American Football

"Dos cosas: Tequila y ebriedad"

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Cuando mis labios vuelven a probar el crudo pero delicioso sabor de el tequila siento mi garganta quemar y después los gritos de admiración comienzan a sonar a mi alrededor. Mauricio, su novia y Roberto me aplauden junto con otra bola de chicos que no conozco. Amaba a los Mexicanos.

—Sí que te gusta la fiesta, eh, Len— Roberto me grita sobre la música ya en un estado de ebriedad y ni se hable de mí ya que ni siquiera podía pensar con claridad. El alcohol ya estaba apoderado de mis sentidos y Hunter estaba desaparecido, como en todas las fiestas a las cuales íbamos juntos.

—Len— Sofía, la novia de Mauricio me habla.
—¿Quieres ir a bailar?— Mi sonrisa se expande y asiento emocionada. Hace mucho tiempo que no bailaba y justamente tenía ganas de hacerlo.

—Hagámoslo— Ella toma mi brazo y antes de irnos me tomo un sorbo de tequila, nos alejamos escuchando los abucheos de los chicos porque Sofía me llevo con ella y con todas sus amigas creídas.

La pista está llenísima, ni siquiera sé como tanta gente cabe en el yate. Algunas chicas están en la alberca y otras bailando afuera en bikini aún a pesar de la marea alta y de el frío de el océano. Yo soy una de esas que está vestida sin ni una gota de agua y en esos momentos lo agradezco. Justo cuando nos metemos a la pista siento como la gente choca conmigo ya que sus cuerpos se mueven al son de la canción y eso en cierta parte me incita a bailar. Entonces Sofía, varias de sus amigas y yo comenzamos a bailar y animarnos entre nosotras.

De repente una canción comienza a sonar y lo único que entiendo es la palabra baby, triste pero real. Aún así cierro los ojos y muevo mi cuerpo al son de la increíble canción que suena en las costosas bocinas del lugar.

—¡Tú y yo tú y yo estamos estamos hechos para estar los dos!— Sofía grito, yo supuse que cantaba la canción.

—¡Baby no, baby no, me rehuso a darte un último beso así que guárdalo, guárdalo pero que la próxima vez te lo de haciéndolo!— Toda la gente comienza a gritar, incluyendo chicos y me sentí nostálgica. Como sí necesitara a alguien en estos momentos. Toque mi corazón y pensé en mi familia, amigos, pero nada. Y Hunter llegó a mis pensamientos. ¿Qué rayos me pasa?

—¿Estas bien?— Sofía preocupada me pregunta cuando se da cuenta de que deje de bailar. Asentí y le sonreí y después sobre la música le grite que iría con Hunter por lo cual ella asintió y me dio un beso en la mejilla.

—Ve por tu hombre.

Entonces, —tambaleándome, ya que el alcohol todavía no desaparece dentro de mi— salgo de la pista en mi búsqueda. Hunter tan guapo y sexy como siempre estaba bebiendo en un vaso rojo junto con unos chicos. Se dio cuenta que venía porque se me quedo viendo y me regalo una sonrisa. Lo miré a los ojos con seducción, yo en realidad no quería hacer eso. Mierda más mierda, maldita ebriedad.

—¿Me lo permiten?— Ni siquiera espero la respuesta de los chicos que tenían sus ojos sobre mi. Tomé su brazo con desesperación y lo jalé, sus amigos comenzaron a gritarle que se divirtiera y Hunter se rió, nos retiramos a un lugar un poco más solo, aunque de solo no tenía nada.

—¿Que pasó Lennon?— Hunter, cuando lo solté por fin, me preguntó un poco extrañado pero con esa mirada de diversión. Lambí mis labios.

—Nada, solamente quería estar al lado de mi bellísimo novio— Le confesé y lo acerque a mí. Lo obligue a que pasara sus brazos por mi cintura y metí mi cabeza a su cuello para oler eso olor embriagador, pasé mis brazos por atrás de su nuca. Hunter me sujetó fuerte cerca de el y lo agradecí. Quería sentirlo tan cerca de mi. Lo más que se pudiese.