COMPLETADA
Jamás, nunca en tu vida, ni por maldito error se te ocurra mandarle pack a un extraño por Omegle porque en una de esas terminará siendo el capitán de fútbol de la escuela, por supuesto el chico más sexy de todo Denver y finalmente utiliz...
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Omegle: chatear con extraños.
Así era como se llamaba aquella tentadora aplicación.
Cinco millones de visitantes y cinco estrellas doradas... así era como deslumbraba en la pantalla de mi teléfono. Pulsé descargar. No ocurriría nada si hablaba con uno que otro extraño, era algo normal, algo que en algún momento de mi aburrida vida tendría que ocurrir como la adolescente de diecisiete años que soy.
Natalie, —una de mis mejores amigas—, se había marchado de mi casa hace varios minutos atrás dejándome sola y aburrida. Ella no podía quedarse a dormir y yo en verdad quería seguir hablando con ella porque su experiencia en esta aplicación sonaba de lo más excitante e intrigante.
—Descárgala esta noche.
Eso fue lo último que Natalie me dijo, después se subió a su auto y se fue, desapareciendo de mi vista.
Sinceramente no quería descargarla, esas aplicaciones solo son para pervertidos morbosos sin vida que lo único que quieren es una platica caliente con un desconocido para ahogar al ganso unos cortos minutos, pero ya era tarde cuando me di cuenta que estaba tecleando mi correo electrónico para comenzar la sesión con la dichosa aplicación.
A decir la verdad, estaba emocionada, esto era extraño y nuevo para mí. Pulsé un botón que decía chatear de inmediato y me llevó a la primera sugerencia. Se llamaba "BigBigCock" reí al leerlo y pulsé aceptar.
Veamos lo que este idiota tiene para decir...
—¿H o M?—Eso fue lo primero que pregunto. ¿Qué mierdas es eso?
—¿Qué es eso? —Mujer o hombre, da. —Hm, mujer, da. —De donde eres, cuantos años, nombre.
—No, jodido sucio. —Mira Lennon, estoy muy caliente y necesito de tu ayuda. —Pues córtate el pájaro marrano asqueroso, ¡búscate una vida! —¿Pero que rayos?