[Jungkook]
Eran como las siete de la tarde cuando escuché sonar el timbre de mi casa. Al igual que todas las tardes, me encontraba solo. No me molestaba, entendía perfectamente que mis padres tenían sus respectivos trabajos y por ello no podían estar en casa, y de hecho una parte de mí lo agradecía, pues seguro que con mi madre aquí no podría disfrutar de horas y horas invertidas en mis fantásticos videojuegos.
- Ya vaaaaaa... –avisé mientras me levantaba a abrir, pensando que sería Taehyung o cualquier vecino, amigo de mi padre o madre. Pero cual fue la sorpresa al encontrarme una cara totalmente distinta, y porqué no decirlo, mucho más agradable a mis expectativas. –Ji-jimin...
"Tartamudeando de nuevo. Genial Jungkook, a este paso se pensará que no puedes hablar bien."
- Toma –me tendió un móvil que sacó se sus pantalones. Cuando lo tuve entre mis manos casi no podía creérmelo, al comprobar que, efectivamente tal y como creía, era mí móvil. Levanté la vista, topándome con la suya pegada a mis labios, como inspeccionándolos.
- ¿Cómo lo has conseguido? –pregunté estupefacto.
- No tiene importancia –apartó la vista e hizo el amago de marcharse, dándome la espalda. – Nos vemos.
- Ey, espera –le llamé agarrándolo flojamente de la manga del uniforme. Se giró extrañado, por lo que solté mi agarre de inmediato, temiendo haberle hecho incomodar. Seguro que después de todo lo ocurrido, había terminado por cogerme asco, aunque los últimos acontecimientos me hicieran dudar, me hicieran dudar de absolutamente todo. – ¿Qu-quieres entrar? –suspiró y yo me apresuré a añadir. – Estaba comiendo pudin de chocolate, aún queda un poco.
No hizo falta que respondiera, pues la forma en la que se relamió disimuladamente seguido del sonido que hicieron sus tripas, dejó la obvia contestación en el aire. Fingiendo no tener muchas ganas, asintió y entró, aún manteniendo esa actitud molesta, como si le incomodara pasar tiempo conmigo.
"Quizás es que realmente le incomoda pasar tiempo contigo"
Cierto. Probablemente yo le caía mal. Entre mi declaración, mi absurdo comportamiento de idiota, mis comentarios e insinuaciones, la discusión de la fiesta, el que tuviera que cuidar de mí en ella y finalmente con la foto no deseada, seguro que me aborrecía.
Pero iba a cambiar. Yo me encargaría de que cambiara, aún si tuviera que dejar mis sentimientos de lado y verlo únicamente como un amigo.
"Imposible"
Cierto, era imposible. Ya solo con observar cómo se sentaba en el sofá dejando la mochila en el suelo y se pasaba la mano por el pelo con frustración, me incitaba a querer lanzarme encima suyo. ¡Pero no! Debía controlarme, o al menos fingir. Sí, fingir siempre se me ha dado bien.
- ¿No has comido? –pregunté sentándome a su lado cortando un pedazo de pudin casero, cocinado por mi padre. Saqué uno de los pequeños platos que guardábamos en la vidriera del salón, junto con un pequeño tenedor de repostería, y se lo tendí.
- No me dio tiempo.
- ¿No comiste en el colegio? –pregunté extrañado, deleitándome con el dulce sabor de mi perteneciente trozo de chocolate. –Hoseok me dijo que volviste a clase. Pensé que ya que estabas, comerías y terminarías de asistir a las últimas horas.
- Era lo que tenía pensado, pero se me olvido la cartera en casa de Hoseok y no pude coger el autobús, por lo que perdí mucho tiempo andando.
- ¿Conseguiste coger los apuntes?