Lazos Del Corazón <<RinxLen>>

XIX

Rin
Cuando me dí cuenta ya había pasado una semana desde que comenzamos a vivir con papá. En la escuela todo parecía normal, no hable con nadie de la situación actual que vivíamos rinto y yo,.ni siquiera con mis mejores amigas.

-Nee~ rin-chan- dijo neru mientras revisaba unos mensajes en su móvil -sabes que hay rumores sobre tí? -

Levante la mirada del pequeño libro que leía y observe a neru. -rumores?- pregunte curiosa pero extrañada a la vez.

-sip,dicen que kaito-senpai se te declarara-

-ehh? Kaito? - pregunté casi a gritos. Neru apartó la mirada de su móvil un instante (algo extraño en ella ) y dijo. -si, nada más ni nada menos que el cotizado kaito shion- respondió Neru entre risas yo la miré confundida y un tanto sonrojada.

-QUIEN te dijo eso Neru? -

-por dios Rin-chan! Todo el mundo lo sabe!- Dijo Ia tras de mi. No me dí cuenta en que momento había llegado.
-IA-san! Tu también lo sabías? - parecía que el verme nerviosa y confundida las hacía felices. Neru suspiro y volvió la vista a su móvil.
-rin-Chan, eres bastante distraída...todos lo saben, hasta... rinto-Kun- miré a Neru y luego a IA la cual asintió. Sentí como la sangre se subía a mis mejillas provocando un sonrojo. IA se echó a reír con la excusa de que había recordado algo gracioso (mentirosa).

Len
-len-Kun! -oí a lo lejos la voz de gumi. Giré mi cabeza y me encontré con la peli-verde sonriendo como de costumbre. Se acerco a donde yo estaba sentado y me dió un pequeño beso en los labios.
-Vaya que cursis son!! No deberían hacer eso en público, es asqueroso!!- gritó mikuo demasiado fuerte de lo necesario ya que se encontraba a un asiento de mi.

-maldición mikuo... podrías ser menos ruidoso- gumi lo fulminó con la mirada y éste se dió vuelta en silencio. No pude evitar que mi risa saliera, era lo que más me gustaba de ella. Siempre tan animosa y nunca dejaba que los demás la molestaran.
-Nee ~ len-Kun...saldremos hoy? -

-no lo se gumi...yo...-

-lo se...eres un amargado que solo piensa en sacar buenas notas y ser el mejor violinista de la ciudad -ella infló sus mejillas y yo solté una leve risa.

-yo hiba a decír que fueras a cenar a mi casa hoy- contesté sonriendo. Gumi me observó sorprendida, como si no creyera mis palabras. Se veía tan tierna.