Son frases, son textos...

Traición.

                Traicionada.

                Hoy me siento traicionada como tantas otras veces. Es una sensación de puta madre porque hace que tus malditos ojos se llenen de lágrimas, lágrimas que no quieres que nadie vea y que intentas reprimir con un patética sonrisa o con un bostezo mal lanzado. Las lágrimas te abandonan y se deslizan por tu rostro y tienes que voltear la mirada o tallarte el rostro, fingiendo y haciendo ademanes estúpidos con tal de que no se den cuenta de que prácticamente estas llorando y no puedes controlarlo.

                Esta sensación que siento es como de esas veces que esperas algo de alguien, pero esa persona nunca lo hace o nunca actúa como esperabas; la diferencia ahora es que pedí, casi supliqué, porque las cosas no se dieran así, y sin embargo, así sucedieron. Mis palabras fueron en vano, fueron ignoradas y echadas a la basura. Hay suplicas que no las haces literales pero esperas que se sobre entiendan. Claro que la mayoría de las veces no ocurre así y jode. Jode muchísimo. Y es jodido más el hecho de no poder explicarlo con claridad.

                Pero, con estas emociones revoloteando en mi interior, recordé todas aquellas "traiciones" que experimenté en mi vida...

        La que primero llegó a mi mente fue cuando ese pequeño-gran ángel se fue. Fue tan confuso todo en ese momento, en serio. Era prácticamente un zombi, alguien que no entendía que estaba sucediendo. Fue tan inesperado y me sentía en otro mundo. Fue de esas veces en que esperas que las personas, "esas personas que llamaste o llamas amigos", te dijeran una palabra de aliento, que se acongojaran mínimamente por tu tristeza.

        Lo curioso fue que en esa ocasión me sentí tan horrible y patéticamente traicionada porque hubo personas que parecía el hecho de que ella se hubiera muerto fuera la cosa más común del mundo, como si al ser una persona de avanzada edad no provocara sufrimiento en todos los que la queríamos. Y eso jode, jode porque se supone con son tus “amigos”, porque se supone que no deberían minimizar y prácticamente ignorar tu dolor.

                Y podría enumerar muchas más, pero al terminar el último renglón me he preguntado qué caso tiene pensar en traiciones. Al final las traiciones siempre serán de “los que te quieren” porque de otro modo no se llamarían así.