T R E I N T A Y T R E S

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T R E I N T A   Y   T R E S

He pasado muchos días junto a mi madre, le he contado acerca de todo lo que se ha perdido. También acerca de Elliot Russel.

—Yo creo que deberías declararte ante Elliot.

Ruedo los ojos y le sonrío negando con la cabeza.

—No puedo, aún así nunca se fijaría en mí. Temo al rechazo, mamá.

Ella me regala una sonrisa compasiva junto a un pequeño puchero.

—Y ya que mañana será tu cumpleaños, ¿qué deseas hacer?

Amo demasiado caminar por las calles junto a mamá. Siento que soy feliz teniendo una familia completa.

—Quedarme en casa contigo, con papá, Jason, Matt y Rachel.

Ella frunce el ceño, lo cual provoca que me ría.

—Me gusta la simpleza, es lo que todos los años hago.

Ella luce pensativa, lo cual me extraña aquel gesto tan impropio en mamá.

—Está bien, tu ganas —dice rindiéndose y chasqueando la lengua.

—Está bien, tu ganas —dice rindiéndose y chasqueando la lengua

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Sinceramente, odio ir de compras con Rachel. Siempre lleva cosas de más y súper pesadas, y no sólo eso. Sino que yo tengo que cargar sus bolsas, mientras que ella sólo revisa la hora en su móvil.

—Rachel, son las 23:40 y aún estamos andando por las calles comprando cosas. ¿Quién rayos hace eso?

Ella tan sólo vuelve a comprobar la hora para finalmente marcharnos hacia mi casa. Tan sólo deseo con ansias recostarme sobre mi cama y dormir.

Al girar la llave en la cerradura de la principal puerta de mi casa, me sorprendo al notar que todo se encuentra en silencio y a oscuras. Enciendo entonces el interruptor y abro los ojos de la sorpresa que me llevo.

—¡Sorpresa! —Son las doce en punto, quiere decir que ya es mi cumpleaños.

Se encuentran personas que ni conozco gritando «sorpresa» y felicitándome por mi cumpleaños. Por detrás de algunas personas y familiares, sale mi mamá acercándose hacia a mí.

—Feliz cumpleaños, hija. —Me besa en la frente.

—Por suerte, ayer me has oído —ironizo riéndome. Ella se limita a estrecharme en sus brazos—. Ahora va en serio, ¿quién o quiénes organizaron esta fiesta para mí? —curioseo. La intriga está matándome.

—Bueno... —comienza a murmurar mi rubia amiga—. La idea fue mía y de tu madre, mas Elliot y tu padre también colaboraron. Oh, y tus hermanos también.

No puedo evitar sonreír como una estúpida en cuanto el nombre Elliot se encuentra en la oración. ¡Ha hecho una fiesta sorpresa para mí también! ¡No puedo creerlo!

Les agradezco por sus voluntades. Dentro del gentío, observo acercarse a mi persona a James.

—Feliz cumpleaños, nena. —Sonrío y James toma mi mano para besarla como si mi persona se tratase de una princesa.

Juro nunca haberlo escuchado llamarme por el apodo «Nena». Pero eso no me interesa, ya que me encanta la forma en que sus labios se mueven y así hacer cobrar vida a aquella tan sagrada palabra. Aunque mi mente y yo nos rehusamos a pensarlo, no puedo quitar la idea de que Elliot no se encuentra aquí en mi fiesta de cumpleaños.

Ojalá sea tan torpe que no lo haya visto...

—Él no está aquí, aunque dijo que lo estaría.

La dulce voz de Rachel me quita de mis ensimismamientos. No puedo creer que sepa de lo que estoy pensando. A lo mejor lo dije en voz alta...

—Y no, no lo dijiste en voz alta. —Por consecuencia, abro los ojos cual platos redondos y me ruborizo ante sus comentarios—. Te conozco, Tay. Y desgraciadamente, demasiado.

Ambas lanzamos varias carcajadas que sonaron más fuerte de lo que pensamos.

Permanezco todo lo que queda de la fiesta sentada en uno de los sillones que se encuentran en la sala de estar de mi casa. Mi expresión debe de lucir aburrida y patética para que Molly Parks se acerque a mí.

—Feliz cumpleaños, pequeña.

Frunzo el ceño y miro hacia todos lados para comprobar si Molly se dirige a mi o a otra persona, aunque la que cumple años hoy sea yo.

—¿Gracias...? ¿Por qué viniste? —Chasqueo la lengua—. Nos odiamos que yo recuerde.

Una mirada compasiva por parte suya me observa con atención. Acto seguido, posa una de sus manos sobre mi hombro descubierto.

—Ay, Taylor. ¿Cuándo aprenderás? No sé tú, pero... ¡Yo no te odio! Quizá discutimos muy seguido a causa de nuestras diferencias, pero no es gran cosa. Tampoco te culpo por querer robarme a mi exnovio, es pasado.

Abro los labios ligeramente. ¿De quién habla? Y... ¿Molly Parks no me odia? Esto sí que es algo nuevo.

—¿A quién te refieres con tu exnovio?

Curioseo sin entender.

—Pues a James Wilson, Taylor. ¿No recuerdas aquel verano de hace dos años? Él y yo salíamos, pero supuestamente seguía enamorado de otra chica. ¡Aún no entiendo de quién podría enamorarse, si existo yo! —Sonrío por su notable arrogancia y egocentrismo.—. Ay, los niños de ahora. Pronto los entenderás cuando tengas algún novio y muchos más, Tay.

Arrugo mi nariz sonriendo falsamente. La Molly Parks buena y que me empezaba a agradar... Se esfumó durando tan sólo treinta segundos.

Me levanto enseguida de mi asiento y corro hacia donde James se encuentra hablando con una chica. Lo tomo desprevenidamente del cuello y lo acerco hacia mí, guiando mis labios hacia los suyos. Al notar que se va intensificado nuestro beso, envuelve sus manos alrededor de mi cintura. Los dedos de mis manos se hunden en las hebras de su cabello castaño. Nuestras lenguas parecen que realizan una clase de danza, enredándose la una con la otra. En estos momentos, lo único que puedo sentir es amor y mis mejillas ruborizándose debido a que todos en la fiesta nos observan con detenimiento. Nos separamos para recobrar el oxígeno perdido a causa del apasionado beso que recientemente nos dimos. Al hacerlo, tan sólo separamos nuestras bocas, aún muy cerca de la otra. Nuestras manos yacen donde se mantuvieron durante el beso. Nos regalamos una dulce sonrisa divertida.

—¿Y eso por qué?

Me pregunta James aún risueño. Cierro los ojos mientras sonrío también.

—Porque te ves muy guapo.

Él cierra sus ojos como hice yo antes. Noto cómo sus mejillas cobran cierto color.

Quito mis manos alrededor de su cabello. Él también las quita de mi cintura. Giro mi cuello así viendo cómo todos nos observan perplejos. Pero entre toda aquella multitud, sólo una persona destaca. Y eso provoca que mi corazón se rompa. La expresión en su rostro es aún mucho peor que la de los invitados. Él está roto por fuera y por dentro, ¿será que siente lo mismo que yo siento por él?

¡Ay! ¿Por qué Elliot tiene que aparecer justo ahora?



Ella es el chicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora