Daniel había llegado a Gonr, corriendo al palacio por los escasos minutos que le quedaban para comenzar el baile. Dentro del palacio sus padres lo estaban buscando, pero Jack les había dicho que estaba en alguno de los hogares saludando a las personas. Amy comenzó a sospechar que lo que decía Jack no era del todo cierto, así que lo había indagado para saber la verdad, contándole la situación de Daniel, y ella, junto a Bram, les dijeron a los padres de Mercedes y Daniel que lo buscarían para traerlo, disimulando la situación. De pronto, las personas giraron sus miradas al ver que Daniel estaba entrando al palacio, acercándose sus padres y los de Mercedes, pero Jack se adelantó.
—¡Bajaste rápido con la visita de las personas! —Dijo Jack, haciéndole un gesto con la mirada.
—S-s-sí, vine rápido para tomar aire fresco porque estoy nervioso—Expresó Daniel soltando aire, fingiendo que estaba exhausto.
—¿Ya estás mejor, mi niño? —Preguntó su madre, tomándolo por ambos lados de la cara.
—Sí, estoy bien—Respondió, mirando a Jack para que le comprendiera—¡Increíble!
—¡Mercedes le está esperando en el jardín para entrar al gran salón de visitantes con usted, rey Daniel! —Le comentó la señora Graciela.
—¿Por dónde debo ir?
—¡Venga con nosotros! —Pidió acelerando el paso el señor Ignacio.
—¡Rey Daniel! —Dijo la señora Graciela, colocándose delante de él y quitándole el lazo, colocándole uno de color verde—. Al ser invitado al baile especial, debe portar el lazo alusivo al color de nuestro reino.
Daniel estaba caminando hacia puertas del jardín, con el corazón latiéndole y sintiendo un calor recorrer su espalda, se encontraba nervioso de lo que podría suceder. El señor Ignacio había abierto la puerta, permitiendo que Daniel ingresaba y viera a Mercedes de espalda, mirando hacia el cielo estrellado. Las puertas a sus espaldas se cerraron y Mercedes, con aquel sonido, giraría su mirada hacia esa dirección, encontrándose a un Daniel que se sonrojó.
—¡Daniel! —Se mostró alegre Mercedes, luciendo su cautivadora sonrisa—¡Te estaban buscando!
—Lo-lo-lo sé, perdón...por haberme perdido saludando a otros habitantes—Dijo fingiendo su sonrisa nerviosa.
—¡El cielo está hermoso! —Expresó ella, volviendo su vista hacia el cielo y Daniel avanzó hacia ella—. Esta parte del palacio me encanta, el cielo cubierto de estrellas y con esta fresca brisa, es relajante.
Daniel se detuvo a su lado, mirando el cielo también y apreciando la hermosa descripción de Mercedes, quedándose en silencio.
—La parte de la torre del reloj de Acalúria, el paisaje que ofrece con los rieles, las montañas y el bosque, es un espectáculo de escena—Dijo Daniel, sin bajar su mirada boquiabierto.
—¡Me encanta lo que describes! —Dijo Mercedes sonriente y mirándolo, Daniel asintió y ella volvió a mirar el cielo—. Los atardeceres, seguramente serán hermosos ahí.
—¡Créeme que sí! —Afirmó Daniel, sonriendo—. Si llegas a ir a Acalúria, te llevaré para que lo conozcas.
—¡Gracias, Daniel! —Dijo contenta Mercedes.
Las puertas del palacio volvieron a abrirse y ambos se giraron.
—¡Reina Mercedes! —Anunció un guardia entre abriendo la puerta, filtrándose el sonido de las personas esperando dentro del salón—¡Diez minutos para comenzar el baile!
Mercedes y Daniel estaban esperando en las puertas, nerviosos de lo que podría suceder. Él comenzó a frotarse las manos y soplarlas.
—La desventaja de ese lugar, es que hace bastante frío—Informó Mercedes.
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Acalúria © ✅ #PGP2024
FantasíaDaniel Rausseo, un muchacho de destacada inteligencia y un tanto peculiar, quien recibe en su cumpleaños número dieciocho una misteriosa carta, en dónde le comunican que es hijo de un importante rey y debe tomar posesión del trono del reino Acalúria...