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Es mi cumpleaños, dieciocho años, el número se lee en todas partes, en los globos flotantes de helio, en el enorme pastel de cuatro pisos que Carla se encargo de enviar a hacer con una gran amiga suya y repostera de alta calidad, sobre cada de mesa de Twins decorada con un bello mantel dorado y turquesa, hay colocado un elegante jarro de cristal relleno de hermosas flores y entre ellas, brota también el número dieciocho. Todo luce perfecto. Mi madre sonríe orgullosa a cada persona que entra. Le saluda e invita a que tomen asiento. Veo como admira la obra final, estuvimos decorando desde temprano y luego corrimos a embellecernos, por lo que casi queda olvidado el tema de Leo. Casi...

- ¿Que pasa contigo?- Nancy me mira estrechando la mirada.- Apenas te has movido de la mesa.

- No pasa nada. Estoy cansada.

- ¿Cansada? ¿De que? Ni has movido ese trasero. ¿Leo te hablo?

- Si. Me hablo anoche.

- ¿Y?

- Y, nada. Estara unos días más por allá. Si todo sigue como va con su abuelo, volverán a fin de la semana que entra.

- Ahh. Ven vamos a movernos un poco y así luces ese hermoso vestido.

Sin remedio, asiento. Antes de levantarme le hecho un vistazo al celular, solo por si las moscas, pero no hay nada ahí. La verdad es que Nancy ha hecho maravillas conmigo. Cuando me mire frente al espejo apenas pude reconocerme. Recogió mi cabello en un moño trenzado y dejo algunos mechones sueltos, los que rizó con una tenaza. Me maquilló de manera suave y resalto mis ojos verdes.

Paso un rato divertido con mi mejor amiga hasta que llega Dylan. Me trae un bello suéter ancho color morado que sin duda escogió Nancy y lo confirmo cuando me dice.

- Combinará perfecto con la falda que te regalé.

Sonrió y me voy junto a mi madre que habla con mi tía, a la que hace tiempo no veía.

- Que hermosa se a puesto nuestra Megan- dice mi tía con melancolía. Siempre suele decir "nuestra", como si yo fuera un coche o un mueble que hubiesen comprado entre ellas. Se que se debe a que ayudo un tiempo a mamá en mi crianza. Mamá me contempla y niega.

- Si, la verdad casi no había notado lo rápido que has crecido y lo linda que estas- mamá se pasa los dedos por el extremo de un ojo y se que es para secar una lágrima. Imagino las cosas que han de pasar por su cabeza ahora, entre ellas esa que dice: "si su padre estuviera aquí". Así que me aproximo a ella y la rodeo con los brazos. Solo hemos sido nosotras y no niego que alguna vez me haya planteado lo mismo, pero hemos sido suficientemente fuertes y hemos salido adelante sin necesitar un padre.

Candidato al primer besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora