Ⓢugar Free| Suga ✖ ☚☢

Capítulo 21

N/A: Aconsejo que lean desde unos capítulos antes ;_;

La recepción del lugar era un presagio de lo poco lujoso que era el hotel en el que nos encontrábamos. Algunos pocos cuadros colgaban de las paredes recubiertas en tapices característicos de la casa de un abuelo. Un aroma a perfume barato flotaba en el aire, provocando que mi mano automáticamente se dirija a mi nariz en busca de bloquear sus aberturas. La iluminación dejaba mucho que desear, dejando muchas esquinas del recinto en oscuridad total.

Una señora regordeta conversaba con el rubio mientras este pedía la llave de la habitación, tambaleándose de costado por el alcohol ingerido anteriormente. Se giró sobre sus talones mostrándome la llave, para luego comenzar a emprender viaje hacia uno de los numerosos corredores del hotel. Le seguí automáticamente, procurando que este no se desplomara por la intoxicación y empezara a vomitar repentinamente.

─ ¿Me estás siguiendo?- Murmuró casi inaudiblemente mientras se detenía frente a una de las puertas de madera resquebrajada. Entrecerró los ojos focalizando su mirada en la llave y en la cerradura que posiblemente se encontraba en movimiento para él. Tras varios intentos de encajarla, suspiré con desgano arrebatándose la de las manos para hacerlo por mí misma. ─Gracias....-Musitó dubitativo antes de dedicarme una tímida mirada e ingresar a la habitación.

Por supuesto que, al igual que la recepción, el entorno no era el más sofisticado. La iluminación consistía de una sola lámpara junto a la puerta del cuarto cuya luz era prácticamente naranja y débil, como si la lamparilla estuviese a punto de apagarse. Un sillón cama estaba desplegado frente a un televisor cuyas antenas descolocadas evidenciaban la razón de la distorsión de imagen que se mostraba en pantalla. Una alfombra color verde moco cubría el espacio entre la "cama" y el televisor, terminando de completar una mala vibra y mal gusto en la decoración.

Visualicé a Yoongi en el reflejo de un viejo espejo mientras revolvía un frigobar debajo del mismo, junto a un armario cuya puerta había sido desprendida.

Fruncí mi nariz en desaprobación. ─ ¿Qué estás buscando? Ya has tomado suficiente.

Lo escuché bufar mientras murmuraba algo por lo bajo, ignorándome totalmente. Lo vi sacar una lata de soda, para luego vaciarla completamente dentro de su boca y arrojar la lata en algún rincón recóndito de la habitación.

Eruptó.

Qué hombre más fino.

─Ya puedes irte, nunca te dije que tenías que cuidarme. Aquí la niña pequeña eres tú, no yo.

Arqueé una ceja en pura incredulidad. ─ ¿Si? ¿Te parece que la que actúa como una niña soy yo?- Solté una risa sarcástica. ─Tú eres el que no ha controlado sus límites...- Espeté con un doble sentido.

Aún seguía dolida. Me sentía usada, quería una explicación, no una discusión de quién era el más infantil de los dos, no verlo mientras se emborracha y pierde el conocimiento.

Al parecer, captó la indirecta. El ambiente se volvió más denso, pero no di mi brazo a torcer. A unos dos metros de distancia, intercambiamos miradas. Mantuve la vista firme sobre sus ojos, dándole a entender que no sentía más que hartazgo hacia mis actitudes infantiles anteriores. Estaba dispuesta a una confrontación directa de ser necesaria, no iba a irme hasta recibir una explicación que fuera medianamente lógica para sus cambios de humor.

Él apartó su mirada primero. Se dejó caer sobre el sillón cama, contempló sus manos sobre su regazo mientras relamía sus labios en contemplación. Lo escuché suspirar por lo bajo. Su flequillo cubría la parte superior de sus ojos debido a que se encontraba cabizbajo, esquivando mi mirada. Luego de lo que parecieron horas, levantó su mirada en mi dirección. Su rostro escasamente iluminado se veía peligroso, contundente, como una fruta prohibida que me expulsaría del valle sagrado hacia un torbellino directo de desesperación y deseo. Sus ojos negros no dejaban los míos, como si estuvieran transmitiendo un mensaje que solo ellos entendían. ─No sé qué me pasa, ___.

Me acerqué cautelosamente en su dirección, temerosa de que pasara algo repentino que desestabilizara mis emociones como habitualmente sucedía cuando estaba con él. ─ ¿A qué te refieres, Yoongi?

