Capítulo 9

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—¿Y....?- Tae soltó aferrado al respaldo de mi asiento.- ¿Qué te dijeron?

Negué suavemente mientras guardaba el celular dentro de mis jeans. —No vendrán hasta dentro de unas horas, quizás a las cinco de la mañana...

Escuché un golpe, me giré para ver al rubio irritable estampando su pie fuertemente contra la alfombrilla de goma. Me miró de soslayo. —Qué más podría esperarse de una incompetente.

—¿Cómo me llamaste, rubio oxigenado?- Me incliné sobre su asiento. —Eres un desagradecido, me ofrezco para desviarme de mi ruta habitual solo para llevarte a tu maldita choza y tras un incidente que tú mismo produces me hechas la culpa.

—¿¡YO!?-Me exaltó tras su indignación.- Tú eres la chica que conduce lento, si condujeras como una persona normal nada de esto hubiera pasado.

—Vamo a calmarno'...- Bromeó V.

—¡CÁLLATE! ¡ESTO TAMBIÉN ES TU CULPA!- Explotó mirando al castaño por el retrovisor.- Así que cierren los dos el maldito culo, porque voy a dormir aquí adentro.

Golpeó con su espalda fuertemente el respaldo cruzándose de brazos. Jaló de su gorro de lana tapándose parte de la cara.

Suspiró.

Suspiré yo.

Taehyung eruptó.

¿Qué se suponía que hiciera durante cinco horas? ¿Tirar perfume?

Refunfuñé; era mi culpa por intentar ser una buena persona.

La lluvia seguía cayendo a torrenciales, haciéndome creer que la zanja en la que estábamos se desbordaría de agua. Mi instinto de supervivencia salió a relucir.

—Chicos.-Hablé.- Saquemos el auto de la zanja, entre los tres.

Me gané un ceño fruncido del castaño, y una queja estrangulada del rubio.

El chico raro se sentó como indio. —¿Cómo haríamos eso, ___?

Sonreí. —La zanja está ya casi llena de agua, lo que le dará una estabilidad a la rueda momentánea, en la que al dejar a parte del auto a flote, sería solo cuestión de pisar el acelerador mientras dos de nosotros empuja detrás del auto.

—Bájate del auto.- Me miró Yoongi sacándose su gorro.

—¿Qué?

—Yo acelero, ustedes empujen.

—¡No! Tú vas a dejarnos aquí en el medio de la nada.

—No sería mala idea.

—¿¡Puedes cooperar!?

—Eso intento, bájense mientras acelero.

—¿Qué tal si yo conduzco y ustedes....

— NO —NO

Ambos nos giramos mirándolo desesperados.

Cinco minutos después... y mi blusa se embarraba contra el parabrisas.

—Eres una debilucha.-Se quejó Suga empujando el carro junto a mí.- ¡Pisa más fuerte Tae!

Sentí como mis pies se hundían cada vez más en aquella zanja llena de barro.

El acelerador rugió más y más, y solo las ruedas se movieron salpicándonos aún más.

La lluvia helada aumentaba su ritmo, y a este punto el agua me llegaba por las rodillas. Empujamos aún más fuerte, gemimos simultáneamente mientras yo misma me impulsaba hacia atrás en mis poderosos intentos por colaborar en algo.

De soslayo lo vi con su ropa toda empapada, y embarrada al igual que la mía.

Madre...

El motor rugió aún más fuerte, y de un momento a otro el vehículo salió velozmente provocando que cayera de cara dentro de la zanja.

La lluvia caía con más fiereza, haciendo la tarea de salir de aquel infierno profundo más trabajosa.

—¿Qué haces?- El rubio habló por encima del diluvio.

Chapoteé como pude, pero un drenaje conectado a la cañada parecía estar chupándome.

Grité con todas mis fuerzas, sintiendo como el agua sucia se filtraba dentro de mi boca; la corriente me arrastraba, no podía ponerme de pie.

—¡Estúpida!- El rubio gritó descolocado.- ¡No es hora de darse un baño!

—Ayúdame...-Susurré entre gárgaras, el agua turbia y la lluvia tapando mi visión.

Mi cuerpo se arrastró a uno de los extremos de la cañada, donde un caño de desagüe chupaba y arrastraba todo a su paso.

Y....

Se sumergió en la zanja.

Perdí mi zapato en el intento de zarandearme fuera del agua. Mis piernas ya haciendo contacto con los fierros del desagüe.

—¡AHHH!!

—Deja de gritar.-Se quejó el rubio a unos metros. Nadó acelerado en mi dirección. Me jaló de la muñeca con prisa.

—Ah...-Me quejé al no poder despegar el torso de la cañería. El rubio entrecerraba los ojos por la dificultosa visión que la lluvia nos dejaba.

—¿Qué?

—No puedo salir...-Sentí mis lágrimas de desesperación picar detrás de los ojos.- Ayúdam...

—Sí, sí...-Entornó los ojos pegándose a mí. Sus manos alcanzaron mi espalda inferior, jalando levemente mi blusa.

—Quítate la camisa, ___.-Demandó sin verme , concentrado en el agua que pasaba entre nuestros cuerpos.

—¿¡QUÉ!? ¿Por qué?

—Está trabada entre dos caños.- Jaló de la tela buscando algún resultado. Sus manos que por alguna razón se conservaban tibias acariciaron la piel de mi espalda.- Venga, quiero salir de aquí.

Mis mejillas ardieron, le miré de soslayo para descubrirlo a escasos centímetros de mi rostro, haciéndome cosquillas con su respiración en mi mejilla.

Asentí nerviosamente, y a duras penas me deshice de la prenda. Yoongi me arrastró con fuerza fuera del agua dejándonos a ambos parados junto al auto estacionado, incómodos, y yo rodeando mi cuerpo intentando esconder el sujetador que exponía mi poca 'pechonalidad'.

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Quieren más mis pichonas?????

Ya saben qué hacer! ^_^  

Díganme que parte les ha gustado más si quieren un capítulo pronto :D

Nos vemossshhhhh!!!!!!!

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