El efecto de la vergüenza en la salud física y mental:
Las personas que han sido víctimas de la vergüenza a través de la humillación, el ridículo o el insulto tienen una peor salud que el resto de las personas. La humillación suele ser una causa frecuente de depresión, junto a la pérdida de algo importante. Por ejemplo, la pérdida de un trabajo (y del estatus social que conlleva) puede hacer que una persona se sienta avergonzada.
En un estudio realizado con 40.000 personas, la depresión y el síndrome de fatiga crónica aumentaban conforme aumentaban los sentimientos de vergüenza. De las personas que no habían sido avergonzadas/humilladas de ninguna manera, solo el 5% tuvieron depresión o fatiga crónica durante el año anterior.
Por el contrario, el porcentaje para los que habían sido humillados era de 37% para la depresión y 31% para la fatiga crónica.
Dado que la vergüenza tiende a ocultarse, es más difícil de descubrir e incluso una persona puede no ser consciente de que la causa principal de su sufrimiento es el sentimiento de vergüenza.
Cuando en el tratamiento de algún trastorno psicológico no se tiene en cuenta la vergüenza y el autodesprecio que pueden estar escondiéndose debajo, el tratamiento no resulta del todo eficaz. Por eso, algunos autores han tratado de buscar signos que indiquen la existencia de vergüenza. Por ejemplo, la falta de contacto ocular, los movimientos lentos, el nerviosismo y las autoacusaciones se han considerado signos de la existencia de vergüenza.
Aunque otras emociones, como tristeza o ira, puedan estar presentes, la vergüenza no reconocida puede ser el problema central subyacente.
Por: Maria Muñoz.
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Libro psicológico.
De TodoUn libro donde podrás encontrar diversas cosas sobre la psicología, incluyendo trucos que te podrían servir de ayuda. El contenido de esta historia es sacado de Internet.