Inicio-05.

505 46 11
                                    

[Justin, 15 años de edad. Parte II]

Mi mamá dio tres leves golpecitos en mi puerta para comprobar que estaba dormido. No hoy. Me levanté y caminé en dirección de la puerta, después la abrí y finalmente la miré.

—Hey mamá. —fingí una sonrisa.

—Vístete, Stiles se quedará a dormir aquí contigo, ¿va? Ya estás grande, compórtate como tal. —me miró algo enfadada y después salió, cerrando la puerta.

Suspiré. Exacto. Me comportaré como tal.

Pero todo cambió cuando Stiles entró con una camisa color café y unos pantalones de pijama con estampado de Star Wars. Saludó a mi mamá y después su mamá me saludó a mí. Stiles se acercó e hicimos un típico saludo de manos.

Subimos a mi pieza, fue muy incómodo subir las escaleras porque ninguno de nosotros decía nada.

Él se sentó en mi cama y se sacó las pantuflas. Encendí mi Xbox, después volteé a verlo.

—¿Quieres jugar? —pregunté.

—Mi Xbox es mejor —fingió voz de niño pequeño y mi estómago se revolvió.

—Uh...

—Tú decías eso de mis juguetes cuando quería jugar contigo. —me sonrió triste.

Genial. Él seguramente me odia ahora.

—Yo... —intenté hablar, pero no me gusta disculparme, así que me quedé en silencio.

Stiles se metió debajo de los cobertores, cubriéndose con ellos hasta la cadera. Apagué el Xbox y también la luz, después me subí y también me cubrí hasta la cadera.

Estaba boca arriba, pensando en él. En sus muecas graciosas y extrañas que no he visto a nadie más hacer, y sus chistes ridículos para intentar hacerme reír. Pensé en su mano nuevamente, y después en que él está dolido y probablemente lo estará el resto de nuestras vidas.

Un nudo se formó en mi garganta y tragué saliva. Estuve despierto por algunas dos horas, y de repente sentí como me abrazó. Me apresuré y lo abracé de vuelta, subiendo mi cabeza sobre su pecho. Sus brazos se cerraban sobre mi espalda. Me aferré a él, y no pude creer que lo estaba haciendo. Pero, eso quería. Quería abrazarlo. Quería que me perdonara.

Suspiré y cerré mis ojos, disfrutando de su aroma a jabón y me quedé dormido.

A la mañana siguiente cuando desperté, Stiles me abrazaba por detrás y yo tenía mi brazo con el suyo, que pasaba sobre mi cadera. Su nariz estaba enterrada en mi nuca y podía sentir su respiración chocar ahí, haciéndome cosquillas.

Mamá golpeó la puerta sin rudeza y nos dijo que nos levantáramos a desayunar. Sentí a Stiles murmurar cosas en mi nuca y me reí un poco, después me apretó y subió su barbilla a mi hombro. Cerré mis ojos, nervioso.

—Qué crees que hayan hecho de desayunar. —me preguntó con voz ronca.

—No lo sé. ¿Quieres ir a ver?

—No. —besó mi hombro y el mundo se detuvo en ese momento.

Y mierda, en ese momento me di cuenta de las cosas; estaba enamorado de Stiles. Sí, maldita sea, de esa forma. Lo quería para mí, quería esto.

—Stiles... —murmuré.

Él debía sentir lo mismo, por favor, sé que no podía pedirle ayuda a dios porque a él no le gusta que las personas sientan atracción hacia su mismo sexo, yo voy a la iglesia con mamá. Necesitaba que él sintiera lo mismo, o terminaría volviéndome loco. Los amigos normales —y nosotros ni siquiera somos amigos del todo—, no se abrazan al dormir, al menos no de ésta forma. Los amigos normales no se besan en los hombros, y no se cogen de las manos y sienten cosas, por lo menos yo.

Stiles. © [1 y 2 temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora