decir cosas negativas.
Podía transformarme en una persona irritable y hacer difícil para los demás el estar cerca mio.
Podía llevarse mi amor y enterrar mi intimidad.
Por sobre todas las cosas, él amaba despertarme con pensamientos sumamente repetitivos y negativos.
También le gustaba recordarme cuán agotador estaría al día siguiente.
Tener un perro negro en tu vida no se trata de sentirte un poco abatido o triste... sino de sentirte totalmente desprovisto o vacío de sentimientos.
A medida que fui creciendo el perro negro se hizo mas grande y comenzó a estar alrededor mío todo el tiempo.
Intentaba ahuyentarlo con cualquier cosa que yo pensaba que lo haría irse corriendo.
Pero con mucha frecuencia el me caía encima y salía airoso, decaer se hizo mas fácil que levantarse de nuevo.
Así que me hice bastante bueno en automedicarme lo que en realidad nunca me ayudó.
Al final me sentí totalmente aislado de todo y de todos.
El perro negro había por fin logrado secuestrar mi vida.
Cuando se pierde toda la alegría en la vida uno comienza a preguntarse qué sentido tiene.
Afortunadamente, ese fue el momento en que busque ayuda profesional.
Ese fue el primer paso hacia la recuperación y un importante punto de inflexión en mi vida.
Aprendí a que no importa quien seas, el perro negro afecta a millones y millones de personas; es una cuestión que le puede tocar a cualquiera.
También aprendí que no existe una bala de plata o una píldora mágica.
La medicación puede ayudar a algunos, mientras que otros pueden necesitar un enfoque completamente diferente.
También aprendí que el ser emocionalmente genuino y auténtico con los que están cerca de ti puede ser un poderoso elemento de cambio.
Lo mas importante es que aprendí a no tener miedo del perro negro y hasta le enseñe algunos trucos nuevos por mi cuenta.
Cuanto mas cansado y estresado tu estás, mas alto ladra, por lo que es importante aprender a calmar y relajar tu mente.
Está probado clínicamente que el ejercicio regular puede ser tan efectivo para tratar la depresión leve como los antidepresivos.
Entonces sal a pasear o a correr y deja atrás a la bestia.
Lleva un diario sobre tus estados de ánimo; el anotar tus pensamientos en un papel puede ser catártico y a menudo ayuda a ver con mas claridad.
Tambien mantén un registro de las cosas por las que debes estar agradecido.
Lo mas importante para recordar es que no importa cuán seria se ponga la situación si tomas los pasos adecuados y hablas con la gente adecuada, los días del perro negro pasarán.
No voy a decir que estoy agradecido al perro negro, pero él ha sido un maestro increíble.
Me obligó a reconsiderar y simplificar mi vida.
Aprendí que más que huir de los problemas es mejor abrazarlos.
El perro negro va a ser siempre parte de mi vida pero ya no volverá a ser la bestia que era.
Tenemos un acuerdo.
A través del conocimiento, la paciencia, la disciplina y el humor aprendí que se puede curar al peor perro negro.
Si estás en dificultad, nunca tengas miedo de pedir ayuda.
No hay absolutamente nada de qué avergonzarse, la única vergüenza es perderse en la vida.
Depresión.
Pide ayuda.
Acéptala.
Regalo dedicaciones, llevele!, llevele!!
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Libro psicológico.
RandomUn libro donde podrás encontrar diversas cosas sobre la psicología, incluyendo trucos que te podrían servir de ayuda. El contenido de esta historia es sacado de Internet.