¡Saludillos!
Pasamos mucho tiempo compartido, jugando y viajando por Hoenn, visitando y visitando lugares que ya conocemos tan bien, que se ha vuelto aburrido. Pensar que caminar con la persona que tanto me gusta se ha vuelto tan rutinario y absurdo, me hace creer que algo no está bien con nosotros.
Pero, ¿desde cuándo hay un nosotros? Nunca le dije lo mucho que me gusta, la cantidad de noches que no puedo dormir pensando en lo que podría estar soñando, en que podría llegar a tener pesadillas, haber tenido un mal día, que sus padres le regañaran.
Ocupaba mis pensamientos todo el día y noche, mis sueños y pesadillas, incluso en mis rutinas de entrenamiento y acondicionamiento de mis Pokémon, ella no dejaba de estar presente. Un simple listón rosa me recordaba su delicado y salvaje rostro.
Doy vueltas en mi cama, intentando encontrar una posición firme y cómoda para descansar. Me resulta completamente imposible, por lo que tomó la Pokéball de Zuzu y salgo fuera de casa, a dar una caminata nocturna para despejar mi mente.
Está frío afuera, pero no es suficiente para alterar mi acalorado humor. Necesito de esta fresca brisa para calmarme y despejar mi mente, ocupar mi cabeza en otra cosa y alejar momentáneamente su imagen, perfecta a mis ojos.
Camino en torno a Villa Raíz por no tener mejor lugar para huir de este agobio, y rápidamente me encuentro en frente de la casa de Sapphire. Me quedo viendo hacia la ventada de su habitación, como deseando que se asomase para saludarle e invitarla a dar un paseo nocturno mientras vemos las estrellas. Vaya tontería.
Pero entonces la puerta de su casa se abre y una pequeña y esbelta figura se asoma desde la puerta. ¡Sapphire! ¿Y ahora qué hago? Comienzo a moverme desesperado sin saber qué hacer. Pienso en soltar a alguno de mis Pokémon para huir, pero lo pienso mejor y prefiero hacer como que pasaba de casualidad por allí. No era una mentira del todo.
―¿Ruby?
―Hola, Sapph.
Saboreo cada una de las letras de su precioso nombre, y siento mi corazón volverse un puño en mi pecho cuando veo su tierna sonrisa bajo la luz de la luna. Ahora que caigo, entiendo porque me llaman el chico cursi.
―¿Tampoco puedes dormir?
Asiento torpemente y espero hasta que se ponga a mi lado para comenzar a caminar. Ella salta contenta y puedo ver su cabello castaño suelto revolotear por el aire. Es precioso y no puedo evitar quedarme embobado.
―¿Y?―pregunta con su sonrisa por delante―. ¿Tuviste una pesadilla? ¿O simplemente no tienes sueño?
―Estaban pensando en ti.
Ni siquiera me doy cuenta de lo que digo hasta que ella se detiene en seco y fuerza su mirada más dura sobre mí.
La miró sin entenderle primero, pero luego caigo en la cuenta de que prácticamente me he confesado y el corazón empieza a latirme con fuerza. Los nervios comienzan a comerme las palabras y siento algo de sudor correr por mi nuca. Había metido la pata de una forma bastante tonta, pero no podía echarme atrás ahora mismo.
―No podía dormir porque... porque estaba pensando en ti, Sapph.
Giré a buscar su mirada, como esperando una aprobación o alguna respuesta que solo pudiera encontrar en sus puros y celestes ojos. En su lugar, una gran picazón en la mejilla me espabilo de mi sueño, además de sacudirme en un fuerte movimiento que casi me arroja al suelo.
Busqué otra vez su mirada, incrédulo y confundido. ¿Por qué? ¿Acaso no comparte los mismos sentimientos? ¿Es mi culpa por una confesión bastante estúpida y descuidada?
La miré asustado, con el corazón en la garganta, asfixiando y apretando en mi pecho. Ella se sujetaba la mano con la que me había abofeteado, seguramente muy adolorida, pero más por el sentimiento que debería de estar reteniendo. Sus ojos me miraban suplicantes pero enfadados, y algunas lágrimas atisbaban a escurrirse por sus delicadas mejillas.
―No te lo perdonare, Ruby.
Quise preguntarle el qué, pero no pude juntar el valor para eso, por lo que me quedé en silencio para escucharle decir lo que se estuviera guardando.
―No te perdonare que no lo recuerdes―dijo furiosa―. ¡Dímelo! ¡Dime que era cierto! ¡Dime que todo este tiempo estuviste mintiendo! ¡Dime la verdad!
Abrí y cerré mis labios, buscando las palabras indescifrables que seguramente esperaba escuchar. Pero no pude decir nada. Estaba más allá de mi comprensión lo que ella buscaba de mí. No sabía nada de la verdad a la que se refería. Yo no sabía nada, ni recordaba nada de nada.
~Fin~
¡Que tal! Tanto tiempo, empezaba a preguntarme si todavía existía mi perfil de Wattpad.
La ausencia no tiene excusa, pero me disculpo igual.
Mientras esperamos porque Takeshi termine de escribir la próxima historia y se decide entre Belinda o Rubén, disfrutemos de esta pequeña historia cortita cortita, como patada de chancho.
¡Saludos!
~~~ Gasti ~~~
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Cuentos Pokémon
RandomSerie de historias o cuentos cortos sobre Pokémon, algunas basadas en historias de los videojuegos y hasta del manga, aunque otras se tratara tanto como sea posible de que sean originales. Los cuentos serán cortos, de hasta cinco o seis partes, y co...