T R E I N T A Y O C H O

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T R E I N T A   Y   O C H O

Mi corazón se acelera con cada letra pronunciada por Elliot. Si esa canción es realmente para mí... Creo que iré a desmayarme. Observo cómo Elliot desliza sus dedos por las finas cuerdas de la guitarra. Su sonrisa resplandece en todo el auditorio.

Elliot Russel es la perfección personificada.

Le sonrío cuando sus ojos se cruzan con los míos, mas tan sólo durante dos segundos porque de pronto los posa en el club de porristas. ¡Diablos! ¡Siempre llevan el uniforme puesto de porristas! ¡Qué horror! Debo ser la única en no hacerlo.

Pero me pongo roja de enfado en cuanto centra sus ojos verdes en la figura de Amanda Whitemore, quien fue mi compañera en la cabaña cuando fuimos a competir en fútbol. ¿Se conocen? ¿Son amigos? ¿Muy amigos? ¿Quizás algo más? ¿Por qué ella le sonríe como una enamorada estúpida? Esas preguntas inundan mi cabeza.

—No creo que la canción sea dedicada para mí.

Sentencio mirando las escenas de amor a distancia que tienen Russel y Whitemore. Rachel también se percata de ello.

—Calmante, Tay. Eso no significa nada. Quizá no quiere verte para no distraerse.

» Además, Amanda está en el medio; es donde normalmente se mira hasta cuando queremos dar lección oral.

Asiento largando un suspiro enorme. Escucho con atención la letra de la canción.

Let me be your superhero

There isn't a place I won't go

Whenever you need me by your side

I'll be there, be there

Never be afraid if you fall

I'll carry you away from it all

Let me be your superhero

Let me be your superhero...

La letra toma vida en mi cuerpo, sintiendo y viviendo cada una de las palabras cantadas. Se aferra a cada vivencia compartida con Elliot, como si la letra fuese especialmente escrita para mi o a causa de mí. Tiene sentido que la canción esté dedicada para mí, mas quizá sea una mera coincidencia. Amanda y él pudieron haber vivido cosas similares a las nuestras. Y lo entiendo, claro está.

Todos aclaman a Elliot con muchos aplausos y silbidos. Se lo merece, tiene una angelical voz y toca hermoso la guitarra. Al terminar todos exhibiendo sus talentos, todos nos acomodamos en nuestros asientos aguardando a la espera de que los jueces escojan bien al ganador del show de talentos.

—¿Estuvo tan mal?

La voz de Elliot se hace presente detrás de mi persona. Me giro y lo encuentro risueño.

—Has estado excelente. ¿De dónde sacas tanta inspiración?

Curioseo impactada por su actuación tan espléndida.

—Bueno... —Chasquea la lengua—. Digamos que tengo una fuente de inspiración ultrasecreta.

Enarco una ceja confundida y sin poder entenderle. Mas se marcha dejándome con la palabra en la boca. Tiene que permanecer detrás del telón junto al resto de los participantes.

Los jueces se levantan y presentan frente al público. Suben el telón, dejando ver a los participantes. Elliot luce sumamente nervioso. Los jueces le tienden el sobre con el ganador al locutor.

Ella es el chicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora