Toda una zorra.Mi corazón es libre de ti, Mieczyslaw.
La mañana siguiente estaba fresca y agradable, Justin salió del hotel con una camisa de manga corta y unos sweatpants, la combinación perfecta que no le habría sido posible traer en Italia los días anteriores ya que el sol lo hacía querer andar por las calles al desnudo.
La noche anterior Joey se había quedado en el sofá con Jimin, y Justin no había podido pegar el ojo toda la noche al intenta escuchar con atención cada palabra que decían, después escuchaba silencio y con su experiencia sabía que estaban besándose. Y pensó en Joey, en como ese chico se estaba comiendo su boca, quizá tocando sus abdominales, su suave y largo cabello y, seguramente Joey le apretaba el trasero con esas manos tan grandes y fuertes, justo como las de Stiles. Justin estaba muy perdido en un mar de emociones, ¿se había enamorado de Joseph? Sí, seguro que sí, de cierta forma el rechazo de Joey lo hacía querer subírsela encima y montarlo, y en ese momento no se arrepintió de imaginarse aquella escena, hasta que pensó en el hecho de que Jimin podría hacerlo sin problemas. Torció los labios y sacudió la cabeza, enojado. Los quería a los dos, lo quería a él y también quería a Stiles, no quería elegir. Imaginó a ambos dándole placer y se abrazó a una almohada, apretándola y entreabriendo su boca. Quería probar a Joseph, lo deseaba con todas sus fuerzas, pero sabía muy bien que Joey lo rechazaría de la forma más cruel, así que enterró aquel deseo para otro día.
Joey se despidió de Jimin, intercambiaron números y se besaron, Justin tensó su mandíbula y entró al carro que los llevaría hasta el aeropuerto.
—Por favor jamás dejes de hablarme, prométemelo —Jimin seguía abrazado del cuello de Joey—, eres irreal, jamás creí que podría estar así con alguien tan guapo como tú, y me haces sentir tan especial-
—¿Bromeas? Eres un muñeco, eres belleza pura —Acarició su cintura—, prometo hablarte, Jimin. Adiós. —Presionó sus labios sobre los suyos una vez más.
—Ya entra, no tenemos tiempo. —Justin los interrumpió.
Joey se alejó y pellizcó suavemente una de las mejillas de Jimin.
—Nos vemos pronto.
—Eso espero. —Jimin sonrió suavemente y se alejó, dándole espacio para entrar en el auto.
Joey se aseguró de admirar bien los edificios, todas las construcciones preciosas que tal vez no volvería a ver hasta que llegara a ser un agente como Stiles y tuviera oportunidades de viajar así, pensó.
Justin se volvió a verlo y suspiró.
—Deberías de borrar su número, no van a poder verse de nuevo, dices que el chico entrena para una banda o algo así, no tiene tiempo, ademas, ninguno de ustedes cuenta con el dinero para viajar tan lejos. Corea es otro mundo. —Se encogió de hombros.
—Ahorraré. —Joey simplemente dijo.
—Va. —Viró sus ojos y negó con su cabeza— y, siendo que te gustan los chicos, ¿crees que soy lindo?
Joey se rió y se encogió de hombros.
—Nah. No eres mi tipo. No eres suave y delicado como Jimin. —Cogió su celular y lo desbloqueó.
—Te extraño, Joey. —Tomó su mano—, extraño que seas dulce y divertido.
Joey se tensó y justo como lo había hecho antes, retiró su mano. Justin suspiró y recargó la cabeza en su hombro.
—Muévete.
—Sabes, esto me recuerda a algo que viví hace muchos años, pero yo estuve en tu lugar. —Levantó su mentón para observarle y se mordió la lengua, negándose a ceder a sus deseos y besarle el cuello.
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Stiles. © [1 y 2 temporada]
RandomStiles es un niño alegre y amistoso; Justin no lo soporta. Así comienza esta historia, dos niños con cinco años de vida, intentando lidiar el uno con el otro. Stiles no parecía rendirse, cada día su cariño por Justin crecía. ¿Cómo era eso posible? E...