Capítulo 28: No te entiendo

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[Jungkook]

Después de lo ocurrido en los laboratorios con Jimin, las cosas estaban cambiando, y no sabía si para bien o para mal, simplemente eran diferentes. De cara a los demás nuestra relación era la misma, fría y distante, manteniendo el mínimo contacto por educación, pero a solas la situación cambiaba por completo, lanzándose de inmediato a casi comerme en cualquier rincón.

"Solo te usa para saciarse"

Lo sabía. Sabía de sobra que buscaba en mí lo que su novia no podía darle. Todo el instituto era consciente de la personalidad de SooJung, de la estricta educación recibida por sus padres y las pocas posibilidades que había de que se hubiera entregado a Jimin. Yo era un juguete sexual con el que se podía entretener hasta que su novia le permitiese hacerlo con ella, yo era temporal y desechable.

"Pero no vas a negarte"

Y por desgracia esto también era verdad. Me dolía, me importaba no ser algo más para él, pero jamás acabaría con lo poco que teníamos. ¡Por dios, era Jimin! Un solo beso suyo me podía trasladar al cielo, aunque luego cuando se marchara mi caída fuera dolorosa. Pero no pasaba nada mientras pudiera volver a verle de nuevo.

- A-ah, no t-tan fuerte, Jimin...

- ¿Temes que te deje marca? –preguntó con una egocéntrica sonrisa, rozando ahora superficialmente la zona de mi cuello que segundos antes se encontraba mordiendo.

- N-no –suspiré y aproveche que se había detenido para intentar normalizar mi acelerada respiración. – Se que eres cuidadoso con esas cosas.

"Sé que te importa demasiado que nos descubran como para arriesgarte marcándome siquiera un poco"

Frunció el ceño y se alejó unos pasos, mirándome interrogante. Aún seguíamos muy juntos debido al poco espacio del cuartillo de la limpieza, pero creo que era lo más lejos que habíamos estado en los últimos diez minutos.

- ¿Por qué lo has dicho con ese tono?

- ¿Con qué tono? –pregunté con nerviosismo.

- Con decepción –me miró fijamente para terminar acercándose de nuevo, rozando su nariz con la mía ligeramente hasta hacerme estremecer, y al segundo lo imitó con los labios, sin lanzarse del todo a besarme. – No sabía que te iban ese tipo de juegos, Kookie.

- ¿E-eh? –estaba demasiado conmocionado con la reciente situación como para entender las palabras al instante, pero cuando lo hice mi rostro no tardó ni medio segundo en volverse rojo. – ¡N-no es eso, idiota!

- ¿Ah, no? –sonrió y escondió su rostro de nuevo en mi cuello. Seguidamente noté un mordisco, aunque no tan fuerte como los anteriores, y cuando pensé que iba a detenerse comenzó a succionar. Nunca lo había hecho con tanto ahínco, parecía como si de verdad fuera a marcarme. También comenzó a rozar con su pierna el bulto que comenzaba a crecer en mis pantalones, sacándome un inevitable gemido. – Parece que te gusta bastante.

- No digas tonterías –conseguí formular cuando vi que se alejaba de mi cuello.

- Digo lo que veo.

Sonrió y volvió a besarme, aumentando el roce entre su rodilla y mi entrepierna. Adentró las manos en el interior de mi camisa y comenzó a pellizcarme y acariciarme, agitando de nuevo mi respiración. Si solo con una foto suya conseguía perder mi coherencia, ahora que le tenía frente a mí ni siquiera podía razonar.

Tiramos varias escobas y botes mientras nos tocábamos, pero poco nos importó, y al cabo del rato terminamos corriéndonos, manchándole ambas manos. Porque si había algún detalle que destacar, era que nunca lo habíamos hecho hasta el final, es decir, que yo y mi trasero aún permanecíamos vírgenes. Otra cosa era por cuánto tiempo duraríamos así, porque en cada escapada Jimin parecía avanzar un poco más, y para ser sinceros, a mí no me importaría darle mi primera vez, aún siendo consciente de su inexistente afecto emocional hacia mí.

Descubierto [Jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora