E P I L O G O

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E P I L O G O

Aún no recuerdo la razón exacta por la que acepté ir a baile de fin de año. Oh, sí. Pues no puedo olvidar que tengo una mejor amiga rubia que ama los bailes y que siempre estará dispuesta a obligarme a asistir a una fiesta con tal de no ir sola.

Pero hoy es mi noche y no dejaré que nada ni nadie la arruine. El baile de fin de año finalmente llegó. Sin embargo, debo admitir que tuve razón en cuanto mencioné que me quedan cuatro materias faltantes que estudiar y rendir durante las vacaciones de verano.

—Y... ¡Voilà! Te ves preciosa —me halaga Rachel, dejándome ver por fin en el espejo. Tiene razón, me veo hermosa. No parezco la Taylor Smith de siempre. Sonrío mientras me observo detenidamente en el susodicho espejo. Parece una versión mía mejorada.

Suspiro y me acomodo encima de la cama de mi amiga rubia. A pesar de que Elliot y yo nos hayamos distanciado un poco, decidí en el día de ayer que debo usar el vestido que me obsequió. Rachel, por otro lado, está vistiendo un vestido violeta con un moño rojo con brillantinas alrededor de su pequeña cintura.

Nos dirigimos hacia la puerta principal en cuanto escuchamos una bocina ser tocada. Se tratan de James y Michael esperándonos en sus autos para llevarnos al baile de fin de año. Rachel y Jason continúan ignorándose, por eso mi amiga decidió ir al baile con Michael. Y yo, que estaba libre, acepté ir con James. Él ha sido un completo caballero conmigo y se merecía mi corazón. Aunque no sé si yo merezco el suyo por cómo lo traté.

Elliot y yo nos hemos distanciado sin siquiera volver a hablar del asunto, cosa que agradezco.

—Me alegro que seas mi pareja de baile. —Tras aquellas palabras por parte de James, él me besa la frente. Estamos yendo en el auto suyo y yo como copiloto.

Al llegar al gimnasio del instituto, donde se celebra el baile, compramos los boletos de último minuto.

—¡Esto es emocionante! —exclama mi rubia amiga.

Le regalo una mirada compasiva, mas un poco perdida.

—Oye, sé que aún te sientes deprimida por aquel asunto. Pero debes seguir disfrutando de la vida, conocer más chicos y olvidar los momentos que pasaron juntos.

Me dice Rachel colocándome uno de sus dedos índices debajo de mi barbilla con el fin de que la viese a los ojos.

¿En verdad quiero hacerlo? ¿Quiero olvidarlo por completo? Cada momento juntos, sonrisas, diversiones ... Él fue la causa de lo que hoy me convertí. Se merece ser recordado, pues gracias a Elliot soy lo que soy. Gracias a él volví a ser la misma, enfrentándome a la realidad de la falsa vida que estaba viviendo. Porque si de algo estoy segura es que, antes de él, todo era falso. ¿Cómo olvidar el porqué del ahora? No, de ninguna manera.

Nos adentramos al gimnasio y nos sentamos en una mesa situada en una esquina. No puedo evitar sentir un vuelco en mi corazón y la necesidad de llorar cuando lo diviso entrando con una mirada perdida al gimnasio.

Michael atrae su atención, haciendo que Elliot se acerque y se acomode en nuestra misma mesa. Michael no tiene ni la más remota idea de lo que sucedió entre Elliot y yo, claro está.

—¿Quieres bailar? —me susurra James rozando su aliento en mi oído, erizando cada pelo alrededor de mi nuca.

Asiento suspirando a través de la nariz. Me incorporo de la silla y me levanto por completo con la ayuda de su mano. Le doy una sonrisa de alegría, no quiero arruinar su noche por mi malhumor y mis problemas amorosos.

Ella es el chicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora