Capítulo 21º: Desengaños

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Macarena y Fabio.

Tras la pelea en el baño de Saray y Macarena, Fabio llevó a la última a la enfermería. A Saray la tuvieron que atender en otro módulo, pues si se despertara con Macarena al lado en la enfermería, no dudaría en abalanzarse contra ella y volver a pelearse. A pesar de que podía caminar por su propio pie, Macarena tenía una brecha en la cabeza, la cara un poco hinchada, y parecía sujetarse las costillas, probablemente tendría alguna rota.

Ella caminaba con paso decidido delante de él. El carcelero no pudo evitar mirarla por detrás, y nuevamente sentía esa irresistible atracción que sentía por Ferreiro. ¡Hasta donde iría ya su relación! Fabio se preguntaba qué era lo que había pasado para que Macarena le pegara tal paliza a la gitana. Estaba seguro que tenía que ver con Rizos.

Macarena solo pensaba una y otra vez en lo sucedido en el gimnasio y en los baños. Saray se había enterado de que Rizos las había delatado a la policía. Macarena pensó que Saray tenía sus motivos para querer pegar a Rizos, al fin y al cabo, había confiado en Rizos, y esta la había vendido. Y todo por salvarla a ella... Macarena no pudo evitar suspirar ante tal pensamiento. Por su mente también visualizo una escena ficticia en la que Rizos y Saray estaban juntas, queriéndose... La rubia pensó que en el pasado estas dos habían sido novias, y que realmente se habían querido... ¿Qué narices le estaba pasando a Macarena?

Al llegar a la enfermería se tumbó en una cama, obligada por Fabio.

-Ni te muevas eh. Voy a llamar a una enfermera para que te cure las heridas.

-Fabio estoy bien. Tengo que volver a mi celda rápido. Es urgente. –Macarena intentaba incorporarse de la cama, pero Fabio se lo impedía.

-No. Te curarán, descansarás aquí, y después de unas horas, te irás. –Macarena bufaba. –Oye Macarena, ¿qué pasó para que tú y Saray os peleaseis?

-Pues... pasaba por delante del baño, escuché gri-gritos, en- entré. Saray estaba pegando a Ri-Rizos. Tuve que defenderla. No se movía...- Macarena con resignación evitaba la mirada de Fabio.

-¿Y por qué Cavila no se movía? ¿Ha pasado algo entre vosotras? –Fabio furtivamente controlaba cada gesto de Macarena, buscando alguna evidencia que la delatase.

-No... ¿Qué te hace pensar eso? ¿Por qué me interrogas? No tengo ganas de hablar. -la rubia se giró y evitó a Fabio.

Fabio sabía que ella le estaba mintiendo, y era totalmente consciente de que Macarena sentía algo por Rizos, pero aun no sabía el que. Sentía unos inevitables celos hacía Cavila, que hacían que no quisiera ayudarla. Estaba siendo egoísta. Debía olvidar ya está rivalidad por Macarena e intentar olvidar a la reclusa rubia, o dejar que ella eligiese...

Rizos.

Mientras Palacios corriendo, se llevaba en brazos a Saray rápidamente a la enfermería, Richi intentaba hacer que Rizos volviera en sí. La chica estaba descontrolada. Gritaba a la pared y la golpeaba fuertemente con los puños cerrados.

Habían sido demasiados golpes. Ya no solo era el hecho de saber que Macarena se había acostado con Fabio, sino que encima sabía que Macarena sentía amor por ella. Además haber traicionado a Saray había sido algo muy doloroso. Rizos no lo había dicho, pero el haber vendido a Saray, había sido lo más doloroso que había hecho en años. Sobre todo después de todo lo que habían pasado juntas. Rizos era consciente de que había querido a Saray muchísimo, tanto que incluso en su día hubiera dado la vida por ella. Pero Macarena se había adentrado en su vida y ya no podía sacarla de la cabeza.

Rizos tenía muchos sentimientos encontrados al mismo tiempo, y no podía reaccionar de manera lógica.

-Rizos. Rizos escúchame. ¡Rizos!- Richi le hablaba. Había vuelto en sí.

Vis a vis segunda temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora