Efímera conversación

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Hubo una extraña conexión, él llegó al estacionamiento en un Pick Up lujoso y se detuvo justo en la fila frente al automóvil de la chica. Ella caminó preguntándose dónde había visto ese rostro y cuando llegó a su auto, mientras introducía la llave, lo miró de reojo porque por alguna razón sintió que él también lo hacía. No fue más que eso. Cuando ella estuvo sentada en el asiento del piloto él ya se estaba bajando del suyo. La castaña no se apresuró a encender el auto, simplemente fingió cambiar de estación el estéreo y de revisar su móvil a pesar de que no tenía ni un triste mensaje. No entendía por qué no se apuraba a marcharse si tenía que estar en el trabajo eñ menos de quince minutos, lo cierto es que él tampoco hizo nada para apresurarse a ir a su clase. Simplemente se dedicó a revisar el exterior de su auto con el mismo interés en que ella pasaba las estaciones de radio.
¿Qué era exactamente lo que sucedía? La chica no lo podía entender y quizás él tampoco. El tiempo no se detuvo a pesar de que ambos estaban tratando de dejarlo pasar como una eternidad y llegó un momento cumbre. Ella decidió encender el motor, rogando al cielo porque su automóvil no hiciera una de las suyas. Por alguna razón poco entendible para ella no deseaba quedar en "ridículo" ante él. Su primer intento de hacer girar la llave resultó todo lo contrario que sus súplicas, el auto no entedió la indirecta. El chico se alejó hacia el primer edificio de la escuela el cual estaba relativamente cerca y ella hizo un nuevo intento seguido de varios más. Nada funcionó. "Al menos el tipo se había marchado", eso fue lo primero que pensó. Resignada por la renuencia de su auto y confundida por el extraño suceso del que fue testigo, abandonó el auto y se encaminó hacia el edificio. Iba buscando entre los contactos alguien que la auxiliara cuando una voz que se dirigió a ella. Era el tipo de antes que le preguntaba si su auto no tenia remedio y si tenia cómo solucionarlo. Entre la ligera impresión de verlo aparecer de repente se preguntó si él estaría pendiente de lo que hacia y una parte dentro de ella dijo que sí. Pero, ¿por qué? Aunque lo más seguro era que todo fue producto de su loca imaginación...
"Gracias" fue la despedida de ella a su efímera charla y él, yendo ya bastante alejado, respondió un simple "de nada".

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