American Football

"La chamarra del equipo"

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Son las dos de la mañana cuando mi teléfono suena avisando que tengo una llamada. Abro los ojos de golpe y después de unos segundos me paro, tomo mi teléfono y contesto adormilada.

—¿Hola?— Mi voz sale ronca.
—Hola Len, ¿te desperté?— Es Hunter.

—Nooooo para nada— Contesto sarcástica. —Sí lo hiciste...

—Lo siento de verdad. Pero... ¿podrías salir?

Me quedo estática en mi lugar y abro los ojos de golpe analizando sus palabras.

—¿Qué? ¿Estas afuera?— Me asomo por la ventana y lo primero que veo es el Porsche de Hunter estacionado y a él recargado sobre él.
Sostiene el teléfono en su oreja y trae una chamarra del equipo de fútbol de la escuela y pantalones de mezclilla. Mi corazón da un vuelco cuando me ve y sonríe.

—Sí, ven...
—Estas loco.... Bajo en un segundo.

Cierro la cortina y de inmediato me lavo la boca, acomodo mi cabello y me quito las lagañas. Bajo las escaleras y abro la puerta de manera silenciosa, maldigo cuando el frío azota mis piernas desnudas y también mis brazos, cuello y pecho. Traigo unos mini shorts que enseñan más de lo que debería y una camisa negra pegada de tirantes que muestra también más de lo debido. Me doy calor a mí misma y sin tomarle tanta importancia me acerco a Hunter quien se ve extremadamente guapo. Él me examina de pies a cabeza y se que sus ojos se detienen más en mis pechos...

—Hola sexy— Susurra y se detiene en mi rostro. Ruedo los ojos divertida.

—Hola loco– Contesto, finalmente estamos cerca. —¿¿Que haces aquí?? ¿¿A esta hora??—no oculto la sorpresa en mi voz y tampoco cubro mi ceño fruncido. Tallo mis ojos.

—¿Cómo estas?— Me pregunta ignorando mi pregunta anterior. Mete sus manos a su chamarra y se vuelve a recargar en el auto.

—¿Qué?— Me burlo. Hunter nunca había preguntado eso e ignoro el echo de que me ignoró por completo. —¿Qué te pasa o qué?— Hunter mira a ambos lados confundido y frunce el ceño.

—¿Porqué o qué?

—Me estás preguntando que como estoy, eso no lo preguntas JAMÁS— Suelto con obviedad.

Frunce la boca y levanta ambos hombros.

—Solamente quería saber como estabas, no sabía que estaba mal preguntarte— Niega suavemente.

—Bueno, bueno— Lo callo para no comenzar una estúpida discusión a esta hora. —Estoy bien pero aburrida, mis hermanos me molestan, amigas igual, pero todo bien— Me doy cuenta de qué no lo había visto en dos días. — Y ¿tú?

—Entrenamiento todo el tiempo— Suelta irritado. Se pone la mano en el cuello —Y bueno, recibo golpes— Me río.

Gracias por hacerme el trabajo equipo de fútbol de la escuela.

—¿No quieres pasar?— Apunto a mi casa, Hunter niega rápidamente y se endereza.

—De echo me tengo que ir...— Murmura suavemente y abro los ojos con sorpresa cundo me toma entre sus brazos y me acerca a su pecho, me rodea en un abrazo y su delicioso olor me ataca.

No le digo nada y también lo rodeo con mis brazos fríos. Hunter acaricia mis brazos con sus grandes manos y suelta un gemido de sorpresa.

—Estas helada niña— Se queja y hace su caricia más fuerte para darme calor.

—¿Hasta ahora lo notas?— Titubeo. —¿Porqué viniste?— Le pregunto y alzo mi rostro para verlo. Hunter me observa también.

—Me vengo a despedir de ti porque me voy a Londres— Suelta. —Por dos meses.