Pov. N
Habían murmullos a mi alrededor, sollozos a veces, alguien me acariciaba de vez en cuando el rostro, distintas personas lo hacían ya que el tacto era distinto. Me sentía mejor, no me dolía la cabeza ni el estómago pero me sentía débil, muy débil, pero físicamente nada me dolía. Lo único malo era...me sentía vacío, tal vez estaba en algún lugar siendo visitado por mera lástima por desconocidos... ¿dónde podría estar? Mis recuerdos eran una laguna entera, así que no recordaba con claridad nada, ni si quiera distinguía mis sueños de la misma realidad.
Lentamente abrí mis ojos, encontrándome con un techo perfectamente blanco, olor a estéril y a limón; mi cuerpo dolía y por la iluminación del lugar podría asegurar que era de noche. Cuando mi visión se acomodó miré a mi alrededor, un cuarto de hospital, suspiré pero a mi lado derecho, el lado contrario a donde estaba la puerta, sentí una respiración. Me giré y me encontré con mi pequeño Hongbin, durmiendo en un sillón un poco incómodo al lado de dónde reposaba yo. Sonreí con ternura, debía de estar un poco sedado porque la ansiedad no me invadió; no podía seguir huyendo, me habían encontrado y al parecer me encontraba en un muy mal estado como para estar hospitalizado. Suspiré y cerré los ojos, ya no podía huir más.
Ya era el otro día, había despertado antes de Hongbin pero mantenía los ojos cerrados, quería saber quién más vendría. Para mi sorpresa, no pasó mucho después de que despertara Bin que escuché más gente entrar a parte de una enfermera que tomó mis signos vitales. Escuché a todos los chicos, aunque Leo no había hablado sabía que estaba ahí ¿por qué? Acaricio mi frente con un poco de afecto pero a la vez timidez, sólo él podría acariciarme de esa forma tan insegura, suspiré.
Abrí lentamente los ojos y con los primero con los que me encontré fueron con los de Leo, quién al verme abrió sus pequeños ojos como un par de platos, sonreí levemente.
− ¡Hakyeon! –dijo emocionado. Los demás corrieron a mí alrededor, todos, todos estaban mirándome sorprendidos, esperanzados y tristes.
− N Omma – moqueo el pequeño Hyuk, quién tomó mi mano, arrodillándose y apoyando mis dedos en su frente – te pedimos perdón de todo corazón – sollozó y pude sentir cómo mi corazón se encogía.
− Hemos sido unos egoístas – le continuo Ken, quién aguantaba las lágrimas sin dejar de mirarme a los ojos.
− Y nos hemos olvidado de lo duro que debes de estar pasándola – dijo Ravi con un hilo de voz.
− Hemos sido un mal grupo, pero...con tu partida...realmente nos hemos derrumbado – dijo Hongbin, con lágrimas silenciosas que bajaban por sus mejillas.
− N Omma no queremos a ningún otro líder, sólo te queremos a ti – sollozo Hyuk, mirándome mientras lloraba un tanto desconsolado.
Los miré a todos mientras lágrimas bajaban por mis mejillas. Leo trataba con todas sus fuerzas de no llorar, pero él sostenía con firmeza mi otra mano y con eso me trasmitía más de mil cosas sin si quiera decir una sola palabra. Me sentí especial, me sentí querido y sobre todo...sentí que ese vacío tan horrible que tenía en el pecho, se sosegaba en gran medida...no por completo pero lo hacía. Empecé a llorar de nuevo, sollozando pero esta vez, sintiendo un poco de paz. Los menores se acomodaron como pudieron conmigo en la camilla, abrazándome a lado y lado, consintiéndome. Podía sentir a Ravi y Ken consintiendo mis piernas y Leo, Leo sólo nos miraba, con una que otra lágrima que escapaba de sus ojos, tranquilo y tal vez aliviado.
− Yo jamás...jamás creí que fuera tan indispensable...− susurré con la voz muy entrecortada.
− Eres un tonto al no saberlo – dijo Ken regalándome una sonrisa – somos un desastre sin ti Omma – me guiño un ojo y me hizo un puchero, sonreí.
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What if...(Neo/Vixx)
Fanfic¿Qué pasaría si el líder de Vixx se cansa de la presión? ¿Qué pasaría si el decidiera rendirse? y por otro lado ¿Qué pasaría si el más frío y distante del grupo lo nota? ¿Qué pasaría si el viera cómo su líder empieza alejarse? ¿Qué sentirá? ¿Y sí...