Lucy In The Sky With Diamonds

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Era otoño de 1967, desde entonces los días comenzaban a tornarse nublados y lluviosos.
Durante ese lapso de tiempo descubrí algo que no tenía idea de que sucedía, ya que dicha persona me parecía ser normal y no tener problemas.
Al finalizar las grabaciones de una de las canciones de Magical Mystery Tour me quedé unos momentos en el estudio de grabaciones, tan solo miraba con atención el Hofner que le pertenecía a Paul. Mi mente vagaba en recuerdos que estaban relacionados con dicho bajo.
Justo cuando decidí marcharme de ese lugar y continuar con mis asuntos pendientes, escuché una risa. Aquella risa era demasiado ruidosa, y provenía del armario donde se suele guardar el equipo de audio.
Abrí la puerta y noté a John, quien introducía una jeringa a su brazo y tenía sobre sus labios un cuadro de LSD.

-¿Qué rayos estas haciendo John? -Lo miré asustada.

-Guarda silencio, Bauer. -Clavó sin piedad dicha jeringuilla y después tragó su tablilla.

-¿Tienes razones para hacer eso? -Cerré la puerta con el seguro del cerrojo.

-Se llaman problemas. -Me sonrió un tanto perverso.

-¿Puedes contarme? -Mis ojos conectaron con los suyos.

-Estoy por divorciarme de Cynthia y me preocupa mi hijo, Brian se fue, Paul intenta dirigir el grupo mientras encontramos un sustituto, pero exige demasiado, la fama está terminando conmigo y no sabemos como manejar a Apple Records. Está en la bancarrota. -Suspiró con fuerza.

-Sé que McCartney puede ser tan exigente, pero ese no es impedimento para que hagas lo que te agrada, tan solo defiende lo que crees y confronta su idea errónea.

-Siento que él y yo ya no somos los mismos, él está tan fascinado contigo y sólo piensa en ustedes dos, yo por otra parte tengo mis problemas legales y estoy saliendo con Yoko Ono. La última vez que él y yo colaboramos de una manera tan unida fue cuando le mostré un dibujo que Julian hizo en el preescolar. Era de una chica que le atrae, yo le dije a Paul hagamos una canción Esa fue nuestra última verdadera colaboración. -Las sustancias que consumió comenzaron a hacer efecto.

Durante el tiempo que estuve con John cuidando que no cometiera algún error irreversible por sus alucinaciones noté que toda su vida se ha visto rodeada por asuntos bastante dolorosos.
Pasó unos instantes en los que estaba encerrado en un llanto desgarrador y solo gritaba con todas sus fuerzas, "Papi, vuelve a casa". Nadie podía escuchar porque el estudio se encontraba un poco lejos de todo lo demás.
Finalmente su cuerpo perdió los efectos de las sustancias y se quedó profundamente dormido sobre mi regazo.
Pasaron bastantes horas y pensé en abrir, pero por mi gran idea de no traer conmigo la llave del tablero me lo impidió.

Era la 1 am y me encontraba nerviosa, pensando en le gran reproche de mi padre.
Escuché unos pasos que se acercaban de manera calculada al pequeño armario.
Como había perdido las esperanzas de que alguien abriera el armario me dormí junto con Lennon, por lo que no presté demasiada atención a la puerta.
Unos minutos después de que me había dispuesto a dormir escuché que alguien abría la puerta. Ese alguien era Ringo.

-¿Qué rayos hacen aquí? -Nos miró confundido.

-John estaba aquí y bueno accidentalmente cerré la puerta. -Le sonreí

-Dime que no estaba con sus jeringuillas. -Pude notar su preocupación.

-Si. -Respondí un tanto decepcionada.

-Vamos John, te llevaré a casa. -Ringo intentó que él despertara.

-¿Qué rayos hago aquí? -John nos miró confundido.

-Después te lo explicaré, ahora vamos a casa. -Tomó su mano para ayudarle a ponerse de pie.

-No le menciones nada de esto a Cynthia.

-No lo haré. -Se decepcionó un poco. -¿Puedes ir a casa sola?

-Claro, iré en mi Volkswagen. -Le sonreí.

-De acuerdo.

En ese tiempo pude notar lo cuan difícil fue la infancia de John. La historia de sus problemas es un poco abrumadora

For No OneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora