S E I S

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S E I S

Me quedo atónita, sin poder articular ni una sola palabra. Entreabro mis labios, pero las palabras no brotan de mí.

—Tay... —suspira rascándose la nunca y sacudiendo su mano por delante de mi cara—, ¿te encuentras bien?

No lo sé... ¡¿ME ENCUENTRO REALMENTE BIEN?!

—Lo pensaré y tendré en cuenta, Matt —digo sin más, para no decepcionarlo y para que, al fin, me dejara salir del caluroso baño.

¡PFF! ¡Hace calor!

—¡Tay! —Despierto de mi hermosa y serena siesta, al escuchar que alguien grita mi nombre

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—¡Tay! —Despierto de mi hermosa y serena siesta, al escuchar que alguien grita mi nombre.

Me encuentro durmiendo de cara a la almohada y ésta, ha quedado completamente babeada por mí. El grito proviene de abajo, el cual ha hecho que despierte de mi hermosa, dulce y serena siesta. Desciendo por las escaleras y encuentro a mi hermano mayor, Jason, parado junto al umbral de la puerta.

Mis ojos se posan ante la persona que se halla detrás de él.

ELLIOT.

Mis ojos se abren como dos platos redondos e impecables. Pero luego, frunzo furiosamente el ceño. Estoy harta de él. Además, intento ignorarlo, pero él me lo hace difícil, complicado e imposible.

—Este chico —señala Jason a Russel con su dedo pulgar—, quien dice llamarse Elliot, desea hablar contigo —explica lanzándome una mirada de advertencia. Yo asiento no tan convincente.

—Yo... —titubea el estúpido de Elliot.

—Russel... —suspiro derrotada—, haré esto más fácil para ambos —comienzo a hablar, colocando un mechón de mi melena castaña detrás de mi oreja—. No quiero volver a verte y que nos dirijamos la palabra ni nada por el estilo. —Se ve desorientado y nervioso. Perfecta combinación. Lamo mi labio inferior—. Así que, como ambos estamos de acuerdo con esto, adiós. ¿OK? ¡Bien! —Y así sin más, le cierro la puerta en sus narices. Puedo escuchar que me grita '¡Espera!' pero lo ignoro, porque un trato es un trato. ¿No?

Me doy la vuelta y observo a mi hermano detrás mío, apoyado en un extremo de la escalera.

—¿Tan rápido han hablado? ¿Qué le has dicho para que se marchara tan de prisa? —curiosea alzando una ceja.

—Hmm... —titubeo, cautelosamente—, digamos que lo he mandado a volar.

Asiente realmente confundido y con miedo. Creo que ha escuchado mi oración entre líneas. Lo ha entendido a la perfección.

 Lo ha entendido a la perfección

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Ella es el chicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora