Un cuerpo estaba tendido sobre la arena, moviendo los dedos de su mano derecha que estaba extendida. El chaleco y abrigo de esa persona estaban abiertos, con los botones rotos. La brisa sonaba mientras junto al cielo estrellado reflejaban una noche calmada, aquella persona estaba tosiendo e intentaba levantarse, apoyándose ambas manos, pero sus piernas temblaban y no lograba ponerse en pie. Los ojos de esa persona se movieron desesperadamente en cada dirección, encontrándose con altas paredes a su alrededor; hallándose en un lugar circular. Ese muchacho se llevó una mano a la cabeza que estaba ensangrentada.
—¿Qué...ha...pasado? —Susurró confundido Daniel y viendo a los lados—¿Cómo...llegué aquí?
Su mente está en blanco, sin recordar nada o como llegó allí. Él se llevó la mano rápidamente el cinturón para sacar su espada, pero esta no estaba. Daniel comenzó a preocuparse, sin espada y sin comprender en dónde se encontraba, estaba perdido, y no había alguna puerta. A continuación, comenzó a escuchar una risa que venía de alguna parte y arropaba el lugar, mirando con desesperación en diferentes direcciones.
—¿Qué pasa, Daniel? —Preguntó esa voz haciendo eco—¿No reconoces mi voz?
—¿Qui-qui-quién eres? —Expresó en voz alta, atemorizado.
—Veo que tanta diversión te hizo efecto—Dijo de nuevo esa voz—¿Qué sucede?, pensé que eras más valiente como lo demostraste aquel día cuando me enfrentaste.
Daniel comenzó a reconocer esa voz.
—¡Josué! —Gritó, Josué se reía—¡¿En dónde rayos estoy?! ¿Qué has hecho conmigo?
—No te he hecho nada, rey Daniel—Le clamó con voz blanda—. Tú sólo quisiste provocarme a tomar medidas estrictas.
—¿Dónde está Jack? —Susurró, apretando los dientes y comenzando a gritar molesto—¿Mercedes? ¿Mis padres? ¿Qué hiciste con las personas?
Josué se carcajeó y él se llevó las manos a los oídos.
—¡Eso mismo deberías preguntártelo! —Le dijo—¿Dónde estabas cuándo fue atacada Acalúria?
Daniel se desesperó con aquellas palabras porque su mente seguía sin recordar.
—¡No recuerdo nada! —Gruñó, Josué hizo un gesto de lamento—¡Si le hiciste algo a mis padres o a las personas...te juro que lo lamentarás!
—No lamentaré nada, porque no fui yo quien rompió una normativa—Comentó, suspirando—. Pagarás las consecuencias. Ahora, quiero divertirme...contigo.
El suelo comenzó a temblar y comenzaron a salir unos barrotes negros hacia arriba que encerraron a Daniel. Él intentó correr para no quedar ahí atrapado, pero su cuerpo estaba debilitado. Los barrotes llegaron hasta lo alto y Daniel los sujetaba, haciendo fuerzas para romperlos, pero era inútil. De pronto, comenzó a emerger de la arena ratas y arañas, y Daniel comenzó a asustarse, arrastrando hacia atrás, moviendo sus pies desesperados y tomando unos puñados de arena, lanzándoselos, y de la nada, empezaron a entrar desde arriba varios murciélagos. Daniel se giró, haciendo fuerzas con los barrotes, hasta soltar un gritó agonizante.
Unos ojos color miel se abrieron, encontrándose mirando un cielo hermoso estrellado, acompañado del sonido del agua, esa persona que yacía sobre el rio, es Jack. No tenía su abrigo, solo su camisa empapada, sin zapatos y las medias grises mojadas. Él se levantó lentamente apoyándose de los codos, observando el rio. A su derecha estaba la colina para ingresar al Bosque. Jack se llevó una mano a la frente y se acarició, quejándose, viendo sus dos dedos cubiertos de sangre.
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Acalúria © ✅ #PGP2024
FantasiaDaniel Rausseo, un muchacho de destacada inteligencia y un tanto peculiar, quien recibe en su cumpleaños número dieciocho una misteriosa carta, en dónde le comunican que es hijo de un importante rey y debe tomar posesión del trono del reino Acalúria...