CINCO

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Querido Germán:

Te ofreciste a ayudarme con Fuenteovejuna sin que te lo pidiera. Creí que iba a desmayarme en ese momento, pero al parecer te tomaste mi silencio como un rechazo.

No me molestas, en lo absoluto, solo que no supe cómo hablar sin que me temblara la voz.

Atte.
Una tímida y no muy inteligente Gini

Querido GermánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora