American Football

"Juntos en la misma cama"

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                                 Es otra mañana típica y muero de angustia al saber que falta un día para que mi vida social cambie por completo. Gracias a Dios, hoy puedo pensar con claridad  todo lo que a continuación pasaría en mi vida.

Camino por los pasillos de la escuela con lentitud, no se en donde se han metido Valerie y Natalie y la verdad, ni quiero saber porque tengo ganas de estar sola.

Rápidamente alguien me jala el brazo, me cubre la boca y me mete a un salón vacío cerrando la puerta. Por el delicioso olor me doy cuenta de que es mi nueva pesadilla, Hunter Lancer.

Cuando finalmente me suelta y me voltea para verme cara a cara, ¡bingo! era él.

–¿Porque tengo que verte tan temprano?— Me quejo. El rueda los ojos sin ganas de lidiar a las nueve de la mañana con problemas, lo que el no sabía es que el es él problema.

–Necesitamos hablar– Su ronca voz por causa de la reciente despertada me hace sentir un poco intimidada. Es más ronca y sensual de lo normal, bueno, de lo que ahora se que es.

—¿Ahora qué ocurre?— No me preocupo por ocultar el tono de fastidio. Hunter se sienta en uno de los bancos y yo me quedo parada con mis manos metidas en mi sudadera viéndolo irritada.

–Por unos pequeños problemas, necesito presentarte a mis padres ... Hoy mismo— Abro los ojos de golpe y mi actitud indiferente y de irritación cambia a una de negación y horror.

–¡No, no, no, no, no y no! ¡Dijiste que el Viernes, no el Jueves! ¡No! ¡Hoy no!— Comienzo a reclamarle. El cierra los ojos asintiendo suavemente, en señal de mantener la calma.

—Ya lo sé, pero necesito que sea hoy en la noche, no puedo hacerlo mañana, mis padres se irán a Japón y de verdad te recompensaré...

Coloco la palma de mi mano en frente de su rostro parando de inmediato sus palabras.
—¿Con qué me recompensaras? Si lo único que quiero de recompensa no me lo darás— Bramo molesta. Hunter se rasca la nuca, ahora  fastidiado.

—Es importante tu presencia en esto— Me dice con paciencia. —Y si no lo haces ya verás las consecuencias— Le doy un puñetazo a la paleta de el banco haciendo que la mano me duela. Por orgullo no me quejo pero por dentro estoy muriendo. Hunter abre los ojos impactado –Te odio mucho– Le confieso por milésima vez.

–No me interesa. Te recogeré a las ocho en punto y te deje el vestido que usarás en tu casillero, o puedes ponerte lo que quieras— Chillo cuando lo veo levantarse y retirarse dejándome sola en el aula.

¡Estúpido! Aparte de irritante no respeta la privacidad de las personas. ¿Quien se cree para abrir mi casillero sin permiso?

Segunda división

–No puedo Hunter. Esto de mentir no es lo mío, vamos a otro lado, no importa, pero no quiero hacerlo– Declaro rápido cuando veo la grande y hermosa casa de la familia Lancer en frente de mi.

Hunter detiene el auto, aparcándolo.

Lentamente voltea a verme, analizando lo que acaba de salir con desesperación y miedo de mis labios. El niega repetidas veces, yo siento que mi corazón se hace pequeño.

–No podemos detenernos. Ya llegamos– Dice cuidadoso apuntando la gran mansión que se encuentra en frente de nosotros. Niego.

–Vámonos por favor– Ruego suplicante juntando mis dos manos. Hunter se muerde el labio y eso hace que me ponga más nerviosa.