For No One

The End

5 de Julio de 1969

Había llegado el día de partir, me encontraba nerviosa y un poco nostálgica.

Miré mi habitación completamente vacía y no pude evitar que dos lágrimas corrieran en mis mejillas.
Mi padre aguardaba impaciente en su pequeño Mercedes, mientras yo le daba a mi madre las instrucciones para que cuidara de mi pez dorado.
Mi hermano había llegado de Noruega hace unas horas para acompañarme hasta el aeropuerto.
Llamé a mi abuela para decirle que estaría en Alabama cerca de las 2 de la tarde, hora local.
Mamá y yo nos miramos con una sonrisa en los labios y nos abrazamos. Ella me hizo prometerle que dejaría de pensar en eso y que me importaría en lo más mínimo.
Subí al Mercedes de mi padre, y él y Nate comenzaron a atacarme con sermones, principalmente enfocados en no beber demasiado en las fiestas y época de pruebas.
Llegamos al aeropuerto, mi padre y Nate me abrazaron al mismo tiempo y simplemente me desearon suerte.
Caminé por los corredores, hasta llegar a mi lugar de abordaje.
En los bolsillos de mi gabardina encontré cuatro cartas, que correspondían a Lucy, Steven, Ringo y George. Preferí leerlas en mi apartamento y por el momento solo mirar las nubes y el océano.
Estaba por iniciar una experiencia excitante y siendo sincera no pensaba en nada más.
Lo más triste o al menos un poco abrumador fue cuando Lucy me visitó por la mañana, justo antes de irse a Oxford.
Nos miramos y lo único que dijimos fue suerte, posteriormente ella me obsequió un álbum de The Beatles, A Hard Day's Night y yo le obsequié el álbum de The Beatles For Sale.
Después de eso ella subió a su auto y se marchó.
Durante los últimos 3 años lo único que necesitaba eran mis amigos y solo eso, porque ellos siempre estuvieron ahí a pesar de todo.
No me arrepiento de nada, porque después de todo nos encontramos aquí, en la vida, con el objetivo de experimentar y aprender de los errores.
Ahora solo me hacía falta ser alguien en la vida y madurar.
Todos necesitamos aprender. Solo eso.