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22 - La declaración de la guerra

La señora Verúska estaba saliendo de casa de los gigantes, agradeciendo la ayuda que estaban haciendo a los daños ocasionados, ella estaba pasando de puerta en puerta, verificando que las personas estuvieran bien. Bajó mientras indicaba a algunas personas lo que deberían hacer para reparar los daños que tenía el jardín, salió hacía las afueras del palacio y la lluvia había empeorado, se dirigió hacia la enfermería y Babén se encontró con ella.

—¡Verúska!—Expresó y ella curvó su sonrisa—¡Qué emoción verla bien!

—¡Gracias, Babén!—Dijo—¿Has visto a mi hijo?

—Sí, estaba con nosotros en la enfermería, pero decidió marcharse porque...—Agregó sin continuar las palabras y se acercó a ella —Es mejor que tú lo sepas. No será fácil.

Ella entró a casa y caminó con paso silencioso, al voltear a su derecha estaba Daniel agachado en el suelo, tapándose la cara con ambas manos y sollozando, ella se acercó preocupada.

—Hijo, ¿Qué sucedió?—Preguntó tocándole el hombro y él no se dejó—¿Puedo saber que sucedió?

—Supe...la verdad...qué tú y mi padre todos estos años...me habían ocultado.

—¿De qué verdad hablas?

—Josué—Añadió enojado y cruzó su mirada con suavidad hacia ella—Él...es mi hermano.

Su madre se cubrió los ojos con una mano.

—Por nuestras venas... corre la misma sangre de tu vientre—Repitió, viendo el suelo sin expresión—Solo que somos de padres distintos.

—Hijo, lo sien...

—¿POR QUÉ ME MINTIERON?—Bramó levantándose

—¡No te hemos mentido!—Añadió adolorida—!Lo hicimos para protegerte!

—¿De qué yo supiera que Josué es mi hermano? ¿De eso querían protegerme?—Exasperó, estaba furioso y sus lágrimas cayeron—!Toda mi vida ha sido una mentira! ¡Primero Margaret, luego aparece la carta de Acalúria y ahora esto! ¿Qué más existe?

—!Yo no quería lastimarte!—Protestó—¡Todos te amamos! !Tu padre y yo más que todo!

—¡TENEMOS LA MISMA MADRE!—Rugió, lanzando un adorno al suelo—¡HE ENFRENTADO A ALGUIEN QUE ES MI HERMANO! ¿NO HAY ALGO QUÉ SEA REAL?

Se agachó lloriqueando, su madre se agachó también llorando, ambos estaban en el suelo, él se colocó en posición fetal, dándole la espalda a su madre. Ella dejó de llorar y se secó las lágrimas, mientras estaba viéndolo.

—Carlos es tu tío, es mi hermano—Reveló con voz ronca—La única verdad firme...es que te amo más a ti que a Josué.

—¡No deberías querer o amar más a otro!—Chilló sin voltear—¡Queremos por igual! !Somos tus hijos!

—Josué me odia—Continuó y se sentó, él no volteaba—Soy de Narkef, hijo, abandoné mi tierra porque Dominic me fue infiel desde que nos casamos, luego me expulsó; claro, todo a su favor, diciendo que yo lo había engañado. Cuando intenté traerme a Josué, él me lo arrebató, diciendo que no lo volviera a verlo nunca más.

Daniel estaba en silencio y ella decidió continuar. Una sonrisa de le dibujó en el rostro a ella.

—Tu padre fue quien me abrió las puertas, donde todos me aceptaron—Comentó riéndose y sus ojos se iluminaron—Después te tuvimos a ti. Fuiste con quien tuve la oportunidad de compartir, hasta que te dimos en adopción con Margaret. Ella sabía que a los dieciocho años te marcharías, así le pedimos que te dijera la verdad, aunque nunca lo hizo.