El día era perfecto, con pocas probabilidades de lluvia, y vientos agradables para poder pasear al aire libre, además de que el cielo se encontraba parcialmente nublado, lo cual me convenía, pues no soy particularmente amigo del calor.
La banca que me hacía de compañera en mi espera era la misma donde me había sentado a espiar a la líder Camila hace ya un par de semanas. Casualmente, me levanté de esta y caminé por los alrededores observando con detenimiento cada lugar, cada pedazo de tierra y basurero.
De un momento a otro, me sentí como volviendo en el tiempo a aquel momento en el cual decidí levantarme de la banca y seguir mi camino sin rumbo, luego daba un par de pasos y finalmente daba con un valioso artefacto perdido, el cual para mi sorpresa, ahora que hecho la vista atrás, me dio más alegrías que cualquier otra cosa o persona que jamás pudiera conocer, o haya conocido.
Estaba parado justo en ese lugar, observando hacia mis pies, memorizando el lugar donde ese artefacto estuvo reposando hasta que lo encontré. Lo saqué de mi chaleco azul de lino y lo observé un poco más, grabando en mi mente y recuerdos los detalles del diseño y las marcas del uso diario de tan invalorable pedazo de historia.
Alcé la vista para observar mis alrededores, buscando a quien sea que pudiera estar esperando, y un presentimiento que jamás había tenido me llevó a mirar hacia la entrada de la Noria, donde una joven chica parecía buscar igualmente a alguien con la mirada.
Primero pensé que podría ser una joven perdida esperando por sus amigas, las cuales podrían estar jugándole una mala broma; luego, que podría tratarse de una linda chica esperando a su novio. Pero mi presentimiento me empujaba a creer que podría ser mi cita.
Lo medité durante unos instantes, durante los cuales pude notar con mayor detalle a la joven y apreciar mejor su aspecto. Cabello rosado, corto hasta los hombros, piel clara y ojos celestes. Su ropa la hacía verse bastante infantil, lo que ciertamente me llevo a dudar, pero la volvía muy linda. Llevaba un vestido largo hasta por encima de las rodillas, el cual parecía ser de dos partes, blanco por encima y celeste por debajo, además de su sombrero igualmente blanco y un lindo moño rosado en el mismo.
Me sentí rápidamente atraído, casi obligado a acercarme y hablarle, lo cual era bastante extraño en mí, pues evito iniciar conversaciones con desconocidos. Tomé mi decisión y me acerqué.
En cuanto estuve a una buena distancia, la joven me notó acercarme y pareció asustarse y ponerse nerviosa por ello. Comenzó a girar la vista hacia todas partes, buscando a quien sabe quien, lo cual me puso muy nervioso, y hasta me causó dudas sobre la decisión que estaba tomando.
Caminé un poco más y la chica se cubrió con su sombrero, lo que me dio hizo sentir mal por causarle incomodidad; pero ya estando allí, no podía simplemente echarme atrás y pasar de largo de ella.
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Cuentos Pokémon
RandomSerie de historias o cuentos cortos sobre Pokémon, algunas basadas en historias de los videojuegos y hasta del manga, aunque otras se tratara tanto como sea posible de que sean originales. Los cuentos serán cortos, de hasta cinco o seis partes, y co...