12. Confesión

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Desde que Gabriel llego a mi casa que no he podido sacármelo de la cabeza. ¿De verdad saldría con él como en los viejos tiempos?

Sacaba prenda, tras prenda de mi armario tratando de ver qué debería ponerme mañana.

- Aaaahhh.- grite frustrada mirando toda mi ropa sobre la cama haciendo un bulto gigante- ¿Qué hago? ¿Qué hago? ¿Qué hago?

Se que pensaran... "típico problema de mujer de no sabe que ponerse, pero tiene mucha ropa que sí puede usar"... ¡Pues no es así! yo de verdad no se que ponerme.

Crecí solo con mi madre y ella me elegía mis prendas. Bellos vestidos que hacían que me viera hermosa, pero... cuando ella se fue nunca tuve a alguien que me asesorara en ese sentido, así que me vestía como me sentía más cómoda. Ropa deportiva y suéteres anchos.

- ¡No sé que usar!

Sacudí mi cabello sin saber qué hacer.

- ¡Podrias callarte!- me grito Akise entrando de golpe a mi habitación- Quiero dormir, has hecho mucho ruido.

Mi problema de ropa era más importante que su presencia y solo me quede pegada mirando la gran montaña de ropa inservible para una cita.

- ¿Por qué tienes desordenado?- dijo ingresando a mi habitación con cierta curiosidad
- Es...- aprieto mis labios frustada- no se qué ponerme para mi ci...- me corregí- mi salida con Gabriel.

Una sonrisa divertida se asomo en su rostro y sus ojos destellaron al saber totalmente lo que yo pensaba.

- Querías decir una cita... una cita con Gabriel.
- Si.- dije aburrida - ¿Y?
- Es que no es una cita, nerd... él solo quiere salir contigo... como AMIGOS.

Lo sé, creanme que lo sé, pero... desde que se fue, un pensamiento ha rondado por mi cabeza y me gustaría... cambiar nuestra relación.

- Si... pero yo... -trague saliva nerviosa y desvíe la mirada - quiero confesarme.

El demonio se cruzó de brazos y alzo una ceja sorprendido, y algo me dijo que él no creía que yo pudiera hacerlo.

- ¿Declararte? ¿Por eso haces tanto escándalo?
- ¡Por suerto! Gabriel es muy guapo y... y yo...- agache la cabeza y mordi mi labio
- Eres una fea cuatro ojos.

Ok, no pensaba así de mi, pero si soy fea.

No quise darle la razón pero mi silencio lo hizo por si mismo. Sonrió satisfecho y dio un salto acomodándose sobre todas mis prendas en la cama.

- ¿Quieres verte mejor, no?
- Amh... algo... así.- rasque mi nuca incómoda.
- Entonces pídele ayuda a alguien para que te asesore.

Lo miré con los ojos entre cerrados.

- Sabes perfectamente que yo no tengo amigas.- dije con una sonrisa amarga.
- Si. -rió- lo sé.

Resople aburrida de esta charla sin sentido hasta que note que...

- Akise.
- ¿Si?- dijo dejando de reír al notar mi seriedad.
- Tú... ¿me ayudarías?

El único movimiento facial que hizo fue levantar sus cejas. Creo que no se espero jamás esa pregunta, pero la verdad estaba algo desesperada y quería que todo funcionara.

- ¿Willow, la Whika pidiéndome ayuda?

Sonrió burlón.

- Si no quieres esta bi-
- Jamás dije que no.- me interrumpió- pero me sorprende tu determinación con este tipo... Ese santurrón sera sacerdote.
- Pero... -suspire- quizás si alguien lo detiene... si le dice sus sentimientos él... él cambie de parecer.

Luna de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora