V E I N T I S E I S
Si me preguntaran qué fue lo que hice ayer durante la fiesta de James Wilson, no sabría responderles. El mero hecho de estar borracha dificultó mi corta memoria. Espero no haber hecho cosas que hoy podría llegar a arrepentirme de haber hecho.
Estando ya en el colegio, me dirijo hacia la pared que se encuentra en los pasillos de Middleton High, donde se encuentran los carteles con diferentes asignaturas, clubes, etc. Pues si no lo recuerdan, el director me ha obligado a que elija alguna disciplina para que no me expulsen del instituto. Y eso es lo que iré a hacer.
Me posiciono frente a los carteles. Entre las diferentes asignaturas, talleres, clubes, disciplinas... se encuentran:
Club literario
Taller de teatro
Club de porristas
Club de voluntarios
Club de ecología
Taller artístico
Club de exploradores
Todas esas diferentes cosas son las que hay en el instituto Middleton High y sí o sí hoy tengo que escoger una. El director a veces puede llegar a ser exigente.
Bien, en la mayoría de las asignaturas se encuentran los ñoños —o nerds como quieran llamarlos—. Excepto en el taller de teatro, en el club de las porristas y en el taller artístico.
Sólo debo elegir entre esas tres... Sólo entre esas tres.
Yendo hacia la rama del arte, tengo que serles sumamente sincera. Soy un asco en esta materia. No puedo hacer nada bien, ni un simple corazón. Así que de una lo descarto.
En el club de teatro debo quedarme horas extras a colaborar con las escenografías y a ensayar los papeles que nos tocan para actuar en alguna obra teatral.
Y, por último, me queda el club de porristas. Lo mejor de ello es que Molly Parks fue botada por no saber abrirse de piernas. Y a eso yo lo dudo, puesto a que es una completa perra faldera que tiene un imán para que los hombres se apeguen a ella. ¿Abrirse de piernas? Le debe resultar algo rutinario. Seguro que no la querían por mandona.
Golpeo la puerta de la oficina del director y me adentro al escuchar ruidos.
—Señorita Smith, espero que no se haya vuelto a meter en problemas... otra vez.
Sus palabras son como un puñal a mi espalda. Sé que mi conducta no es la mejor, pero ni que fuera un animal sin uso de razón y que no sepa pensar.
—De hecho, no. Pero si tanto insiste-
—Cállese que puedo expulsarla ahora mismo si quiero de esta escuela. Pero como soy un hombre bueno, le tendré compasión por ahora.
—¿Compasión? Qué ridículo... —susurro por lo bajo y gracias a Dios que no me oye.
—Oh... —mumura con cierta sorpresa, para luego chasquear la lengua—. Entonces ha venido a contarme acerca de cuál de todas las disciplinas extras escogerá... ¿No es así?
Asentir es todo lo que consigo hacer. Debido a que reaccionar en estos momentos no es mi fuerte.
—Dígame cuál; no me deje con la intriga, Smith.
¿Acaso soy yo? ¿O el director me está desafiando? Más vale que sea lo primero.
—Club de porristas —A pesar de que quizá no se note, mi voz suena quebrada y mis labios tiemblan; no quiero arrepentirme después.
El director asiente, buscando algo entre los montones de papeles que se hallan en su maletín de cuero negro.
—Firma aquí.
Me extiende un papel impreso y repleto de letras pequeñas en negro. Dicen que siempre hay que leerlas por si te engañan, mas en este caso es el director; no creo que alguien con un cargo importante en la educación haga algo así como... un engaño a una estudiante. Sip, no lo creo.
Lo malo es que no hace falta que haga una prueba para unirme al club de porristas. No, debido a que soy la única que está en lista de espera y ellas necesitando inmediatamente de alguien para ocupar uno de sus cargos.
Al llegar a los pasillos de Middleton High, me encuentro a Rachel. Su mirada luce perdida, mas siempre alegre.
—¡Adivina! ¡Entré al equipo de porristas! —Vocifero haciendo que ella pegue un salto del susto que le propicié.
—¿Ah? ¿Eres Taylor Smith o un alien?
Su ironía provoca que mi buen humor se esfume.
—Qué graciosa, Rachel. Pero no, estoy feliz de haber entrado porque así no me expulsarán de la escuela.
Le explico y ella carcajea, abrazándome fuerte. Por encima de su hombro puedo claramente observar el pálido y tímido rostro de Elliot, como si me estuviera esperando para hablar. Se nota nervioso y eso me asusta. Siento cómo lentamente me despego de Rachel y nerviosamente camino hacia su dirección. No obstante, al momento en que sus labios irían a articular palabra alguna, una mano se posa sobre mi hombro izquierdo llevándome con cierta fuerza hacia Dios-sabe-dónde. Al girarme, me encuentro con el risueño rostro de James.
—¡Taylor! —exclama alegre y eso me aterra también—. ¿Estás ocupada?
Frunzo el ceño, al igual que mis labios formando una perfecta línea.
—Uhm... De hecho... Esta-
—¡Perfecto! —me interrumpe al momento en que iba a negarle. Sin embargo, no puedo decirle que no a aquel rostro tan tierno— Quería decirte que me encantó que hayas venido ayer a mi fiesta y te agradezco por ello.
¿Acaso le pongo tan nervioso como para que juguetee con sus manos? ¡Vaya!
—En todo caso, gracias por la invitación. —Amago para ver por detrás suyo si Elliot aún se encuentra allí, esperándome. Sin embargo, me temo que no. Él ya no está allí a mi espera. Entonces, no tendría problema en quedarme a conversar un poco con James; aunque Elliot me haya decepcionado un tanto.
—¿Vendrás a ver el juego de lacrosse? —cuestiona, humedeciendo sus gruesos y rojizos labios.
—Por supuesto. De hecho, esta vez estoy obligada; ya que soy una porrista ahora. —Le regalo una sonrisa ladina y divertida.
—¿Qué? ¿De veras? —curiosea sin poder creerlo. Mas yo tampoco.
—Sip y seré tu animadora.
No aguanto más de la risa, así que exploto riéndome cual foca con retrasos mentales. Llevo mis manos hacia mi boca ocultándola y con el fin de calmar mi ridícula risa.
Su cuerpo lentamente se va acercando al mío. Siento un escalofrío recorrer mi espina dorsal hasta poder desembocar en mi plano estómago. Acerca su boca hacia mi oído y susurra en él, haciendo erizar mis pequeños cabellos morochos de la piel:
—Muero por verte en aquellas pequeñas faldas.
¡PFF! ¿Hace calor aquí o soy sólo yo?
Lo único que consigo es adornar a mi rostro con una tímida, nerviosa e incómoda sonrisa y morder mi labio inferior. Reaccionar en estos momentos no es mi gran fuerte.
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Ella es el chico
Teen FictionTaylor Smith es sinónimo de problemas. Aunque muchas veces también se la asocia con un chico. Siempre tuvo un carácter fuerte, por lo que si te metes con ella debes tener cuidado. Sin embargo, todo cambia en cuanto asiste a aquella fiesta de cumplea...