[Jimin]
¿Dónde mierda estaban? Taehyung me aseguró que vendrían, me lo prometió en nombre de los conejos que, según él, viven en la luna, y cuando jura por eso siempre cumple su palabra. Pero había pasado casi una hora y el no verles por ninguna parte me hacía dudar de ese hecho. Y con verles me refería a él y Jungkook, el chico que se me declaró por error hacía tan solo unas semanas.
Le pedí a Taehyung que lo trajera porque mi maldita conciencia no paraba de sermonearme que no había estado nada bien el cómo le había tratado, así que para compensarle decidí encontrarle un ligue en la fiesta de hoy. Era amigo de un amigo de Namjoon. Zico creo que le llamaban, aunque ese no fuera su nombre real, el cual no me molesté en preguntar cuando le vi llegar a la fiesta. Me pareció atractivo, así que supuse que bastaría. Mientras tuviera buen físico y le gustaran los penes, a mi me valía.
- Jimin –me giré hacia la chica que acababa de tocarme el hombro. Me extrañó que me hablara, pues juraría que acababa de verla enrollándose con otra chica en el pasillo, pero no me importó. Quizás jugaba a dos bandos, que sabía yo. La sonreí coquetamente, olvidándome de Taehyung y Jungkook por un momento. –No me mires así que no vengo a ligar contigo.
- ¿Entonces qué quieres? –pregunté inmediatamente, cambiando mi posición a una más informal y desinteresada. Ella rodó los ojos y susurró algo en voz baja, probablemente algún insulto que no logré oír por el volumen de la música que inundaba la casa.
- Me dijeron que hay dos chicos en la entrada preguntando por ti.
"¡JUNGKOOK Y TAE!"
Agradecí mil veces a la chica antes de salir corriendo hacia el lugar donde me habían indicado, y efectivamente, allí junto a un perchero vacío y clavado entre mil abrigos desperdigados por el suelo, se encontraban las dos personas que tanto tiempo llevaba esperando. Al verme Taehyung suspiró aliviado y Jungkook soltó un bufido.
- ¡Aquí lo tienes! –exclamó el mayor empujando a su amigo por la espalda hasta ponerlo frente a mí.
- ¡Taehyung, suéltame idiota! – se quejó el moreno, provocando que una divertida apareciera en mi rostro nada más oírle. Algo tenía ese niño que me hacía sonreír todo el tiempo. Al verme, se quedó embobado varios segundos hasta que bajó tímidamente la cabeza, clavando la vista en sus zapatillas negras. – Ho-hola Jimin...
- Por un momento pensé que no vendríais –exclamé animado, ahora más tranquilo sabiendo que Tae no había faltado a su palabra.
- Eso fue porque Jungkook tardó mil años en prepararse. No paraba de repetir "¡Taehyung, ayúdame,tengo que verme fantástico para gustar a Jim-
- ¡CÁLLATE IDIOTA! –Los inútiles intentos de Jungkook por callar a su amigo me dieron más risa que las palabras en sí, sobretodo cuando me miró con todas las mejillas sonrojadas, intentando negar lo evidente. – ¡N-no le hagas caso, está loco!
- ¡No estoy loco, estúpido galleto!
- ¡La próxima vez te va a acompañar a la fiesta quien yo te diga!
- ¡Pues yo no te regalaré un perro!
- ¡YA TE HE DICHO QUE NO QUIERO UN MALDITO PERRO!
La discusión entre los dos era lo suficientemente graciosa como para matarme de la risa sin necesidad de haber tomado, pero por desgracia lo había hecho, y casi no podía ni hablar de las carcajadas que intentaba reprimir. Al cabo de unos minutos, cuando noté como Jungkook comenzaba a perder los nervios, decidí intervenir. No me favorecía que pelinegro estuviera de mal humor si quería conseguirle una pareja esa noche.