I love you.
Stiles
Estaba en todos lados la noticia de que Justin se había intoxicado, y me sentía culpable. Nunca me habría imaginado que haría algo así, pensaba que se iría a buscar muchas mujeres.
Estábamos en la sala de su casa, y con estábamos me refiero a Lydia y yo. También estaba Selena, y varios amigos de ella, creo que dos eran de Justin. Él estaba descansando en su habitación, tenía dos días que había vuelto del hospital.
—No sé de dónde sacó la droga —suspiró Selena—, ni cuándo. Creí que sabía todo lo que hacía, pero creo que las cosas con Justin nunca cambian... —Negó con su cabeza, limpiándose los mocos con una servilleta—, Me duele —Me miró—, no poderlo ayudar... No sé qué hacer, además yo estoy enferma. Tengo suficiente con el Lupus para tener que preocuparme ahora por mi novio intentando morirse.
Me sentí mal por Selena, vi a los amigos de Justin virar sus ojos, lucían fastidiados e incómodos. Yo asentí con mi cabeza, y Lydia le puso una mano en el hombro.
—Estamos para ti, preciosa.
Ahora sentía un gran peso en mis hombros, Justin estaba bien, y eso era bueno, pero él no era mío. Era de Selena. Y yo tenía una novia y un bebé en camino, no podía subir a su habitación a dormir con él y cuidarlo, o besarlo mientras duerme.
Suspiré pesadamente, intentando no hacer notorio mi estado de humor.
—Yo me quedaré esta noche —Asentí—, amor tú ve a casa. —Me dirigí a Lydia.
—No te dejaré solo, ¿qué tal si necesitas ayuda? Quiero apoyarte con Justin. Sé lo muuucho que él significa para ti —Me sonrió con una pizca de sarcasmo. Ella se sentía insegura por Justin, y no la culpaba.
Asentí levemente.
—Está bien.
—Oh qué amables son —Selena sonrió—, se los agradezco tanto, me gustaría ir a mi casa y relajarme.
—Claro, linda. Tú ve y descansa. —Lydia le sonrió. Ambas se despidieron y ella se retiró con todas sus amigas. Dejándonos a mí y a mi novia con los dos amigos de Justin.
—Nosotros también nos vamos —Dijo uno.
—Sí, hombre —Se levantó el otro.
—Volveremos mañana temprano.
—Sí, hombre —volvió a decir el otro.
Lydia levantó una ceja y asintió.
—Vayan. —Asentí.
Los dos chicos se retiraron y me quedé con Lydia.
—¿Aún lo amas? —Me preguntó. Me ahogué con mi propia saliva cuando ella lo preguntó y comencé a toser mucho—, ¡Stiles! ¿Estás bien? ¿Quieres agua?
—Estoy bien —Negué con mi cabeza.
—¿Y bien?
—No, ya no lo amo. Quiero decir, sí, pero como a un amigo. —Mentí.
—Muy bien. —Sonrió.
Lydia haría algo de cenar, yo subí para despertarlo y darle agua. Mis manos estaban sudorosas.
—Justin... —Él se volvió a verme, estaba despierto. Arqueó las cejas cuando me vio—, te traje agua. —Me acerqué con el vaso.
—¿Qué haces aquí?
—Estoy cuidándote. —Me senté en la cama y dejé el agua en la mesita de noche—, ¿no tienes sed?
—No. —Contestó secamente, pero después frunció las cejas—, dame.
—Bien. —Tomé el vaso y se lo di, él lo bebió todo y me lo devolvió.
—No vuelvas a hacer algo así.
—¿Y a ti qué mierda te importa? Tienes a tu familia.
—Tú eres parte de ella.
—Llámame hermano y llamo a seguridad para que te saquen a golpes.
Suspiré, negando con mi cabeza. Tomé su mano y me incliné para besar esos labios que tanto deseaba volver a besar, olvidándome de Lydia y de todo el mundo. Ambos fruncimos las cejas, tomé su rostro con mis manos y profundicé el beso. Nos separamos lentamente, besé su labio inferior.
—Te amo, mi amor. —Le dije—. Lamento que todo haya terminado así, y lamento haberte besado pero necesitaba hacerlo, necesitaba sentir tus labios una última vez.
—Te odio.
Volví a besarlo, esta vez metiendo mi lengua en su boca, gemí de lo mucho que había extrañado esto y lo mucho que me gustaba.
—Dime que me amas también —Besé su cuello—, dímelo, porque sé que lo haces, tanto como yo a ti.
—Me dijiste que maté tu amor.
—Te mentí porque quería seguir adelante. —Besé su cuello nuevamente, comenzando a humedecerlo.
—No te importaron mis sentimientos.
—¿Y cuándo te han importado los míos a ti? —Le pregunté, separándome de su cuello y viéndolo a los ojos, se quedó callado—, Exacto. Ahora, déjame besarte.
Volví a atacar su boca en otro beso, esta vez me besó con la misma intensidad. Nadie daba mejores besos franceses que Justin.
—Te amo, te amo. —Logré decir entre besos.
—Te amo, Stiles.
Escuché los tacones de Lydia en las escaleras y me separé bruscamente, Justin limpió sus labios y su mirada se perdió en sus manos.
—Aquí un rico sándwich —Lydia lo puso en el regazo de justin, él asintió, se veía tenso. Conociéndolo probablemente estaba intentando no matarla.
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Stiles. © [1 y 2 temporada]
RandomStiles es un niño alegre y amistoso; Justin no lo soporta. Así comienza esta historia, dos niños con cinco años de vida, intentando lidiar el uno con el otro. Stiles no parecía rendirse, cada día su cariño por Justin crecía. ¿Cómo era eso posible? E...