6. Buscando nueva diversión

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Como todas las mañanas, el molesto despertador de Willow interrumpía mi sueño.
Partía muy temprano en la mañana a sus clases en la escuela para luego estar hasta tarde enseñándoles a los retrasados.

- Adiós, Salem... Cuida la casa.

Era lo que decía todos los días antes de irse.

¿Qué tendrá de bueno esa tal escuela? ¿Sera divertido?

Willow jamás habla sobre ello o qué hace, así que jamas me he podido hacer una idea. Durante todos mis años en la tierra tampoco he podido ir a una, bueno, excepto la última vez que fuimos en un trabajo pero fue en la noche, así que no logre ver mucha acción.

Salem entro a mi cuarto y salto a la cama para acomodarse en mi pecho.

- ¿Qué haces aquí bicho feo?

El felino se acomodo y comenzó a ronronearme.

- Si quieres que te alimente eso no pasara.- acaricie su cabeza- estoy aburrido... Ni siquiera salir a buscar a una chica me motiva.- suspiro mirando el techo- ¿Qué... Debería... Hacer?

Salem me oía atento como si de verdad pudiera entender. Cuando estaba aburrido y solo en casa, solía hablar con el... Lo sé, es patético, pero funciona.

- ¿Crees que debería estar con Willow? ¿Deberia ir a su escuela y ver que tal le va? ... No suena mal.- Sonreí para mi mismo- Bien, así sera.

***

No se qué debo llevar o hacer, pero se que Willow suele llevar un bolso con cuadernos y lápices. Tome algunos y partí a su escuela.

El solo hipnotizar a la directora y a unos cuantos profesores me basto para poder entrar sin problemas. Chicas lindas, jóvenes y todo eso caminaban de un lado a otro.

Aunque me apeste decirlo, tengo un vínculo muy fuerte con Willow y solo con su energía puedo rastrearla y saber en qué salón esta.

Me preguntaba qué cara pondría al verme, no sé porqué nunca se me ocurrió venir a molestarla acá.

Llegue al salón 101 y supuse que por la hora ella no estaría allí sino que en el almuerzo. Me acerque a unas chicas que no me sacaban los ojos encima desde que entre.

- Hey.- les sonreí-

Nerviosas me devolvieron el saludo mientras coquetamente jugaban con su cabello.

- De casualidad ustedes ¿conocen a una chica llamada Willow Doson?

Al parecer no les gustó que dijera su nombre.

- Ah, esa... Creo que esta en los jardines o quizás en el baño.- dijo una
- Ya veo, gracias.- les guiñe el ojo y me marche

Miraba por todos lados esperando encontrarla con algún grupo de amigos, pero no lo lograba.

Intente seguir a mi instinto y este me guió hasta la susodicha. Willow estaba en los jardines como dijeron las chicas, pero no estaba rodeada de amigos o alguien, estaba sola con un libro y su almuerzo.

Al parecer a esta amargada le gusta rechazar a la gente, siempre le gusta creerse la gran cosa.

Pensé en sorprenderla en la próxima clase, necesitaba guardar su expresión en mi memoria.

Me quede medoreando por allí conociendo el lugar y se veía muy divertido, animado... Mucho que conseguir.

La campana sonó y todos iban a sus respectivos salones, espere que todos ingresaran para hacer mi gran entrada. Toque a la puerta y cuando el maestro me dejo entrar puse mi mejor rostro de niño bueno.

- Adelante... Chicos.- se dirije a los demás- tendrán un nuevo compañero... Presentate.
- Con gusto- sonreí

Pude ver el rostro de las chicas babeando por mi y la curiosidad de los demás, pero el premio mayor se lo llevo Willow, su rostro de terror hizo que recordara aquellos días.

Desde que Lucy me capturó, solía escaparme a veces pero no podía salir del perímetro de la casa, así que todas mis diabluras debían ocurrir dentro. Cuando Lucy tuvo a Willow me encargue de hacerle la vida imposible a la pequeña, el sembrar el terror y la desesperación era lo mejor.

Era una pequeña, que con solo ver mis ojos salir desde la cama o los ruidos a altas horas de la noche la hacia gritar de horror.

- Mi nombre es Akise, espero llevarme bien con ustedes.- dije lo ultimo especialmente para Willow y cuando nuestras miradas se encontraron ella desvío la suya

Sentada al final del salón, sola, Willow mordía la uña de su dedo pulgar... Estaba nerviosa, siempre hacia eso cuando no sabia que hacer ante una situación incomoda.

- Tome asiento al frente.- me ordeno el maestro.
- Ok.

Cuando las clases terminaron, espere en mi asiento a que Willow viniera a hacer su espectáculo por mi presencia, pero no sucedió, salió huyendo lo más lejos y la perdí.

<<No te la sacaras tan fácil>>

Cuando llegue a casa note que estaba encerrada en su cuarto, toque la puerta, pero no salió. Deje el tema ahí y pensé en continuar al otro día.

En el salón esperaba a mi víctima mientras yo era rodeado por bellezas del salón.

- Akise ¿tienes algo que hacer?
- ¿Quisieras salir?
- ¿Estudiemos juntos?

Que fácil es encantar a las humanas, pero era obvio con mi belleza.

Todos los ángeles por naturaleza son hermosos, pero a pesar de dejar de serlo y convertirme en demonio no lo he dejado de ser. Cuando los ángeles caídos comienzan a comer almas humanas y terminan siendo demonios, sus apariencias cambian a ser grotescas y asquerosas. Es irónico que al comer el alma de esos demonios no me suceda nada, pero después de la limpieza que me hace Willow es claro que siempre me quede así.

Cuando mi compañera entro al salón note un extraño y corto silencio. Tomo asiento con sus libros y fingió que yo no existía.

¿Ley del hielo?

Sonreí travieso al sentir lo incomoda que debía estar. Hoy no podría huir, porque debía quedarse a darle clases a los tontos del salón.

Al sonar la campana camine directamente hacia ella, Willow se puso de pie para arrancar, pero no pudo ya que la tome de la muñeca.

- ¿A donde vas compañera?

Me suplico con la mirada que la soltara, todo el salón nos miraba y yo me reía por dentro al notar como la aislaría después de esto.

- Akise.

Dijo mi nombre casi suplicandome, jamas la había oído así.

Decidí obedecer solo para seguir más rato molestándola.

Salió temblando del salón y de ahí no la vi más, no apareció hasta que la fui a buscar para las supuestas clases que le daba a los demás.

Luna de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora