Capítulo 7

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Me palmearon la espalda amistosamente. —Muchas gracias por tus servicios de esta noche, ___.

Me volteé a ver a la encargada de Catering con una gran sonrisa en sus labios. —Gracias a usted.

Amplió su sonrisa y me tendió un fajo de dinero con total despreocupación. Fruncí el entrecejo antes de volver a hablar. —Pensé que ya le habías pagado a mi jefe.

—Esto va por la casa.- Guiñó un ojo.- Por el incidente de la quemadura y la gran variedad de bocadillos cocinados.

¿Quemadura?

—¿Cómo sabes lo de la quemadura?- La observé caminar a un armario para sacar una gran campera impermeable.

—Los chicos me contaron...-Aclaró sin darse la vuelta, revolvió entre unas perchas.- Yoongi y Taehyung si mal no estoy...

Oh.

Sacó un paraguas y unas botas de lluvia, se las calzó de inmediato. Era la señal de que debía comenzar a juntar mis cosas también. Me miró de soslayo algo sorprendida.

—¿Eh? ¿Tan desabrigada?

Tragué saliva envolviéndome en mi campera. —No está tan frío.

—Está diluviando afuera, muchacha.-Negó en desaprobación. Recogió unas bolsas y se enroscó una bufanda anaranjada a juego con sus botas de goma.- Te ofrecería llevarte, pero me voy en bus.

—Oh.-Hablé rápidamente.- No hace falta de todas formas, vine en el auto del negocio. Gracias, Sra. Hanmi...-Leí la placa de su escritorio, se encogió de hombros con una leve sonrisa.

—¡Nos vemos, querida!- Gritó abriendo la puerta principal de vidrio, ahogándose en el infernal viento invernal.

Miré mis piernas desnudas.

Quizás fue una mala idea llevar el uniforme de la empresa, debí haberme quejado de la atrevida falda cuando tuve la oportunidad de hacerlo en la evaluación del trabajador.

Cerré mi campera y coloqué rápidamente la capucha sobre mi cabeza. Tomé el gran saco ahora cerrado de los instrumentos e ingredientes de cocina que había utilizado y lo pasé por encima del hombro y me encaminé a la entrada.

El auto estaba justo allí, en el medio del solitario y lluvioso estacionamiento del edificio. Suspiré tomando el bolso con ambos brazos, abrazándolo para también brindarme algo de calor.

Caminé a paso veloz y abrí la puerta trasera con los ojos apretados y el pelo aplastado contra mi frente, escurriendo. Arrojé todo al interior del auto antes de cerrar la puerta nuevamente.

Algo llamó mi atención.

Dos siluetas debajo de un pequeño paraguas miraban en mi dirección.

¿Qué hacían ellos allí con esta lluvia?

Me aferré a mí misma mirando a mis pies, luché contra el viento opuesto a mi dirección. Caminé hacia ellos.

Tae habló con una sonrisa pequeña. —Se olvidaron de nosotros...

Aguanté una carcajada, pero no fue muy necesario en cuanto vi los mortíferos ojos de Yoongi fulminarme. Observé la gruesa campera que llevaba, la textura parecía extremadamente sedosa al igual que su cabello.

Era tentador sujetar su antebrazo expuesto debajo de las mangas remangadas que traía. Su piel parecía tersa debajo de las farolas.

Asentí en tono de disculpa. —¿Quieren que los lleve?

—¡SÍ!

Tae corrió a mi auto desesperadamente, se arrojó a sí mismo en el asiento de atrás. Me aclaré la garganta intentando alivianar la tensión entre ambos.

—¿Qué esperas?- Le hablé lo más amable que pude. Arqueó una ceja manteniendo su semblante serio.

—A que sueltes mi brazo, por ejemplo.

Sentí mis mejillas hervir y de inmediato le solté con toda la vergüenza del mundo, caminé con el rabo entre las patas hasta la puerta del chofer.

¿En qué momento le había tomado el brazo? ¿Era eso normal?

Abrí la puerta del piloto y me dejé caer mordisqueando mi labio nerviosamente. Escuché la puerta del copiloto abrirse y ni me atreví a verle entrar.

—¿A dónde, chicos?- Hablé una vez escuché la puerta cerrarse. Giré la llave haciendo contacto y poniendo en motor en marcha.

Comencé a retroceder lentamente entre aquella lluvia apocalíptica y la oscuridad de la noche.

—A casa.-Tae sonrió ampliamente.

Fruncí el entrecejo; en la esquina de mi ojo vi a Yoongi golpear su rostro con la palma abierta, rodeando los ojos con frustración.

Me pilló viéndole. —Tú solo ve por la Ruta 46, en la primera desviación que haya dobla para tomar la 32.- Sus ojos entrecerrados daban miedo.- Frente a una rotonda verás la entrada a la calle Elm, avanza por un camino residencial, allí es la residencia Bangtan.

La luz de la luna realmente le asentía cada facción varonil que tenía. Su mandíbula tensa, aquellos ojos oscuros, la casi imperceptible sombra de una barba incipiente. Sus labios rosados y entre abiertos.

Realmente era cierto que la noche mostraba todo lo que el día no.

—¿Qué esperas?- Arqueó una ceja, por el retrovisor vi a Tae mirándome confundido.

Asentí aceleradamente, pisé fondo perdiéndome en las calles de la ciudad.

—¿Por qué tan lejos de la civilización?-Cuestioné deteniéndome en un semáforo solitario.

—Nuestro manager quiere privacidad para nosotros.-El rubio pronunció lentamente, apoyando su cabeza en el respaldo cómodamente.- Es algo lejos, pero realmente vale la pena con tal de no tener chicas como tu merodeando el terreno.

Apreté el volante.

—¿Disculpa?-Le miré de perfil, aguantándome de dejarlo en el medio de aquella lluvia.

Una tenue sonrisa se dibujó, tapó su boca girando el rostro a la ventana. —¿Me dirás que es solo una coincidencia el verte en la calle y luego en el mismo día en mi empresa?

Respiré profundamente.

—     Ay..... Yoongi-Tae carcajeó.- ¿Entonces no la conoces? Yo pensaba que ustedes se conocían desde antes...

—     ¿Por qué?- Hablé curiosa volviendo a avanzar por la calle lluviosa.

—     Pues porque este gruñón te habló tranquilamente en la cocina.- Miró a mis ojos por el retrovisor, sonrió ladinamente.- Además se enojó conmigo por haberte ayudado... pensé que eras como su conquista o algo así.

—     Taehyung.-Espetó el rubio molesto, golpeteando el cristal con sus dedos.- Hasta donde recuerdo tengo un buen gusto.

Mis mejillas ardieron del coraje.

Aceleré entrando finalmente a los accesos principales para las rutas. Giré en una intersección cercana.

Vi al castaño pensativo, acariciando su mandíbula. —Pero si tú no dejabas de examinarle todo el trasero, yo hasta pensé que dentro de cualquier momento le pondrías un sello en la nalga para reservártela.

—Taehyung....

El chico sonriente habló emocionado. —¿Sí?

—Cállate.


Capítulo de 1000 y algo de palabras ^^ Si les ha gustado háganmelo saber en los comentarios <3
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Beshosss

((Se viene algo interesante mis amoress 7u7))

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