Capítulo 22º: El significado de Visaviscelda236

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Román

Era la primera nochebuena que la pasaban sin Macarena. Encarna, Leopoldo y Román estaban reunidos en la mesa del comedor, dispuestos a ponerse a cenar. De repente todos se quedaron en silencio, cuando Encarna no lo pudo evitar y derramó dos lágrimas por la ausencia de su hija esa noche.

-Bueno, vamos a cenar. Hagámoslo por Maca y cenemos tranquilos. –Leopoldo calmadamente  le agarró la mano a su esposa para tranquilizarla.

-Sí, papa. – Román asintió y empezaron a cenar. –Ella saldrá en breves de la cárcel, y esta pesadilla habrá acabado.

De repente llamaron a la puerta. Todos muy sorprendidos se alarmaron. ¿Quién llamaría a la puerta en nochebuena? Román se levantó y fue hacía la puerta. Cuando la abrió, no se creía quien estaba al otro lado.

-Buenas noches, hijo de puta. Abre la puta puerta y déjame pasar. –El Sirio había encontrado a los Ferreiro.

-Joder... -el corazón de Román iba a 100 por hora.

-¿Qué pasa Román, quién es? –Leopoldo se levantó de la mesa y fue hacía la puerta. –Imposible.

-Qué suerte que nosotros no celebremos la navidad. –el Sirio apuntaba con una pistola la cabeza de Román. -Mi sobrino nunca más podrá volver a ver vuestras festividades cristianas.

-Mira, yo soy el único responsable de la muerte de Hanbal. Deja a mi familia en paz. ¡Yo mate al Egipcio! –Encarna se acercó a su marido e hijo con una mano en la boca. Leopoldo intentaba calmarla.

-AJAJJAJAJA. –El Sirio no parecía perder la calma. –Nosotros buscamos venganza, Leopoldo.

-No solo es por el Egipcio, ¿no? Es por el dinero... no tenemos el dinero. El abogado de Zulema lo tenía. Él ha muerto, en un accidente de tráfico.

-Hay Leopoldo, es usted un iluso. –El Sirio jugaba con las palabras. –Yo lo mate.

Román sintió unas arcadas tremendas por lo que estaba sucediendo, pero debía mantener la compostura en un momento tan crítico como ese.

-Cuando salió del hotel de Barcelona, me hice pasar por un botones. Fue muy fácil. Cogí su coche del garaje, le puse una bomba debajo del coche, y se lo puse delante de la puerta de la entrada del hotel. –El Sirio era muy inteligente. –Me da igual el dinero. Solo quiero veros sufrir a vosotros, y Zulema.

-¡Nosotros no quisimos esto! –Román gritaba.

-¡Hijo, calla por dios! –Leopoldo intentaba mantener el control.

-Tú te vienes conmigo, ¡Vamos! –ordenó el Sirio apuntando a Leopoldo con una pistola. –Sí llamáis a la policía estáis muertos. Además no podéis avisar a nadie, no en vuestro lugar...

Leopoldo salió de la casa delante del Sirio, se metieron en un coche y desaparecieron en la carretera. Román y Encarna se quedaron en shock por lo ocurrido. No obstante, Román no podía quedarse quieto. Rápidamente fue al garaje, cogió la recortada y el revolver de su padre. A continuación se metió en el coche cuando su madre se metió en él.

-Voy contigo. No puedo quedarme de brazos cruzados. Ya que nadie nos ayudará. –Encarna parecía tener miedo, pero era lo correcto.

Román asintió y salieron a toda velocidad de su tranquila casa. Objetivo: matar al Sirio.

Cruz del Sur. Nochebuena. Comedor.

Las presas disfrutaban dentro de lo posible de la cena de nochebuena. Esa era la única noche, junto a la de nochevieja que cenaban más suntuosamente, así que todas aprovechaban, y comían más de la cuenta.

Vis a vis segunda temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora