12. Decisión difícil

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Narra Luna:

Me desperté totalmente incómoda, me sorprendí al ver que me encontraba en la bañera y era difícil moverme, en cuanto me doy cuenta Guido se encontraba abrazándome y su carita me causaba cierta ternura, se había quedado conmigo, apenas recordaba lo de anoche. Empecé a moverme tratando de no despertarlo pero fue imposible, sus ojos se estaban abriendo, los mechones que caían en su rostro le molestaban y se los corrí con un movimiento de manos, los deje tras su oreja y le sonreí.

-Buenos días Guido.  - tenía la suerte de que el agua aún tenía algo de espuma, no la suficiente para toda la bañera pero si para cubrirme ya que me encontraba desnuda.

-Buenos días Luna. - chasqueo su boca y estiro su cuerpo en un bostezo. - ¿que hora es?

-No se, me acabo de despertar. - sonrió terminando su bostezo y se me abalanzo para abrazarme, le sonreí y pose mis manos en su pecho.

Podía sentir que se sentía tranquilo y sonreía, yo también lo hacía y me sentía protegida, quería quedarme allí para siempre, en sus brazos aunque... no desnuda.

-Guido, tendríamos que salir ¿no te parece?

-Si, em... vos salí primero.

-¿Es joda? - lo mire sonriendo.

-Vos estas así, si yo llego a salir voy a mojar toda la casa con esta ropa, aparte tendría que ducharme. - puse los ojos en blanco y me salí de sus brazos para salir. 

-Ni se te ocurra mirarme ¿ok? - se lo dije aunque, no tenía nada que no hubiese visto antes.

-¿Quién va a querer mirarte?

Narra Guido:

Y como no me iba a quedar atrás ella salió, no me iba a quedar sin mirarla, seria algo tonto entonces cuando se paro para tomar la toalla gire mi cabeza y pude encontrarme con su espalda, espalda soñada con tan solo tres lunares, perfectamente blanca y su pelo subio que llegaba un poquito más bajo que sus hombros. Al terminar de admirar aquello me di vuelta como estaba.

Al salir ella del baño me paro en la bañera y escuchaba como caía el agua por mi ropa, a estas alturas se encontraba fría, abrí la ducha mientras me sacaba la ropa y puse el agua caliente, era la mejor sensación de todas, me quite la ropa depositandola en un balde y luego me encargaría.

De solo pensar que habíamos estado juntos con Luna, que ella estaba desnuda en mi pecho y el recuerdo de su espalda sufría mucho, nunca había estado en estas situaciones, ella no se lo merecía aún tenía esa idea en la cabeza, abrí el agua fría para refrescarme las ideas y listo, ya lo tenía.

Se aproximaban las fiesta y ¿que mejor que invitarla a que las pase con mi familia? Seguro le gustaría la idea, mis padres estarían muy contentos, sería la primera vez que llevaría una chica.

Las últimas dos semanas se hicieron largas y faltaba una semana para navidad, pronto le diría de la idea y seguro ella aceptaría encantada, le conté a mis hermanos y estaban de acuerdo, las horas pasaban lentas en el estudio y cada vez teníamos menos cosas, teníamos una base con la música pero no muchas letras, era un desastre. Nuestro representante en vez de ayudar empeoraba las cosas y habíamos firmado un contrato en donde era difícil seguir nuestras propias decisiones, estábamos en un tiempo de "inactividad" para nuestras seguidoras.

Narra Luna:

Estaba tranquilamente tecleando el portátil hasta que oigo mi celular, era un mensaje.

"Te quiero esta noche a las nueve. -F "

Y era el jefe, me entusiasme mucho sabiendo que por fin podría hablar con él, que iba a darme una explicación a todo lo que hizo, pase toda la tarde esperando que se hiciera la hora pero pasaban muy lentas, en cuanto se hicieron las ocho ya estaba cambiada con un vestido al cuerpo negro, zapatos de tacón, el pelo cayendo en pequeñas ondas y los labios rojos.

Ocho treinta ya había salido en un taxi que me dejo en la puerta a las nueve menos cinco, sin embargo golpeé la puerta y me atendió una mujer morocha, con un traje de mucama aunque sin embargo traía medias hasta la rodilla, me atendió muy bien y me llevo hacía la entrada de la oficina del jefe.

Me encontraba golpeando la puerta y el la abré muy amable, debo decir que tenía un nombre pero teníamos algo así como prohibido decirlo, era joven andaba por los veintitantos años, su pelo era corto oscuro y sus ojos verdes intimidan tes, siempre estaba de traje. Me invito a pasar con una seña de manos y me senté frente a él mientras manteníamos la distancia con su escritorio.

-¿Cómo estas Luna? Que sorpresa tenerte por acá hace años no volves. 

-No se me dio la oportunidad.

-¿Que anda pasando preciosa? - me miro con sus ojos penetrantes pero no caí bajo su juego.

-El chico que me asignaste, no se si en realidad sabes quien es y yo...

-¿La estrellita de rock? ¿Te resulta difícil lidiar con él?

-No es eso exactamente, solo que es mi primera vez y usted...

-Se lo puse difícil, lo acepto. Pero sabes como son las condiciones, si no podes con él es fácil Luna, muere ¿queres entregarlo?

Dude un momento y sentí algo en el pecho que me hacía sentir muy mal, o lo entregaba o la que terminaría muerta sería yo, ya lo había superado y no tenía que sentir culpa por todo aquello y tenía mi decisión.

-Si, quiero entregarlo. - dije sin culpa.

Algo personal (Guido Sardelli) TERMINADA #TFAwards2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora