"Llevame a casa"

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                      —Llévame a casa Hunter— No pude contenerme al exclamar cuando veo que la ruta que toma no es para llegar a mi casa. Hunter está enojado y creo que más enojado que yo. Su mandíbula está muy apretada hasta creo que va a explotar de tanta fuerza que hace en ella. La velocidad de el Porsche es alta, y aún más porque su coche es deportivo. No me contesta, ni siquiera me ve por el rabillo de los ojos y por unos minutos llego a temer de él.

Sin duda me lleva a otro lugar. ¿Pero a cuál?

En serio Carraspeo. Déjame en mi casa o me bajo aquí mismo No hay respuesta de su parte, en cambio, sube más la velocidad. Ahora me va a querer matar. ¡Bájale a la velocidad, nos vamos a matar! Me hace un poco de caso, pero no de el todo.

Decido mantenerme callada por todo el irreconocible recorrido. Ya no quería moverle más el asunto, en cierta parte ver a Hunter así, serio y enojado me daba un poco de pánico, más por las decisiones que podría llegar a tomar. Le echo una mirada. Estaba todavía serio, manejando y mirando hacia el frente. No podía negar que se veía demasiado sexy con sus manos al volante y sus lentes de marca. Es un ser humano guapísimo. Me asusto un poco al ver la hora en mi teléfono. Ya había pasado una hora y ni siquiera me dirigía la palabra, ni siquiera habíamos llegadas hacia nuestro destino y no había llegado a mi casa.

¿A donde rayos me lleva? No quería preguntarle a Hunter, calladita me veía más bonita. Después de unos segundos me quedo dormida en el asiento.

—Lennon, despierta— Hunter me mueve el brazo delicadamente y yo me despierto exaltada. De inmediato bajamos y cuando lo hacemos me puedo dar cuenta de que estamos en el estadio de la ciudad y ahora está obscureciendo.

—¿Porqué estamos aquí?— Le pregunto con la voz ronca. Me acabo de despertar. Hunter no me mira solamente me dice que lo siga y eso es lo que hago.

—Mi papá es amigo de el dueño del estadio. Su amigo nos deja entrar siempre que queramos— Comienza a explicar, echándome una mirada. —Me gusta venir en la noche y por lo general vengo más cuando estoy aturdido ó de la escuela ó de mi familia ó aturdido de otra cosa no necesariamente de esas razones— Termina de explicar y me siento mal al darme cuenta que yo soy la culpable está vez de que se sienta aturdido.

—¿Entonces entraremos?— Le pregunto suavemente. Hunter asiente. —Pues vamos.

Llegamos junto con los guardias y cuando ven a Hunter nos dejan entrar por una puerta de seguridad. El estadio se ve genial. Las luces lo hacen verse hermoso, como en la televisión. No pude evitar sonreír y dar una vuelta observando todo. —Que bello— Susurro.

—No más bello que tú— Hunter dice y no digo nada. Se que estoy sonrojada, ¿pero porqué si el siempre dice este tipo de cosas?

—Está genial— Digo eso para olvidar la incomodidad de su comentario.

—Que bueno que te gusta— Afirma.
—¿Jugamos?— Me pregunta y de inmediato asiento. Abre los ojos sorprendió. —¿Sabes jugar?— Una sonrisa se asoma por sus labios.

—No sabes casi nada de mi— Le lanzo un beso y después de eso caminamos hacia la pista.

Cuando empezamos a jugar después de un rato de juego Hunter me taclea y se tira arriba de mi. Claro que no lo hace con fuerza, pero si lo hace con intención.

American FootballDonde viven las historias. Descúbrelo ahora