Me miró con un par de ojos estrangulados, como s algo estuviese luchando por emerger. Negó contrariadamente, para luego enterrar su rostro entre las manos. Terminé de acortar la distancia, sentándome junto a él en la cama. Coloqué mi mano sobre su espalda buscando tranquilizarlo, los músculos se tensaron bajo mis dedos por la sorpresa del momento. ─Por favor, vete...-Soltó en un suplicio mientras se rehusaba a sacar su rostro a la luz nuevamente. ─No quiero que me veas así.

Le di una ligera palmadita, para luego subir mis dedos a su nuca y dejar mi palma allí apoyada. ─No voy a irme a ningún lado. Hay algo aquí que no anda bien, no puedes ocultarlo por mucho más tiempo.

─Estoy tan avergonzado.-Murmuró casi insonoramente. La tristeza que teñía sus palabras se impregnó automáticamente en mi ser. Algo se estrujó en mi garganta, como si por alguna razón tuviese ganas de llorar. ─Yo no estoy con esa mujer, ___.-Explicó escondido aún entre sus cabellos. ─He cometido errores a lo largo de mi vida. Pero el mayor de todos ha sido enamorarme, de la persona, lugar y momento equivocados.- Su cuerpo temblaba bajo mi tacto mientras soltaba pequeñas respiraciones inestables. Pausó por unos segundos, tracé pequeños círculos en su espalda buscando reconfortarle lo suficiente como para que continuara su historia. ─Hace mucho tiempo, me enamoré de alguien que no debía. Ella era mucho mayor que yo, ella era....- Se detuvo por unos segundos suspirando audiblemente. ─Ella era una amiga de mi madre.- Me paralicé de la sorpresa. ─Venía a casa a menudo, tomaba café con mi madre, y llegó a cuidar de mi cuando mi madre no podía, hasta mi adolescencia. Los días pasaban, y por alguna razón cada vez me sentía más atraído a ella. Y un día simplemente, sucedió lo que debía suceder. ─Lo escuché tragar saliva audiblemente. ─Nos acostábamos. Todo comenzó cuando tenía 15 años.- Asintió para sí mismo. Apartó finalmente el rostro de sus manos para luego mirarme por primera vez a los ojos. ─Lo hacíamos todos los días, por varios años. Yo la amaba, y juraba que ella también.- Le miré apologética. Sus ojos sumidos en una pura tristeza no dejaban de monitorear mis reacciones ante sus palabras. ─ Pero un día, ella empezó a salir formalmente con otro hombre. Dejó de verme, no atendía mis llamadas, no visitaba a mi madre, e incluso se mudó de un día para otro a un vecindario lejano.-Su voz comenzó a desestabilizarse aún más. ─Me destrozó, ___.-Miré la cristalización que comenzaba a formarse sobre sus oscuras orbes. ─Y ahora....-Continuó mirándome con una mezcla de sigilo y angustia. Entreabrió sus labios, dejando que pequeños suspiros se escaparan. ─Me siento igual contigo que como me sentía con ella. No quiero eso, no quiero que alguien más me tenga entre sus garras.-Su voz finalmente terminó por resquebrajarse, sus mejillas sonrojadas eran apenas visibles por la poca iluminación del cuarto. ─Cuando estoy contigo, me siento tan extraño.... Me siento vacío y completo a la vez. Siento como que cada segundo que pasa y tú no estás mi humor cambia drásticamente.- Balbuceó tímidamente, apartó sus ojos de los míos. ─No entiendo qué me pasa. No soy una persona normal, yo no puedo manejar muchas emociones, no puedo dejarme llevar sin sentir culpa. Yo sabía que estabas mirando en ese cuarto, es por eso que besé a esa mujer...-Dijo casi sin aire, volvió a mirarme con aires de súplica. ─Quería alejarte porque al menos si tú eliges dejarme de lado, sé que no podré acercarme. Pero si no lo haces, no hay forma de que yo pueda alejarme de ti.

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Ipaaa??? Les gustó? Espero que sí. Una vez más, perdón por las demoras. Aprovecho la oportunidad para decirles que este es el penúltimo capítulo, y que en unas semanas a más tardar (o días (¿) estaré subiendo el último. Una vez más, perdón por las demoras y espero que lo hayan disfrutado. 

<3 <3 <3