Capítulo 5

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Pasé un trapo mojado sobre la encimera, limpiando cualquier rastro posible de polvo, pasé otro más sobre los sectores mojados para secarlos.

Sonreí levemente; tomé todo lo suplementos disponiéndolos sobre la superficie limpia.

Harina, huevos, moldes, azúcar...

Amplié mi sonrisa cerrando los ojos por unos segundos. Aspiré el olor a vainilla que salía de uno de los pequeños frascos de vidrio. Mi niñez estaba frente a mis ojos, una pequeña corriendo y jaloneando las faldas de su abuela para que esta le enseñara a amasar correctamente.

Relamí mis labios impaciente por empezar;  escuché la puerta abrirse suavemente.

—Oh, perdona.-Musitó un chico castaño y alto desde el portal abierto.- Venía por un vaso de agua, no buscaba interrumpir...-Una sonrisa rectangular se trazó en modo de disculpa.

Le sonreí tranquilizadoramente. —No molestas...-Me giré para volver a mi labor.

Escuché sus pisadas dirigirse unos metros en dirección al gabinete de la vajilla. Rompí unos huevos dentro de un bol de vidrio, con un tenedor los revolví aceleradamente buscando una mezcla uniforme.

—Woah, eres muy buena en eso.-Habló luego de tragar audiblemente algunos buches de agua.

Le miré de soslayo, cogí la batidora. —Realmente disfruto lo que hago.

—Taehyung...-Una voz se unió a la conversación.

Aquella voz erizó los vellos de mi nuca, algo trepó por mi garganta. Erguí mi espalda, dedicándome a batir los huevos volcando esencia de vainilla en la mezcla. Agregué dos tazas de azúcar a la mezcla.

Los escuché conversar cómodamente.

—La coreógrafa es una bomba...

Mi garganta ardió.

—Jenny es linda, pero es muy adulta de todas formas...

¿Cuándo aquello se había transformado en una conversación acerca de chicas?

Bufé, a estas alturas ellos se habían sentado como si nada en unas mesas del fondo.

Suga bostezó. —De todas formas tiene un buen trasero.

Seguro que mi trasero era mejor de todas formas.

El castaño mordisqueó una manzana que había tomado de una canasta, habló con la boca llena. —Pensé que te gustaban las chicas menores que tú.

¿Cuántos años tendría Yoongi?

Sacudí mi cabeza, eso no era de mi incumbencia.

Vi a Suga encogerse de hombros en el reflejo de la vitrina frente a mí. —La edad no es importante, la experiencia sí.

Tragué saliva.

Yo era una novata con las relaciones...

Vi el temporizador de la cocina casi llegando a la marca roja, los muffins saldrían en cualquier momento. En el horno consecutivo a ese las galletas ya estaban listas.

—A mí no me importa tanto la experiencia.-Habló el otro chico.

—Tú no tienes experiencia.

Cogí un guante y me agache frente al horno con galletas, la conversación detrás de mí se detuvo. Por el reflejo de la ventanilla de vidrio vi el par de ojos sobre mi trasero. Arqueé una ceja, giré mi rostro en su dirección para hacerles saber que los había visto.

Tae de inmediato se volteó sonrojado, disculpándose en voz baja. El rubio por otro lado miró a mis ojos con total tranquilidad, la volvió a mi trasero.

¿Estaba de coña?

Jadeé incrédula ante tanta indiferencia, volviendo mi vista al horno para luego abrirlo con algo de molestia.

Idiotamente, cogí la asadera caliente con la mano desprotegida. Mis ojos se abrieron bruscamente, dejé la bandeja metálica ruidosamente sobre la mesada ganándome la atención de los dos individuos en el sillón.

Gemí de dolor y corrí al lavabo torpemente. Abrí la canilla como pude y dejé al agua helada correr sobre mi piel lastimada. Mordí mi labio absteniéndome de lloriquear.

—¿Estás bien?-El castaño apoyó su mano amistosamente sobre mi hombro.- Déjame ver...-Tómo mi antebrazo cuidadosamente.

Tragué saliva, su rostro estaba muy cerca del mío.

Dirigí mi mirada a Yoongi, quien arqueaba una ceja cruzándose de brazos mientras observaba  a su amigo.

Seguidaaaaaaa---->>>

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