American Football

"Dejate llevar"

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                    —Hunter tu duerme en el suelo— Eso es justo lo primero que digo cuando entramos a la habitación después de la cena.

Abre sus ojos de par en par y hace un gesto de indignación. —Ay, yo tengo problemas de espalda— Se lanza a la cama y se quita los zapatos. Pasa sus brazos por detrás de la cabeza y me observa con total atención.

Quiero gritarle pero como la dama que soy me tranquilizo.

—Entonces duérmete en el sillón— sugiero y hace una mueca de asco.

—¿Ya viste el espacio que es? Lo siento, pero soy un chico alto — Vuelve a sacar una excusa y me sonríe fastidioso.

—Pues ni creas que nos vamos a dormir juntos y ni sueñes con que me dormiré en el suelo ya que yo mañana tengo un partido que ganar— Suelto las palabras sin pensarlo y sin importarme que me vea exigente sin merecerlo del todo. —Tu tenías un trato.

—Tenía, exacto, en el pasado... — Alza una ceja y le dedico una mirada de odio. — A ver baby relájate, — se levanta de la cama y toma asiento en la orilla— vamos a dormir juntos al cabo no muerdo— me guiña un ojo.

Me burlo. —Que frase tan más usada eh, invéntate otras — Le digo y paso mi cabello para atrás.

Me dedica una sonrisa pícara, una de las más picaras que he visto en mi vida y siento un cosquilleo. —Uff, si pudieras leer mi mente cada vez que te pones en frente mío te morirías. Solamente no me expreso completamente contigo porque digo pene y te pones como una niñita loca— Confiesa.

Ignoro totalmente lo primero pero lo segundo no lo dejaría pasar así de rápido.

—¿Disculpa?— Arqueo una ceja.
—¿Que no quedó claro?— El también arquea una ceja y me reta con la mirada.

Cruza sus brazos sobre su pecho y yo coloco mis manos en mi cintura y me acerco a él a paso lento. Sus ojos hermosos no dejan de verme ni un solo segundo y cuando pienso que ya estoy cerca de el sin romper nuestra burbuja comienzo a hablar.

—Una cosa es que no me gustas en lo absoluto y por causa de eso no me gusta escuchar de tu boca cosas sucias que me incluyan a mí. Tú tampoco me conoces y tal vez no te haz dado cuenta de que soy muchísimo más mente sucia que tú, solamente que no soy un animal que a cada rato quiere hablar de eso y que habla sin prudencia ni respeto al cuerpo humano que está hecho para sentir, disfrutar y vivir. Créeme Hunter que si tú fuerzas el que leyera mi mente te morirías de una gran erección.

Su cara de sorpresa me complace totalmente, le sonrío y le guiñó un ojo y me alejo de el solo un poco. Su mueca comienza a cambiar a una perversa y pensativa y se muerde el labio.

—¿Que tal si me muestras ese lado?— Se recarga sobre sus brazos fuertes y su voz es sensual, diferente, más profunda. En sus ojos la lujuria lentamente se asoma y sus labios muestran deseo puro.

Niego lentamente y río.

—Te lo tienes que ganar... Hunter— A propósito justo en su nombre mi voz es también más suave y sensual y hasta siento que si esto sigue así podemos tener una visita de uno de los amigos íntimos, muy íntimos de Hunter. Y cuando digo íntimos es íntimos.

Entonces su enorme y bello cuerpo se para de la cama y me observa desde su larga altura. Me quiere intimidar, no lo logra porque yo también soy alta. Sus ojos pasan por toda mi cara y siento cómo se profundizan muchísimo más en mis ojos como con ganas de predecir mis pensamientos ocultos. Cuando pasa por mis labios lame los suyos y eso es un gesto que hace que sienta otra vez ese cosquilleo, pero lo ignoro.