[Jimin]
¿Qué mierda se pensaba que hacía besándole en frente de mis narices? ¿Pretendía ponerme celoso? ¡Joder, pues no lo iba a conseguir! No me molestaba en absoluto ver que alguien además de mí podía besar esos perfectos labios, claro que no.
- ¿Necesitas ayuda? –preguntó una vez se hubo ido el idiota de su novio, ofreciéndome su brazo. Negué con molestia e intenté ponerme a andar yo mismo, pero no di ni dos pasos cuando sentí una descarga de dolor por todo mi cuerpo. Apreté la mandíbula y me detuve en seco, reprimiendo un quejido de dolor. – Anda, apóyate en mí.
-Que no, que puedo solo –me quejé, zafándome bruscamente de su intento de agarre, de lo cual me arrepentí de inmediato al ver cómo me miraba dolido. Suspiré y suavicé mi voz, intentando calmar el ambiente. – Tú ve a despejarme el paso a tu habitación.
- Como quieras... –respondió con desánimo, adelantándose a la puerta. Antes de que llegara a tocar el pomo, recordé un importantísimo detalle que habíamos pasado por alto.
- ¡Ey, Jungkook?
- ¿Sí? –se giró de inmediato, mirándome esperanzado y levemente más animado.
- ¿Cuál es tu habitación?
- Ah, cierto, mi habitación... –suspiró y rodó los ojos, como si se hubiera decepcionado por mi pregunta. ¿Qué mierda pretendía que le dijera? ¿La hora? ¿Qué esos pantalones le hacen un culo espectacular? ¿Qué su novio es un idiota don perfecto y me saca de quicio? – Sube las escaleras, y la que está al fondo del pasillo a la izquierda, frente al baño.
- Perfecto –sonreí y él volvió a rodar los ojos, haciéndome sentir ligeramente culpable. Él se estaba partiendo el culo por mí, incluso poniendo en juego su relación por alguien como yo, alguien que lo único que había hecho era mangonearlo a su antojo guiado por infinitas indecisiones. – Jungkook... –volví a llamarle, aunque ahora de forma más apagada. Él se giró con cansancio, como anteponiendo mis palabras de antemano.
- ¿Ahora qué quieres?
-...
- ¿Es por dónde dormiremos? –sonrió con amargura, sorprendiéndome, ya que yo había dado por hecho que compartiríamos cama. – Yo dormiré en el suelo y tú ocuparas mí cama.
- E-eh... no era eso... además, no pienso dejar que duermas en el suelo.
- Yo tampoco pienso dejar que tú lo hagas, es decir, mírate Jimin.
- Estoy perfecto, idiota, además... –suspiré y me pasé la mano por el pelo, notando la sangre seca en el comiendo de mi frente. Mordí el interior de mi mejilla disimuladamente guardando el dolor e intenté aparentar normalidad. – Da igual, luego discutiremos el tema, eso no era lo que quería decirte.
- ¿Entonces qué es? ¿Quieres cenar?
- Que no, Jungkook, cállate.
- ...
- Perdón... –me disculpé de inmediato al ver su sorpresa a mi brusca reacción. Me gustaba verle avergonzado y tímido, pero asustado y dolido eran cosas muy diferentes. – Solo quería decirte que gracias por todo.
- ¿A mí?
- Claro, bobo.
- Oh... –se sonrojó y agachó la mirada, de esa forma que tan adorable me resultaba, viendo como entrelazaba sus dedos con nerviosismo. – Gra-gracias... digo, de nada, d-de nada.